lunes, 27 de enero de 2014

Ice Bowl

Dentro de seis días se estará jugando en New Jersey, la 48° edición del Super Bowl. Un hecho histórico ya que será el primero en el área de New York/New Jersey y el primero que se dispute al aire libre con temperaturas bajo, y no se descarta la chance de ser el primero que también se juegue con el terreno de juego cubierto de nieve. Algo inédito, sin dudas. Pero a lo largo de la historia de la NFL, han habido juegos de playoffs que fueron celebrados bajo condiciones muy frías. Y una ciudad que está directamente vinculada con esa clase de acontecimientos es Green Bay, que hace tres semanas tuvo un partido de postemporada a 20 grados bajo cero y remontándonos más de 45 años atrás, nos encontramos con uno de los juegos más memorables por lo que había en disputa y por las condiciones gélidas bajo las que se jugó aquel partido.

En la tarde del 31 de diciembre de 1967, Lambeau Field recibía el partido por el campeonato de la vieja NFL. Los bicampeones reinantes Green Bay Packers recibían a los Dallas Cowboys, en una re-edición de la final disputada un año antes, pero en esa ocasión, los 25 grados bajo cero que habían a la hora del kickoff, le dieron una característica completamente especial. El frío era tal, que sobrepasó al sistema de calentamiento del césped del terreno de juego, dejando la cancha congelada. Otro aspecto para comprender la dificultad climatológica: los silbatos de los jueces también se congelaron, y debieron marcar cada cobro nada más que con sus gritos.


Los Packers, sacando ventaja de su localía -y del frío, posiblemente- no tardaron en poner puntos en el marcador y en pleno primer cuarto, ya ganaban por 14-0, con dos pases de touchdown de Bart Starr a Boyd Dowler. Estaban en pleno control de las acciones, pero ellos mismos ayudaron a los Cowboys a meterse en el partido, con dos balones perdidos que derivaron en 10 puntos consecutivos de los visitantes. Al iniciar el último cuarto, Dallas tomó ventaja en el marcador, luego de ejecutar la halfback option, donde Dan Reeves eligió lanzar un pase profundo a Lance Rentzel, quien lo llevó a las diagonales. El equipo de Green Bay debía remontar, si pretendía sumar otro título más.


Con menos de cinco minutos en el tiempo reglamentario y desde su yarda 32, los Packers iniciaron su última ofensiva. Starr lució muy bien, completando tres pases que llevaron el ovoide hasta dentro de la yarda 20 del territorio Cowboy. Faltaban 16 segundos para el final y con el balón en la yarda 1, Starr pidió el último timeout disponible para decidir con el coach Vince Lombardi, cuál iba a ser la jugada a ejecutar. En la charla, el mariscal solicitó correr la jugada que hoy es conocida como QB Sneak y Lombardi aprobó la idea, bajo el grito de: "¡Correla y vamonos luego de aquí!". Un detalle no menor: el guard derecho, Jerry Kramer, había notado un punto débil en el centro de la línea defensiva de Dallas. Eso justificó en gran medida la decisión de realizar esa jugada.

Una vez alineados, a una yarda de entrar a la zona de anotación, el balón se puso rápidamente en juego. Y tan rápido como fue el snap, Kramer y el centro Ken Bowman se llevaron por delante al tackle defensivo, Jehtro Pugh, creando el espacio suficiente para que Starr cruzara el goal line con el balón en su poder y así, anotar el touchdown que colocó a los Packers arriba por 21-17, el cual acabó siendo el marcador final. Green Bay lograba el tricampeonato, el último que se iba a dar en el fútbol americano profesional y en medio de un clima que hizo de este partido en uno de los más grandes de la historia.

Sólo para entender aún más la trascendencia de este juego: tanto el manager general de los Cowboys, Tex Schramm, como los entrenadores de ambos equipos, Vince Lombardi y Tom Landry, así como también 12 jugadores (Bob Lily, Bob Hayes, Bart Starr, Ray Nitschke, entre otros) forman parte del Salón de la Fama en Canton, Ohio.

viernes, 24 de enero de 2014

The Wild West

Kevin Durant es el jugador del momento en la NBA. Es el líder de anotaciones, promediando 31 puntos por partido y en los últimos 10 juegos, ha promediado 37.7. Esta semana, encestó 46 en el triunfo del Oklahoma City Thunder sobre los Portland Blazers, en la noche del martes y al día siguiente, convirtió 36 en la victoria a domicilio sobre los San Antonio Spurs. Por momentos, parece ser una fuerza muy difícil de derribar y su mecánica de tiro está alcanzando niveles de excelencia, tal como se ha manifestado en esta racha infernal. En estos días no sería descabellado creer que si Durant compitiera en solitario frente a cinco mortales, KD ganaría ese duelo y con la misma seguridad que suele mostrar en cada partido.

Si de ritmo infernal se trata, nada como lo que ofrecen los Blazers y los Rockets. El lunes pasado se enfrentaron en Houston, con triunfo para los locales (126-113) y por la velocidad que metían ambos equipos, la pista mas bien era un hipódromo. En lo que va de curso, estos son los equipos que más triples han intentado (Houston 1.148, Portland 1.092) y en el juego mencionado, se lanzaron 58 tiros de tres puntos, siendo los Rockets mucho más efectivos con un 48% de conversiones (16 de 33). Ritmo elevado, pases rápidos y muchos puntos. En su momento, puede ser llamativo, pero si no hay un mínimo de resistencia defensiva no hay un balance necesario y con ello, el juego pierde solidez.

Solidez es la que buscan los Golden State Warriors. Lentamente, están ajustando su defensiva. De hecho, sorprenden con el tercer mejor índice de eficiencia defensiva, permitiendo 102 puntos por cada 100 posesiones. Esto se añade a su conocida exquisitez ofensiva, con rotación permanente y fluida de la pelota, encontrando generalmente el tiro más cómodo. Actualmente, el 58% de sus canastas provienen de asistencias. Justicia con Stephen Curry, quien es nominado a su primer partido de estrellas, aunque el base lleva más de un año jugando a nivel estelar, consolidándose como anotador y pasador (23.5 puntos, 9.2 asistencias). Aparte, es quien más rápido se desprende del balón, tomándose 0.4 segundos para lanzar, superando la media de 0.54 de toda la liga.

Un equipo prometedor: Phoenix Suns. En su primer año con Jeff Hornacek como director técnico, están superando sus propias expectativas y si los playoffs comenzaran hoy, estarían clasificando en la séptima posición (récord 24-17). La agilidad de sus jugadores para correr la cancha y jugar muchas posesiones les da ventaja frente a muchos de sus rivales y además, con anotación muy repartida. Seis jugadores promedian 10 o más puntos, siendo Goran Dragic y Eric Bledsoe los más destacados con 19.4 y 18.0. Ya tienen un estilo definido para jugar, es de suponer que a futuro tendrían que establecer a un jugador que conduzca las ofensivas (Dragic debiera serlo). Eso sí, noches como la del miércoles, cuando le clavaron 124 puntos a los Pacers, el mejor equipo defensivo del torneo, invitan a soñar con un futuro auspicioso en Arizona.

lunes, 20 de enero de 2014

El método y la furia

No suele ocurrir muy a menudo en la NFL, pero en esta oportunidad se ha dado la lógica. Por primera vez en cuatro años, los dos clasificados número uno se verán las caras en el Super Bowl XLVIII. Y lo más atractivo, es que se enfrentarán la mejor ofensiva con la mejor defensiva de toda la temporada, algo que se dará por apenas segunda oportunidad en la historia del Super Bowl (la vez anterior: SB 36 - Raiders, ofensiva # 1 vs. Buccaneers, defensiva # 1). Cada uno superó de distintas formas sus duelos de final de conferencia. Uno con más seguridad y otro, pasando por un vaivén de emociones a lo largo de su partido. Así es como Denver Broncos y Seattle Seahawks quedaron como los finalistas de este curso.

Los Broncos iniciaron el partido ante New England Patriots despejando en su primera ofensiva, pero de ahí en adelante, lograron seis marchas consecutivas que acabaron con puntos, arrasando en yardas (507), primeros downs obtenidos (27) y tiempo de posesión (35:44). Una serie que refleja su solidez como unidad ofensiva fue la que abrió el tercer cuarto, donde recorrieron 80 yardas en 13 jugadas. Esa ofensiva la corrieron en modo "no huddle" y Peyton Manning, como un auténtico director de orquesta, comandó a su equipo, con formaciones abiertas en las que siempre logró encontrar receptores en rutas cruzadas o profundas y como alternativa, dándole el ovoide a Knowshon Moreno quien explotó los enormes espacios que se generaban en la parte interior de la línea. En eso último, Zane Beadles; Manny Ramirez y Louis Vásquez se llevan el crédito por dominar en cada una de sus asignaciones.

Manning siempre encuentra una forma de encontrar duelos favorables para sus receptores (ayer, Demayrius y Julius Thomas se dieron un festín atrapando pases) y siempre diagnostica las debilidades que puede explotar de las defensivas rivales. En estos playoffs no han anotado de la misma forma que en temporada regular, pero siguen llevando el ritmo y control de los partidos. En New Jersey, jugarán por el título y lo harán frente a la defensiva mejor preparada que se van a encontrar en todo lo que va de temporada.

Caos, locura y descontrol. Bajo ese ambiente se jugó el partido por el título de la Conferencia Nacional y bajo esos términos se movieron los Seattle Seahawks. Comenzaron con un balón suelto de Russell Wilson y permitiendo 10 puntos consecutivos de los San Francisco 49ers, pero paulatinamente la inercia del partido se fue cargando un poco más hacia su lado. Los 'Hawks siguen con nivel muy discreto en ofensiva, pero fueron jugadas rotas o de plano, 'big plays' las que mantuvieron a los locales en la pelea.

La conexión de 51 yardas de Wilson (tras un scramble de ocho segundos) con Doug Baldwin que les trajo sus primeros tres puntos, la escapada de Marshawn Lynch de 40 yardas para empatar el partido y el bombazo de Wilson a Jermaine Kearse, en cuarto down, que los puso arriba en el marcador. Tres grandes jugadas que pusieron a vibrar a todo Seattle y con las que lograron remontar la desventaja inicial.

Esos mismos términos de caos, locura y descontrol caracterizaron a su defensiva, tackleando y no dejando correr a Frank Gore, forzando a pasar en situaciones claves y robando tres balones en el último cuarto. El tercer robo fue la intercepción que selló la victoria, secuencia que tuvo a Richard Sherman como protagonista desviando el balón. Sherman es capaz de cubrir personalmente a cualquier receptor, tal como lo hizo ayer con Michael Crabtree y juega con una vehemencia tal que inspira a todo su equipo, al mismo tiempo que asusta a sus oponentes... y también a algunas reporteras. ¿No es cierto, Erin Andrews?

La técnica y la garra. La ofensiva y la defensiva. Denver y Seattle. La 48° edición del Super Bowl nos ofrecerá un auténtico choque de contrastes y si nos detenemos en los quarterbacks, también estamos hablando de dos estilos y generaciones distintas. El perfeccionismo y estilo clásico de Peyton Manning y del otro lado, Russell Wilson con sus habilidades para correr y escaparse de los rivales. En una final que podría ser histórica en caso que se juegue con el campo nevado, también podríamos ver historia en el caso de un primer título para los Seahawks o bien, de un segundo anillo que consagraría aún más la trayectoria de Manning. El último partido de la presente liga está a menos de dos semanas y las características de ambos equipos, de por sí, lo convierten en uno muy atractivo.

sábado, 18 de enero de 2014

NHL al día

Más de tres meses han transcurrido de la actual temporada en las pistas sobre hielo. En estos momentos, los dos mejores puntajes de la NHL corresponden a equipos del oeste. Los Anaheim Ducks (77) y los campeones Chicago Blackhawks (73) comparten ese honor y lo han hecho siendo los equipos más goleadores del torneo con 170 y 177 goles, respectivamente. En el caso de los Ducks, Corey Perry y Ryan Getzlaf han sido responsables de 51 de esas anotaciones, es decir, casi un tercio de la producción ofensiva de todo el conjunto.

En el este, Pittsburgh Penguins (70) y Boston Bruins (62) se encuentran en la cima. Los Pens siguen en los primeros puestos de la liga, en gran parte, gracias a Sidney Crosby, quien lleva la segunda mayor cantidad de asistencias en toda la competición con 43 y encabeza la NHL en puntos, con 68. En tanto que Boston cuenta con Tukka Rask, quien sigue consagrandose como uno de los mejores arqueros, liderando la liga con cinco blanqueadas y figurando cuarto en tiros atajados con una media de 92.8%.


Un partido para destacar: el Winter Classic protagonizado por Detroit Red Wings y Toronto Maple Leafs el pasado 1 de enero, en el estadio de la Universidad de Michigan con una asistencia récord de 105 mil espectadores y bajo una nevada que ayudó a darle un ambiente aún más especial al partido, que de por sí era excepcional. Tras empatar 2-2 en los 60 minutos reglamentarios, el equipo de Toronto se adjudicó el triunfo en los tiros penales, donde acertaron dos de tres intentos.

Los uniformes old school y el ambiente ciento por ciento invernal le dieron una característica única a esta edición del clásico invernal, algo que fue manifestado unánimemente por todos sus participantes. De hecho, no son pocos quienes afirman que este ha sido el mejor juego al aire libre organizado por la NHL en toda su historia.

lunes, 13 de enero de 2014

Contrastes

Están definidos los cuatro finalistas de conferencia en la NFL. Serán dos duelos con características muy marcadas. Mientras que Seahawks y 49ers tienen como fortalezas sus defensivas, la presión al QB rival y el buen tackleo, Broncos y Patriots tienen a sus ofensivas, la producción de yardas y puntos y en especial, a sus dos mariscales de campo, como mayores virtudes. ¿De qué manera llegaron estos equipos a la antesala del Super Bowl? A continuación, una serie de consideraciones respecto a los cuatro ganadores de las semifinales de conferencia.

Que levante la mano quien pensaba que los New England Patriots iban a vencer a los Indianapolis Colts priorizando los acarreos por sobre los pases y sin necesidad que Tom Brady anotara. ¿Dos? ¿Uno? ¿Nadie? Entendible, los Pats jugaron muy distinto a como suelen hacerlo debido a la lluvia que azotaba Foxboro en la noche del sábado y ese plan salió a la perfección con Legarrette Blount, quien corrió 166 yardas en 24 carreras con cuatro touchdowns. Crédito para sus bloqueadores, quienes abrieron enormes espacios, particularmente en el interior de la línea ofensiva. Blount consiguió 162 de sus 166 yardas corriendo entre los tackles y 146 de ellas las logró antes del primer contacto con los rivales. Con una actuación así de dominante, cabe la duda: ¿Repetirán al menos parte de ese plan ofensivo en su viaje a Denver o buscarán aprovechar las debilidades que tiene la secundaria de los Broncos?

"Omaha, Omaha". Snap. Balón de Peyton Manning, busca a quien pasarlo o bien, lo entrega a su corredor. Ganancia de yardas, moviendo las cadenas. La ofensiva de los Denver Broncos marcha relativamente similar a los juegos de temporada regular, salvo que en su triunfo de ayer ante los San Diego Chargers, no anotaron de forma tan monstruosa como lo han hecho en los últimos cuatro meses. Posesiones bien metódicas, buscando equilibrar los pases con las carreras, de manera que sus tres anotaciones surgieron en series que superaron las nueve jugadas y los cinco minutos de duración. A diferencia del año pasado cuando perdieron con los Ravens, esta vez supieron liquidar el partido en el final. Esa conexión de 21 yardas entre Manning y Julius Thomas fue el suspiro de alivio para todo Denver. Con esas mismas marchas sostenidas, buscarán imponerse ante los Patriots. A ver como contrarrestarán los intentos de carga diseñados por Bill Belichick.

Desde hace unas semanas que los Seattle Seahawks vienen patinando a la ofensiva, particularmente por aire. En el duelo del sábado ante los New Orleans Saints, estos últimos presionaban por las orillas manteniendo a Russell Wilson dentro del pocket y obligándolo a lanzar estáticamente. El resultado: Wilson completó apenas 9 de 18 pases con 103 yardas. La alta dosis que propinaron con Marshawn Lynch (140 yardas en 28 acarreos, dos touchdowns) acabó definiendo el partido a su favor. Y ante la ausencia de una ofensiva más prolífica, la defensiva ha mantenido su nivel de excelencia. Si bien, permitieron más de 300 yardas aéreas, limitaron a Jimmy Graham a tan solo una recepción. Y encima, anticiparon otras variantes como los pases de pantalla. De seis que probaron los Saints, apenas pudieron completar uno. La disciplina e intensidad con la que juegan los defensivos de Seattle los distinguen del resto de la competición.

