lunes, 29 de diciembre de 2014

Apuntes de NFL (29 de diciembre)

Desde que la liga decidió colocar solo juegos divisionales en la última semana de la temporada regular, hace ya cuatro años, estamos teniendo partidos muy interesantes con ciertos momentos caóticos. Para tener una idea: ayer, en la primera tanda de partidos, los Chargers perdían con los Chiefs y los Ravens eran incapaces de anotar frente a los Browns, los Texans ganaban ante los Jaguars dejando al equipo de Houston (sí, Houston) como el último clasificado de la conferencia americana. Eventualmente, Baltimore pudo remontar en su partido y terminó adjudicándose esa plaza. Y qué tal en la segunda tanda: en el intermedio de los partidos de la NFC, eran los Packers quienes tenían el primer lugar de la conferencia, debido a que los Seahawks estaban en cero, en su casa, ante los Rams. Como si fuera poco, a eso de las 6:40 de la tarde (hora del Este de Estados Unidos) habían cinco equipos con posibilidades concretas de quedar con ese primer puesto. Ese nivel de drama es el que experimenta la NFL en la 17° jornada para acabar definiendo a sus 12 clasificados a los playoffs, con sus respectivas ubicaciones. En las siguientes líneas, algunas consideraciones sobre el último domingo con los 32 equipos en acción.


Una victoria necesaria: los Green Bay Packers se jugaban mucho más que el título divisional frente a los Detroit Lions. En juego, también estaba la posibilidad de tener libre en la primera ronda de playoffs y jugar en casa la semifinal de conferencia. Finalmente, los Packers lograron el triunfo quedándose con la segunda mejor marca de la NFC (12-4). Aunque la cuota de incertidumbre no fue menor. Cuando Green Bay se puso 14-0 en el segundo cuarto, Aaron Rodgers se resintió seriamente de la lesión que tiene en su pantorrilla izquierda, obligándolo a dejar el partido por un instante. Su momentánea baja causó un impacto sicológico en los dos equipos. La defensa de los Packers estuvo vulnerable y los Lions lograron igualar el marcador en el tercer cuarto. Rodgers, para el alivio de todos en Lambeau Field, volvió y jugando prácticamente en una pierna pudo anotar un par de veces (un pase y un acarreo) para darle la ventaja que acabó siendo decisiva para los Green & Yellow. ¿Cuál es el valor de la localía para Green Bay?, en casa han ganado todos sus partidos de este año (8 de 8), Rodgers lanzó 25 touchdowns y 0 intercepciones. Y esta semana de descanso les caerá perfectamente, más aún para Aaron quien tendrá tiempo para recuperarse.

All Around Watt: se discute mucho sobre la validez de JJ Watt como candidato no solo al mejor jugador defensivo de la temporada, sino que también para ser el MVP de la liga. Su impacto en el juego es innegable. Su fuerza y agilidad hacen desestabilizar a cualquier liniero ofensivo, siendo siempre un peligro para los mariscales contrarios. Ayer, logró tres capturas y una de ellas fue en el endzone provocando un safety, quizás lo único que le faltaba para coronar su muy prolífica temporada, en la que literalmente llenó la ficha estadística. Finalizó la liga con 20.5 capturas (igualando su marca de 2012), 4 balones sueltos forzados, 1 intercepción y aquí, lo más interesante: anotó 5 touchdowns, de los cuales 3 fueron jugando en ofensiva, alineándose como tight end, totalizando 32 puntos convertidos, superando a personajes como Lesean Mccoy (30), Michael Crabtree (24) y su compañero de equipo Andre Johnson (18). Versatilidad absoluta en un equipo algo carente de talento, razón por la cual los Houston Texans se quedaron cortos en la lucha por ingresar a la postemporada. Y esa, puede ser una poderosa razón por la que Watt pierda votos para ser considerado como MVP. No se discute su nivel sobresaliente, pero para desgracia suya, el talento que lo rodea no es el indicado. Basta con ver que acabaron el año jugando con Case Keenum de quarterback.

