Después de haber perdido tres de sus primeros seis encuentros, los Packers han ganado cinco de forma consecutiva. Unos con mayor dificultad que otros, pero sobrellevando situaciones adversas. En cuanto a las lesiones, este parece ser un escenario más complicado que el de hace un par de años -campeones del Super Bowl XLV, a pesar de sufrir 15 bajas-, puesto que han caído jugadores fundamentales como Greg Jennings, Charles Woodson y Clay Matthews.
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La unidad defensiva pasa, hasta cierto punto, desapercibida, pero actualmente figura con la undécima menor cantidad de yardas terrestres permitidas (99.5), la décima en puntos (20.7) y la segunda mejor en capturas efectuadas (33). Todo eso surge por resultado de los esquemas diseñados por el coordinador Dom Capers, con diversas jugadas de carga usando a linebackers y safeties, independiente de no contar con algunas piezas claves. Hayward sobresale con cinco de los 12 pases que ha interceptado el equipo.
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De todas maneras, Rodgers se las ha ingeniado para confirmar su status como Quarterback de elite: quinto mayor porcentaje de pases completos (67.2%), segunda mayor cantidad de touchdowns (27) y el mejor rating (107.3). Y eso que el oriundo de California no ha tenido tanta figuración mediática, a diferencia del año pasado cuando ganó el premio como jugador más valioso de la liga.
En este momento, los dirigidos de Mike McCarthy llevan registro de 7-3, a medio juego del líder divisional Chicago Bears, con un rendimiento que va en progreso y que podría seguir mejorando, a medida en que puedan minimizar errores y además, en que se reintegran los jugadores que se recuperan de sus respectivos golpes.
Su próximo desafío es una visita a los New York Giants, equipo que los eliminó en los pasados playoffs. En diciembre tendrán un ida y vuelta con los Minnesota Vikings y, por si fuera poco, también les queda la revancha con los Bears en Soldier Field. Duras pruebas que, de superarlas, les podrían brindar una confianza aún mayor en caso de obtener la clasificación a la postemporada.
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