La fuerza e insistencia de los linieros y linebackers de los San Francisco 49ers acabaron rindiendo frutos en su triunfo de ayer frente a los Carolina Panthers. Patrick Willis, Navorro Bowman y Ahmad Brooks son fundamentales dentro del esquema defensivo, debido a su aplicación de los fundamentos como apoyadores, además de ser tackleadores seguros. Y por si fuera poco, ayudaron significativamente presionando a Cam Newton. Brooks y Bowman fueron autores de 3.5 de las 5 capturas sobre el quarterback de las 'Panteras', en tanto que Willis interceptó el primero de dos pases que Newton regaló a los Niners. En ambos 'picks' se pudo notar la concentración y anticipación para ir por el balón. Si persisten con la presión al pasador, podrían dar un gran paso en su visita a Seattle.

miércoles, 8 de enero de 2014

Memorias del BCS

El lunes se disputó la última final de fútbol americano universitario bajo el formato de Bowl Championship Series (BCS), el cual existía desde 1998 y que fue creado con el propósito de declarar un campeón único e indiscutible, a pesar de casos como el ocurrido en 2004, cuando LSU (ganador del Sugar Bowl, el cual fue el partido por el título de ese año) y USC reclamaron el título nacional.

De todas formas, en los 16 años que duró este formato hubo grandes definiciones como la que protagonizaron Ohio State y Miami en 2003, donde los Buckeyes ganaron en doble prórroga, el juego entre Auburn y Oregon en 2011, ganado por los Tigers al final del mismo y el que disputaron hace un par de días Florida State y Auburn, con cuatro anotaciones en los cinco minutos finales, siendo el último el que valió por el triunfo para los Seminoles.

Pero si de finales inolvidables se trata, nada se iguala al partido entre USC y Texas, disputado en la noche del 4 de enero de 2006 en el Rose Bowl. Los Trojans eran los campeones defensores, llevaban 34 victorias consecutivas y tenían entre sus filas a Matt Leinart y Reggie Bush, ambos ganadores del trofeo Heisman. Lógicamente, fueron indicados por la prensa especializada como favoritos para volver a ganar. Mientras que los Longhorns, a pesar de ser el segundo mejor clasificado y de haber tenido la ofensiva más anotadora, llegaban a ese encuentro como los underdogs, un rol que pareció sentarles muy bien.

Después de un buen comienzo de USC, los Horns se metieron de lleno con una intercepción de Michael Huff. Con un parcial de 16-3 en el segundo cuarto, Texas se iba al descanso con la ventaja en el marcador. En la segunda mitad, el duelo se volvió todavía más intenso y con dos acarreos de Lendale White, los 'Troyanos' llegaron al último cuarto arriba por 24-23. Esa ventaja la ampliaron a once puntos con menos de siete minutos por jugar. Parecía que USC se encaminaba a conseguir otro campeonato más, pero en ese momento Vince Young se echó el equipo a sus hombros para encabezar una épica remontada.

En una ofensiva de menos de tres minutos, Young completó cinco pases y acarreó 25 yardas, de las cuales 17 correspondieron al touchdown con el que Texas acortaba la diferencia a solo cuatro unidades. Había partido y el ímpetu se volcaba a favor de los Longhorns, cuya defensiva fue capaz de frenar a los Trojans en un 4° y 2, dejando 2:09 y 66 yardas de recorrido para que Young terminara la faena.

Después de completar una jugada en 3° y 12 (ayudados también por un facemask de USC), Young y los Horns movieron el balón hasta la yarda nueve, donde enfrentaban un 4° y 5 con menos de 25 segundos en el reloj. En formación escopeta, Young recibe el balón para lanzarlo a alguno de sus receptores. Al estar todos cubiertos, el quartberback decide volver a correr, supera un par de tackleadas y con un extraordinario bloqueo de Justin Blalock, Young no solo convertía esa cuarta oportunidad sino que terminó con el ovoide en las diagonales.

En contra de casi todos los pronósticos y el favoritismo que tenía USC, Texas se adjudicaba con el título nacional y Vince Young, quien jugaba su último partido a nivel universitario, fue el gran artifice. Además de sus heroicas acciones que lo convirtieron en el MVP del partido, sus 467 yardas totales (267 pasando, 200 corriendo) quedaron en la historia como récord individual de yardas obtenidas en el Rose Bowl. Una actuación propia de campeonato y que quedó en la historia como una de las proezas más grandes generadas en la era del BCS.

