
Su relativa liviandad física y su intensidad eran los elementos con los que Collins siempre generó un alto y positivo impacto en la defensiva de los 'Empacadores'. Siempre iba con vehemencia a tacklear y además, poseía cierto olfato para ir por el balón y cazar algunas intercepciones. Así fue como hizo la jugada más recordada de su carrera: en el Super Bowl XLV, Collins se quedó en la profundidad del campo para cubrir la ruta de pase y al ver que el envío de Ben Roethlisberger iba bombeado, Nick se olvidó de todo y fue directamente por el ovoide y lo capturó, llevándolo a toda máquina, eludiendo rivales y brincando heroicamente para entrar a la zona de anotación, marcando un touchdown de 37 yardas. Un pick six que terminó siendo clave en el triunfo de los Packers en esa noche del 6 de febrero de 2011.
Para entender más a detalle lo descrito anteriormente, estos números explican como Collins llegó a ser catalogado uno de los mejores safeties de la liga en su momento. Registró 417 tackleadas, interceptó 21 pases, forzó seis balones sueltos y anotó cuatro touchdowns, además de haber sido elegido al Pro Bowl en tres oportunidades. Su carrera quizás no fue tan extensa, pero sí muy productiva y por lo mismo, es y seguirá siendo un personaje muy recordado en Lambeau Field, la que fue su casa durante siete temporadas.
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