Los menos malos: al comenzar el presente mes, los Carolina Panthers sumaban apenas tres victorias y se encontraban en una nefasta racha de seis derrotas consecutivas. A partir de entonces, y aprovechando el pobre nivel de sus rivales divisionales, ganaron cuatro partidos seguidos (tres de ellos contra equipos de su mismo grupo) y finalizaron la temporada con marca 7-8-1, suficiente para adjudicarse la división sur de la NFC y tener el primer partido de playoffs en su casa. El único antecedente previo de un ganador divisional como récord negativo es Seattle Seahawks, con su 7-9 en el curso 2010. Lograron meterse a las eliminatorias por el título en la última fecha (partido televisado en horario estelar) y se dieron el lujo de sacar a los entonces campeones vigentes New Orleans Saints. Se ha estado hablando sobre la validez del récord, más allá de las divisiones, pero la liga siempre le ha dado importancia al título divisional como requisito para entrar a las rondas finales. Como sea, los Panthers, quienes hace muy poco sufrieron el accidente automovilístico de Cam Newton -aunque sin consecuencias graves-, se han ganado su derecho y así es como jugarán de locales frente a los Arizona Cardinals, quienes ganaron cuatro partidos más.


Top Five:

1. Seattle Seahawks (12-4). Seis victorias consecutivas y jugando su mejor football en el momento preciso. Será muy difícil que alguien les gane en su estadio.
2. New England Patriots (12-4). Terminaron como los mejores de su conferencia al igual que en 2011, año en que fueron por última vez al Super Bowl.
3. Green Bay Packers (12-4). Poco se habla de Julius Peppers, pero su presencia ha causado un impacto positivo en toda la unidad defensiva.
4. Dallas Cowboys (12-4). Demarco Murray superó las 1.800 yardas y Tony Romo lanzó 15 touchdowns a cambio de apenas 1 intercepción en todo diciembre.
5. Pittsburgh Steelers (11-5). Posiblemente, el mejor de los cuatro equipos que jugarán el wildcard en la AFC. Aunque la lesión de Leveon Bell podría afectarles.

¿Sabías Qué?

- Las 1.845 yardas corridas por Demarco Murray representan un nuevo récord para los Dallas Cowboys, superando las 1.773 de Emmitt Smith en 1995.

- Los Cowboys, a su vez, cerraron la temporada regular invictos como visitantes (8-0), siendo el tercer equipo que logra en todo el Siglo 21. Los dos anteriores: St. Louis Rams en 2001 y New England Patriots en 2007.

- Los receptores de los Kansas City Chiefs cerraron el año sin atrapar un solo pase de touchdown, algo que no ocurría en la liga desde 1964, cuando los New York Giants establecieron esa dudosa marca.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Enrachados

Cada año, la recta final de la NFL tiene a equipos que están dominando en sus divisiones producto de una consistente campaña, siendo legítimos candidatos a llegar muy lejos en la postemporada. Por otra parte, hay un particular puñado de equipos que estando sin margen de error, comienzan a subir su nivel y a ganar partidos de forma consecutiva, convirtiéndose en rivales muy peligrosos para cualquiera, incluso para conjuntos con mejor clasificación. A una fecha del cierre de la temporada regular, hay siete equipos que llegan con rachas de tres o más victorias en línea y aquí, presentamos a tres de ellos.

