Del otro lado, nos encontramos con un acto calamitoso que marcó a los Bengals en el último cuarto. Estando arriba por un punto, Andy Dalton se equivoca haciendo la finta con Jeremy Hill y soltó el balón, que fue recuperado inmediatamente por Arthur Moats. Hace algunas semanas, mencionaba que Cincinatti tiene equipo con potencial para figurar dentro de los mejores de su conferencia, pero su talón de aquiles se encuentra en su mariscal de campo. Parece no haber punto medio con Dalton: o da un partidazo de 300+ yardas y hace grandes jugadas o de lo contrario, es capaz de regalar absurdas intercepciones o cometer errores perjudiciales para su equipo, como pasó ayer. Para tener una idea de su relativa inconstancia: el 6 de noviembre marcó 2.0 de rating frente a los Browns (0 touchdowns, 3 intercepciones) y 10 días más tarde, acabó con 143.9 de rating (3 touchdowns, 0 intercepciones) en el triunfo a domicilio frente a los Saints. Mientras Dalton no se perfile como un jugador franquicia, todo el talento y creatividad del equipo de Cincinnati podría no bastar.
Los Philadelphia Eagles sufrieron de su propia medicina. En su derrota ante los Seattle Seahawks, fueron victimas de como los dirigidos de Pete Carroll establecían control de balón con series de muchas jugadas, tal como es el método de Chip Kelly. El aplomo de Russell Wilson para llevar cada ofensiva de Seattle fue fundamental, así como su lectura a los movimientos defensivos de los Eagles, como quedó de manifiesto en sus tres touchdowns. El primero, en un acarreo (read option) de 26 yardas; el segundo, en un pase a Marshawn Lynch (con quien hizo una finta en la misma jugada) y el tercero, con Doug Baldwin en un envío que tuvo mucho toque de parte de Wilson. Seattle terminó el partido con casi 42 minutos de posesión y 440 yardas producidas a través de 85 yardas. Carroll le ganó el duelo estratégico a Kelly, empleando parte de su filosofía.

Matemáticamente, los San Francisco 49ers tienen posibilidades de ingresar a la postemporada (récord 7-6), pero en la prácitca, parecen mucho más un equipo de nivel bottom 10 que un potencial playoff team. Parte importante de sus problemas pasan por Colin Kaepernick y su pobre ejecutoria como pocket passer. Desde que Jim Harbaugh le dio la titularidad en noviembre de 2012 y de su sorpresivo impacto en jugadas de read option, Kaep no ha mejorado como pasador convencional. Suele no buscar opciones secundarias, se clava en un solo receptor y de vez en cuando, regala alguna intercepción por malas lecturas. Las dos intercepciones que lanzó ayer ante los Oakland Raiders fueron derechamente por malos pases suyos, una tirada a doble cobertura y otra, directo a Charles Woodson quien solo tuvo que atrapar el balón. Colin tiene responsabilidad, pero también Harbaugh quien simplemente botó el juego de carreras (teniendo disponible a Frank Gore), para forzar más y más pases. Estas decisiones más los problemas internos con algunos jugadores han derivado en una campaña muy accidentada de los 49ers. No por nada, ya se discute el futuro de Harbaugh como entrenador en jefe del equipo de la bahía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario