
El Crimson Tide se fue al intermedio con ventaja de 28-0, y de los cuatro touchdowns que habían marcado, tres surgieron por conducto de sus corredores. Lacy acabó el juego con 140 yardas acarreadas y dos anotaciones, una por tierra y otra por aire. Mientras que Yeldon no se quedó atrás y agregó 108 yardas terrestres y un TD, por la misma vía.
El dominio de sus cinco frontales ofensivos fue tan notorio, que hicieron ver débiles a los defensivos de Notre Dame, incluyendo a su linebacker estrella, Manti Te'o, quien no pudo superar bloqueos y falló tackleos de manera insospechada.
El cansancio de los defensivos de los Fighting Irish, además de la prematura ventaja que obtuvo Alabama, hizo que el duelo terminara siendo muy desigual, algo que se vio reflejado en el marcador (42-14), como en otros apartados. ¿Qué tal el tiempo de posesión? el Tide dominó en esa faceta, controlando el ovoide por 38 minutos, casi dos tercios de partido.
De esa forma, Alabama defendió con éxito el campeonato obtenido en la temporada pasada y, de paso, ganó su tercer título en los últimos cuatro años. En tanto, su entrenador, Nick Saban ganó por cuarta vez en su carrera el National Championship, situándose ahora a dos de los conseguidos por Paul "Bear" Bryant.
Bloqueos, corridas, defensa y fundamentos bien aplicados. Ahí radica la clave del éxito del Crimson Tide. Parecen conceptos obvios, pero no están demás recordarlos en una época en la que el fútbol americano, tanto universitario como profesional, se ha volcado al juego de pases, formaciones abiertas y quarterbacks movedizos. Eso resalta aún más lo hecho por Alabama, que vuelve a reinar en el College Football.
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