
De seguro que muchos en el mundo se maravillan viendo las acrobáticas volcadas que han hecho jugadores como Lebron James, Kevin Durant o Russell Westbrook, las cuales se han repetido una y otra vez por televisión. Pero, ¿Cómo logran hacer eso?
Todo parte en la defensa. Los jugadores estadounidenses ejercen mucha presión al balón cuando está en manos rivales, ya sea defendiendo su propio aro o bien, cuando presionan en la salida de los adversarios. Dicha presión deriva en robos de balón (llevan 58 en el torneo), los que en la mayoría de las veces acaban en canastas fáciles, en donde el Team USA también lidera promediando 26.2 puntos en contra ataque.
Gracias a ese factor, es que los norteamericanos logran sacar amplias diferencias en el marcador, aparte de sacar provecho en rebotes ofensivos (17.6 unidades en segundas chances) y también, en la profundidad de su plantel, la cual le permite al técnico Mike Krzyzewscki distribuir adecuadamente los minutos en cancha por cada jugador.

Con todas estas virtudes surge la pregunta: ¿Se le puede ganar al equipo estadounidense? Sí. Es complicado, pero se puede. En el partido de esta tarde, con el que culminó la etapa de grupos, Argentina le dio pelea a EE.UU. en la primera mitad, en parte, bajando el ritmo de juego y obligando a los norteamericanos a ejecutar posesiones más trabajadas y con más movimientos de poste.
Es clave también reducir la cantidad de perdidas ante el Team USA, para así limitar cualquier posibilidad de contra ataque y por otra parte, plantar defensiva zonal con el objetivo de obligarlos a lanzar triples. Eso sí, no hay que descuidar las marcas. Hoy, los argentinos se desaplicaron en el inicio del tercer cuarto y, al final del mismo, ya perdían por 26 de diferencia.
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