
Eso no quita ni borra su fantástica etapa como la principal figura de los San Diego Chargers (2001-2009). A base de velocidad, fuerza, visión y hábiles manos, Tomlinson fue el terror de las defensivas rivales con sus rápidos quiebres y su versatilidad que le permitía ejecutar jugadas como corredor, receptor e incluso, como mariscal de campo en jugadas de truco (7 pases de touchdown).
No tuvo mucho éxito en playoffs (la culpa no fue suya, en todo caso), pero al finalizar su carrera, lo hizo siendo el jugador con la quinta mayor cantidad de yardas terrestres en la historia de la NFL (13.684), segundo en touchdowns por tierra (145) y tercero en anotaciones totales (162). Además, de haber sido elegido cinco veces al Pro Bowl y haber ganado el premio como MVP de la liga en 2006.
Por todo eso y mucho más, Ladainian Tomlinson será recordado como un grande en el emparrillado de juego y sin dudas, como uno de los mejores jugadores de la primera década del siglo 21.