
En los primeros seis juegos, predominó la condición de local. Los Canucks sacaron ventaja en su casa (cada triunfo por un gol de diferencia) y los Bruins respondieron, cuando les tocó jugar en su pista (17 goles en sus 3 partidos como local). Tres victorias por bando y con ello, había que definir el nuevo campeón en un séptimo juego, el 16º en la historia de las finales y el 6º en la última década.
4-0. Los Bruins, pese a rematar al arco mucho menos que Vancouver, lograron imponerse a domicilio y con todo el público en contra, para finalmente adjudicarse su sexto título de Stanley Cup. El juego físico es su principal característica y además, tienen a Tim Thomas, que es una auténtica prenda de garantía en el arco.

De esta forma, Boston Bruins terminó con su larga sequía de 39 años sin campeonatos para volver a festejar y, de paso, confirman la buena década deportiva que ha tenido aquella ciudad: 3 Super Bowl's (Patriots - 2001, 2003 y 2004), 2 Series Mundiales de Béisbol (Red Sox - 2004 y 2007), 1 título de la NBA (Celtics - 2008) y ahora, celebran con su equipo de hockey sobre hielo. Un buen -y conveniente- momento para ser bostoniano y empatizar con cualquiera de sus equipos profesionales.
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