lunes, 20 de enero de 2014

El método y la furia

No suele ocurrir muy a menudo en la NFL, pero en esta oportunidad se ha dado la lógica. Por primera vez en cuatro años, los dos clasificados número uno se verán las caras en el Super Bowl XLVIII. Y lo más atractivo, es que se enfrentarán la mejor ofensiva con la mejor defensiva de toda la temporada, algo que se dará por apenas segunda oportunidad en la historia del Super Bowl (la vez anterior: SB 36 - Raiders, ofensiva # 1 vs. Buccaneers, defensiva # 1). Cada uno superó de distintas formas sus duelos de final de conferencia. Uno con más seguridad y otro, pasando por un vaivén de emociones a lo largo de su partido. Así es como Denver Broncos y Seattle Seahawks quedaron como los finalistas de este curso.

Los Broncos iniciaron el partido ante New England Patriots despejando en su primera ofensiva, pero de ahí en adelante, lograron seis marchas consecutivas que acabaron con puntos, arrasando en yardas (507), primeros downs obtenidos (27) y tiempo de posesión (35:44). Una serie que refleja su solidez como unidad ofensiva fue la que abrió el tercer cuarto, donde recorrieron 80 yardas en 13 jugadas. Esa ofensiva la corrieron en modo "no huddle" y Peyton Manning, como un auténtico director de orquesta, comandó a su equipo, con formaciones abiertas en las que siempre logró encontrar receptores en rutas cruzadas o profundas y como alternativa, dándole el ovoide a Knowshon Moreno quien explotó los enormes espacios que se generaban en la parte interior de la línea. En eso último, Zane Beadles; Manny Ramirez y Louis Vásquez se llevan el crédito por dominar en cada una de sus asignaciones.

Manning siempre encuentra una forma de encontrar duelos favorables para sus receptores (ayer, Demayrius y Julius Thomas se dieron un festín atrapando pases) y siempre diagnostica las debilidades que puede explotar de las defensivas rivales. En estos playoffs no han anotado de la misma forma que en temporada regular, pero siguen llevando el ritmo y control de los partidos. En New Jersey, jugarán por el título y lo harán frente a la defensiva mejor preparada que se van a encontrar en todo lo que va de temporada.

Caos, locura y descontrol. Bajo ese ambiente se jugó el partido por el título de la Conferencia Nacional y bajo esos términos se movieron los Seattle Seahawks. Comenzaron con un balón suelto de Russell Wilson y permitiendo 10 puntos consecutivos de los San Francisco 49ers, pero paulatinamente la inercia del partido se fue cargando un poco más hacia su lado. Los 'Hawks siguen con nivel muy discreto en ofensiva, pero fueron jugadas rotas o de plano, 'big plays' las que mantuvieron a los locales en la pelea.

La conexión de 51 yardas de Wilson (tras un scramble de ocho segundos) con Doug Baldwin que les trajo sus primeros tres puntos, la escapada de Marshawn Lynch de 40 yardas para empatar el partido y el bombazo de Wilson a Jermaine Kearse, en cuarto down, que los puso arriba en el marcador. Tres grandes jugadas que pusieron a vibrar a todo Seattle y con las que lograron remontar la desventaja inicial.

Esos mismos términos de caos, locura y descontrol caracterizaron a su defensiva, tackleando y no dejando correr a Frank Gore, forzando a pasar en situaciones claves y robando tres balones en el último cuarto. El tercer robo fue la intercepción que selló la victoria, secuencia que tuvo a Richard Sherman como protagonista desviando el balón. Sherman es capaz de cubrir personalmente a cualquier receptor, tal como lo hizo ayer con Michael Crabtree y juega con una vehemencia tal que inspira a todo su equipo, al mismo tiempo que asusta a sus oponentes... y también a algunas reporteras. ¿No es cierto, Erin Andrews?

La técnica y la garra. La ofensiva y la defensiva. Denver y Seattle. La 48° edición del Super Bowl nos ofrecerá un auténtico choque de contrastes y si nos detenemos en los quarterbacks, también estamos hablando de dos estilos y generaciones distintas. El perfeccionismo y estilo clásico de Peyton Manning y del otro lado, Russell Wilson con sus habilidades para correr y escaparse de los rivales. En una final que podría ser histórica en caso que se juegue con el campo nevado, también podríamos ver historia en el caso de un primer título para los Seahawks o bien, de un segundo anillo que consagraría aún más la trayectoria de Manning. El último partido de la presente liga está a menos de dos semanas y las características de ambos equipos, de por sí, lo convierten en uno muy atractivo.

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