Otro aspecto defensivo destacable del Heat fue la rotación que hacía cada jugador, provocando muchos tiros forzados. El más claro ejemplo de aquello fue el marcaje sobre Kobe Bryant, quien a pesar de mantener a su equipo peleando hasta el final, convirtió 8 de 25 lanzamientos (22 puntos).

En la ofensiva de Miami también sobresalió Dwyane Wade, con 27 tantos. Algunas de sus conversiones llegaron en momentos importantes, como por ejemplo, el doble que le dio la ventaja 92-90, a poco más de dos minutos para el cierre. Aparte, el entendimiento que tiene con James es increíble, sobre todo en jugadas de contra ataque.
Por su parte, los Lakers volvieron a mostrar problemas defensivos. Continuamente les atacaban en la pintura, a pesar de dominar en los rebotes (42 a 35). Dwight Howard registró una nueva doble decena, con 13 puntos y 16 rebotes, pero volvió a tener una paupérrima efectividad en tiros libres, encestando 5 de 13. El "Hack-a-Howard" sigue causando efecto.
Pau Gasol regresó a la alineación "lagunera", aunque entró al partido desde la banca. En 25 minutos, anotó 14 puntos, varios de ellos, jugando cerca del aro, donde mejor se desempeña el español y no lejos, como sigue insistiendo el entrenador, Mike D'Antoni.
Miami tiene uno de los mejores rendimientos en la NBA (26-12), a pesar de ganar varios partidos sin jugar a toda su capacidad, lo que también significa que ya han consolidado una base. La intensidad que tuvieron en el juego de anoche, seguramente, la preferirían reservar para más adelante. En tanto, los Lakers necesitan entregar un esfuerzo máximo en cada encuentro, ya que aún no pueden corrigen errores colectivos. Eso les podría pesar en una posible clasificación a playoffs.
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