lunes, 6 de enero de 2014

El ímpetu y la pizarra

Existen momentos o jugadas puntuales que pueden ayudar a que un equipo suba su nivel y logre su objetivo. Indianapolis Colts no parece ser un equipo dominante e incluso, por momentos, lucen como un conjunto vulnerable. Pero tienen a Andrew Luck, un quarterback que está completando su segunda temporada en la NFL y ya sobresale como un jugador de partidos grandes. ¿Qué tal ese balón suelto recuperado por Luck y que lo lleva a la zona final? Una clara muestra de actitud y personalidad ganadora en un instante en que Indy se encontraba en plena remontada, la cual completaron con un pase de Luck a T.Y. Hilton, el cual fue lanzado con mucho toque y precisión. A pesar de llegar a estar abajo por 28 puntos y ser superados en varios tramos del partido por los Kansas City Chiefs (15 minutos de diferencia en tiempo de posesión, por ejemplo), Luck y los Colts no se rindieron y fueron capaces de hacer jugadas que los mantuvieron dentro del partido que acabaron ganando por la mínima diferencia.

Otro mariscal relativamente inexperto, pero talentoso y capaz de sacar jugadas claves es Colin Kaepernick. Los San Francisco 49ers lograron el triunfo en casa de los Green Bay Packers, gracias a su última ofensiva que consumió los cinco minutos finales del tiempo reglamentario, donde "Kaep" protagonizó dos jugadas cruciales y ambas en tercer down. La primera fue con un pase preciso a Michael Crabtree llevando el balón a medio campo y la segunda, con la que dieron el gran paso a su victoria, fue con un acarreo de 11 yardas donde Kaepernick anticipó la carga de Jarrett Bush y explotó el espacio abierto para obtener un primer down con sus piernas. A pesar del mal manejo de los timeouts (ocuparon dos en el tercer cuarto) y de los 25 grados bajo cero en Lambeau Field, el QB de los Niners respondió en los momentos precisos y llevó a su conjunto a ganar por tercera vez consecutiva ante los Packers.

Hablemos de estrategias. Por primera vez en su historia, los New Orleans Saints ganaron un partido de playoffs como visitantes y lo hicieron aplicando un interesante plan de juego, tanto ofensivo como defensivo. Drew Brees tuvo problemas en la primera mitad, donde regaló un par de intercepciones, pero los Saints nunca se desesperaron y mezclaron los pases con carreras de Mark Ingram. De hecho, acabaron el juego promediando 5.1 yardas por acarreo y en sus dos ofensivas que finalizaron en touchdown, movieron el balón al menos 50 yardas. Además de consumir los últimos 4:54 antes del gol de campo ganador de Shayne Graham. Lo más interesante estuvo en su defensiva, donde contuvieron las jugadas optativas de los Philadelphia Eagles y limitaron notoriamente la eficiencia de Lesean McCoy. Además, los secundarios de los Saints cubrieron muy bien las rutas profundas de los receptores, en especial de Desean Jackson, quien apareció recién en la segunda mitad. Aceptaron yardas pero no de la forma desmedida en la que venían produciendo los Eagles últimamente.

Si hay un equipo, de los que continúan en carrera, que reúne las condiciones para ser catalogado como sorpresa es San Diego Chargers. No tienen mucho que perder y parecen adoptar bien ese rol. Ayer vencieron en casa de los Cincinatti Bengals, con un muy buen plan de juego diseñado por Mike McCoy y sus asistentes, el cual fue ejectuado elogiablemente por sus jugadores. Ante las condiciones frías que azotaban en Cincinatti, los Chargers decidieron enfatizar los acarreos (40 por sobre 16 intentos de pase), repartiendo el ovoide entre Ryan Matthews, Danny Woodhead y Ronnie Brown. Corriendo en formaciones con bloqueadores o en formaciones abiertas, de forma directa o lateral, poco a poco sumaban yardas y poco a poco fueron agotando a los defensivos bengalíes y en la segunda mitad, Philip Rivers se encargó de liquidar a los locales con pases rápidos y certeros. Defensivamente, pudieron colocar presión sobre Andy Dalton (tres capturas y cuatro golpes adicionales), quien acabó siendo víctima de su propia inseguridad, como quedó reflejada en sus tres entregas de balón.

Mucho ojo con estos Chargers. Hace menos de un mes le propinaron la única derrota de temporada regular a los Broncos en su casa y el próximo domingo volverán a Denver, sin nada que perder y sin complejos, tal como enfrentaron el juego de ayer. Carácter y planificación, las variables que unieron a los cuatro ganadores de la primera ronda de playoffs y así es como visitarán Seattle, Foxboro, Charlotte y Mile High, respectivamente. En los últimos tres años, al menos uno de los dos sembrados número uno cayó en la ronda divisional. ¿Se mantendrá esa tendencia? Está por verse.