Los Pittsburgh Steelers han sufrido tres derrotas contra rivales de marca perdedora (dos de ellas en casa) lo que hace dudar de su real calidad, pero han hilvanado tres triunfos seguidos y en cada uno de ellos, han estado dominando a sus rivales, como ocurrió hace un par de semanas en su visita a los Cincinnatti Bengals y como fue ayer ante los Kansas City Chiefs. Ben Roethlisberger ha sido una de las principales claves en los 10 triunfos de los Steelers y lo ha hecho aprovechando las facultades atléticas de sus receptores como Antonio Brown, el novato Martavis Bryant y el experimentado ala cerrada, Heath Miller. Es más, Big Ben figura dentro de los tres mejores de la liga en pases completos (67.4%) y yardas producidas (4.635), siendo esta una nueva marca personal. Y por si fuera poco, es uno de cuatro quartberbacks con rating superior a 100 (103.8). Su defensiva no es tan sólida como en otros años, pero es lo suficientemente capaz como para presionar a los mariscales contrarios, gracias a jugadores como Lawrence Timmons y James Harrison, este último salido del retiro. Ayer presionaron continuamente a Alex Smith, derribándolo en seis ocasiones. Si bien permitieron más de 300 yardas a los Chiefs, no aceptaron touchdowns y bastaron los 20 puntos de su ofensiva para ganar el juego y quedar con la chance de adjudicarse su división. De hacerlo, jugarían la primera ronda de playoffs en su estadio.

Luego de ser arrastrados por los Eagles en el día de acción de gracias, los Dallas Cowboys resurgieron y lograron ganar tres partidos consecutivos, dos de ellos como visitantes y antes de la última fecha, ya tienen asegurado su lugar en los playoffs como ganadores de su división, dejando a Philadelphia fuera de la pelea. A diferencia de otras temporadas, los Vaqueros han mantenido sus bases que se encuentran en su fuerte línea ofensiva, con la que han podido balancear sus jugadas.En este punto de la campaña, Dallas ha corrido en poco más del 50% de sus jugadas, teniendo a Demarco Murray como líder corredor de toda la competición (1.745 yardas, 12 touchdowns) y a un Tony Romo mucho más eficiente y que no ha tenido que forzar muchas jugadas durante el año. Estadísticamente, es su mejor año en pases completos (70.3%), balance de touchdowns/intercepciones (32/8) y rating (114.4). Su defensiva no tiene grandes jugadores, pero es capaz de mantener cualquier ventaja en el marcador y teniendo la capacidad de hacer jugadas importantes. Esta unidad es la quinta mejor de la liga en robos de balón, con 27. Después de tres años literalmente mediocres, llegó la consistencia a los dirigidos de Jason Garrett y dependiendo de los resultados de la última jornada, podrían incluso tener ventaja de localía por todo enero.

Promediando el mes de octubre, los Seattle Seahawks lucían acomplejados, con aparentes problemas internos e incapacidad de resolver partidos, siendo sorprendidos por equipos inferiores como los St. Louis Rams. Pero desde entonces, los vigentes campeones han ganado ocho de nueve partidos y los últimos cinco de forma consecutiva. En cada uno de esos triunfos, los Seahawks han ejecutado mucho mejor en ofensiva, con una sólida producción de Russell Wilson quien sigue evolucionando como pocket passer, faceta por la que podría ser un mariscal muy durable en la liga. Además, Marshawn Lynch ha vuelto a ser factor como en la temporada pasada, generando cuatro centenas terrestres en los últimos ocho partidos, completando así cuatro años seguidos superando las mil yardas corridas. ¿Qué tal esa escapada de 79 yardas anoche frente a los Cardinals? Eso es Beast Mode y ese es Lynch en su mejor estado. Y así como la ofensiva ha levantado, su defensiva ha vuelto a ser una fuerza imponente. Han permitido 14 o menos puntos en cada uno de sus últimos cinco desafíos, consolidandose como la unidad que menos yardas (268.6) y puntos (16.5) está permitiendo en todo el torneo. Ha vuelto su intensidad, aunque cuidado que eso podría generar castigos innecesarios, como algunos que cometieron anoche en Arizona. Luego de haber estado con registro 3-3, Seattle llega a la última fecha 11-4, con la posibilidad de asegurar su división y de tener los playoffs en su casa, como en el curso pasado. Y si consiguen esa ventaja, serán muy difíciles de vulnerar.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Kobe y sus otros récords

El domingo pasado, Kobe Bryant volvía a hacer historia pasando al tercer lugar de la lista histórica de anotadores en la NBA, superando la marca de Michael Jordan (32.292 puntos) y quedando solo detrás de Karl Malone (36.928) y Kareem Abdul Jabbar (38.387), aunque relativamente lejos de esas dos marcas. Valorable y muy comprensible ver a Kobe encaramándose a lo más alto de este ranking, puesto que desde la época en que jugaba con Shaquille O'Neal en los Lakers se perfilaba como un shooting guard que anotaba de formas tan diferentes como a distancia así como en el aire, en esos tiempos en los que protagonizaba los highlights volcando el balón.

Este nuevo hito de Kobe me hizo recordar un par de logros personales vinculados directamente con su faceta anotadora. El primero, ocurrido en la noche del 7 de enero de 2003. Los Lakers, tricampeones defensores por entonces, recibían en Los Angeles a los Seattle Supersonics, partido que fue ganado por los auripúrpuras por 119-98 y que tuvo a Bryant como máximo anotador con 45 puntos. Nada nuevo si consideramos que en su carrera ha tenido múltiples partidos superando los 40s, pero este tuvo una particularidad: 36 de esos puntos llegaron mediante triples, convirtiéndose en el primer jugador de la historia que encestaba 12 lanzamientos de tres en un partido. Puntualmente, fueron seis triples por mitad, terminando esa noche con un impresionante 12/18. Es decir, además de convertir esa inigualable cantidad de tiros, lo hizo en una sucesión precisa en la que llegó a meter seis consecutivos. En algunos, recibiendo y lanzando instantáneamente. En otros, jugando uno contra uno y logrando un mínimo espacio para plantarse y tirar al aro. Eran los tiempos en que Kobe ni se sonrojaba en tomar todos los tiros que fueran necesarios y los resultados acababan dándole la razón. 12 triples en un partido, él fue el primero en hacerlo y hasta ahora, nadie ha podido superarlo.

El segundo, muy recordado hasta el día de hoy, sucedió el 22 de enero de 2006. Época de reconstrucción en los Lakers, donde estaban buscando recambios en algunas posiciones, mientras intentaban ganar partidos. En medio de todo eso, Bryant lideraba al equipo y anotaba, anotaba, anotaba... ¡Y seguía anotando! En esa noche, se dio el lujo de convertir 81 frente a los Toronto Raptors, siendo apenas el segundo jugador de toda la historia en anotar +80 en un partido (el primero: Wilt Chamberlain y sus 100 puntos, en marzo de 1962). Para comprender porqué anotó esa cantidad, es necesario entender el contexto: en esos Lakers, figuraban personajes tales como Smush Parker, Kwame Brown, Chris Mihm, Brian Cook y Sasha Vujacic. Claramente, no había mucha calidad en ese plantel. Y estando en desventaja de 18 puntos en el tercer cuarto de ese partido, Kobe decidió tomar todos los tiros posibles y así le fue: 27 puntos en el tercero y 28 en el cuarto final. Los Angeles ganó ese partido (122-104), gracias a que dos tercios de sus anotaciones llegaron gracias a Bryant quien además de siempre pedir el balón, siempre se ha distinguido por su personalidad competitiva. Jugó la segunda mitad prácticamente completa y fue reemplazado sólo en los segundos finales, para la ovación de los casi 19 mil espectadores presentes en el Staples Center que coreaban "MVP! MVP! MVP!".

"He visto grandes actuaciones, pero ninguna como esta". Esas fueron las palabras de Phil Jackson, quien comenzaba su segundo ciclo como coach de los Lakers y lo dice alguien que dirigió a Michael Jordan, mientras que el dueño del equipo, Jerry Buss declaraba: "Es como un milagro que sucede frente a tus ojos y no puedes creerlo". Mucha atención con lo dicho por Chris Bosh, en entonces jugador de los Raptors, apenas finalizado ese partido: "Toma ese tiro de disparos que parecen que no van a entrar, pero de alguna forma acaban adentro. Probamos con tres o cuatro jugadores, pero parecía como si nadie pudiera defenderlo".

Esas declaraciones de Bosh ayudan a explicar un poco lo que era y sigue siendo Kobe Bryant, un competidor que nunca se esconde y siempre quiere ganar, y su forma de hacerlo es tomando el balón y lanzando al aro. Como lo ha hecho en los últimos 18 años, como en esa noche de los 12 triples, en aquel domingo de los 81 puntos, como en sus múltiples actuaciones en Finales de liga y como fue hace pocos días, cuando superó la marca de Jordan con un par de tiros libres, llevándose una respetuosa ovación de todo el público que asistió a la cancha de los Minnesota Timberwolves. Y como seguramente también será cuando decida retirarse. Si es en tercer lugar de la tabla histórica de anotadores o en un lugar todavía más alto, será decisión del mismo Kobe.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Resumen: Cowboys 38, Eagles 27

Los Dallas Cowboys retomaron el primer lugar de su división, devolviendo la paliza que habían sufrido a manos de los Philadelphia Eagles hace un par de semanas, y lo hicieron sacando una temprana ventaja de 21 puntos en los primeros 18 minutos de partido. En el kickoff, Dan Bailey pateó corto y Dallas recuperó en zona roja, facilitando la primera anotación de la noche. Luego, dos marchas en las que consumieron casi 13 minutos hicieron que los Cowboys tomaran esa considerable ventaja, la cual lograron mezclando pases de Tony Romo (22/31, 265 yardas, 3 touchdowns, 129.1 rating) con algunos acarreos de Demarco Murray (81 yardas en 31 acarreos, 2 touchdowns). Como ha sido característico en esta temporada, la línea ofensiva brindó grandes espacios para los corredores y protegió de gran manera a Romo, marcando muy bien los intentos de presión por el centro de los defensivos de Philadelphia.

Con ese amplio margen de anotaciones en tan poco tiempo, a los Eagles les costó meterse en el juego y fue importante que siempre mantuvieran su estrategia. Una vez establecida su ofensiva high tempo, comenzaron a sumar yardas, mover las cadenas y poner puntos en el marcador. Así fue como lograron revertir esos 21 puntos en contra para llegar a ponerse arriba 24-21 en el tercer cuarto. Sus tres primeras anotaciones las consiguieron en series de 7 a 11 jugadas en las que se tomaron menos de 3:30 por cada serie, tal como siempre busca su entrenador Chip Kelly. Las corridas en campo abierto con Lesean McCoy (64 yardas en 16 acarreos) y los pases relativamente cortos de Mark Sánchez (17/28, 252 yardas, 0 touchdowns, 2 intercepciones, 60.4 rating) ayudaron a que los Eagles entraran en ritmo y así pudieran pelear el partido hasta el final. Encima, todo parecía ponerse de su lado cuando Fletcher Cox recuperó un balón que le habían sacado a Romo, el cual originó el touchdown de Darren Sproles, que les dio la ventaja.

Sin embargo, Dallas nunca aflojó y respondió con dos touchdowns consecutivos. El primero, mediante un acarreo de Murray y el segundo, con un pase de 25 yardas de Romo a Dez Bryant, quien conseguía así su tercera anotación del partido. Esa combinación fue letal ya que Tony completó 6 de 8 pases lanzados a Dez con 114 yardas y los mencionados 3 TDs. Importante indicar que en esas tres jugadas anotadoras, Bryant le ganó al esquinero Bradley Fletcher, quien se encargó de cubrirlo personalmente y fue quemado en cada una de esas secuencias, gracias a la velocidad y los hábiles cortes del receptor de los Cowboys.

Eventualmente, dos entregas de balón de los Eagles (fumble de Brent Celek + intercepción de Sánchez) aseguraron el triunfo de los Cowboys, quienes han ganado sus siete partidos como visitantes en la temporada, siendo el único conjunto de toda la NFL en hacerlo. Por su parte, Philadelphia pierde por segunda semana consecutiva y cerrará el curso con marca 6-2 como local. El resultado de este partido significó que los Vaqueros pasaran al primer lugar de la NFC Este (10-4), dejando a las Águilas en segundo puesto (9-5) y momentáneamente fuera de los playoffs.

Dallas buscará asegurar el título divisional jugando en casa ante los ya clasificados Indianapolis Colts (10-4) en la próxima jornada y luego, de visita frente a los Washington Redskins (3-11). Mientras que Philadelphia deberá ganar sus dos partidos restantes, ambos como forasteros. En la próxima fecha, estarán visitando a los Redskins y en la última semana definirán su clasificación en la cancha de los New York Giants (5-9).

lunes, 8 de diciembre de 2014

Aciertos y calamidades

En el fútbol americano se dice que si algo resulta, hay que insistir con esa fórmula hasta que te detengan. Así parecieron entenderlo los Pittsburgh Steelers quienes han encontrado un corredor muy confiable en Le'veon Bell. Y con él insistieron en el triunfo de ayer en la casa de los Cincinatti Bengals y con una jugada que repitieron tres veces en el último cuarto. La jugada consistía en una formación singleback, con Ben Roethlisberger bajo centro y con Heath Miller, alineado como H-Back, haciendo un movimiento de izquierda a derecha previo al snap. En el momento en que Big Ben entregaba el balón a Bell, el guard derecho David Decastro salía hacia el otro costado a hacer el primer bloqueo y Miller lo seguía para bloquear al linebacker que cubría ese sector. Una jugada que habían hecho un par de veces en la primera mitad y la repitieron otras tres en el cuarto período, con resultados devastadores. La primera, fue un avance de 53 yardas (la corrida más larga de Bell en el partido); la segunda, fue de 13 yardas y desembocó en el touchdown que puso a Pittsburgh arriba en el marcador y la última, fue de 22 yardas para la  anotación que terminó asegurando la victoria para los Steelers, quienes marcaron un parcial de 25-0 en los últimos 15 minutos de juego.

Del otro lado, nos encontramos con un acto calamitoso que marcó a los Bengals en el último cuarto. Estando arriba por un punto, Andy Dalton se equivoca haciendo la finta con Jeremy Hill y soltó el balón, que fue recuperado inmediatamente por Arthur Moats. Hace algunas semanas, mencionaba que Cincinatti tiene equipo con potencial para figurar dentro de los mejores de su conferencia, pero su talón de aquiles se encuentra en su mariscal de campo. Parece no haber punto medio con Dalton: o da un partidazo de 300+ yardas y hace grandes jugadas o de lo contrario, es capaz de regalar absurdas intercepciones o cometer errores perjudiciales para su equipo, como pasó ayer. Para tener una idea de su relativa inconstancia: el 6 de noviembre marcó 2.0 de rating frente a los Browns (0 touchdowns, 3 intercepciones) y 10 días más tarde, acabó con 143.9 de rating (3 touchdowns, 0 intercepciones) en el triunfo a domicilio frente a los Saints. Mientras Dalton no se perfile como un jugador franquicia, todo el talento y creatividad del equipo de Cincinnati podría no bastar.

Los Philadelphia Eagles sufrieron de su propia medicina. En su derrota ante los Seattle Seahawks, fueron victimas de como los dirigidos de Pete Carroll establecían control de balón con series de muchas jugadas, tal como es el método de Chip Kelly. El aplomo de Russell Wilson para llevar cada ofensiva de Seattle fue fundamental, así como su lectura a los movimientos defensivos de los Eagles, como quedó de manifiesto en sus tres touchdowns. El primero, en un acarreo (read option) de 26 yardas; el segundo, en un pase a Marshawn Lynch (con quien hizo una finta en la misma jugada) y el tercero, con Doug Baldwin en un envío que tuvo mucho toque de parte de Wilson. Seattle terminó el partido con casi 42 minutos de posesión y 440 yardas producidas a través de 85 yardas. Carroll le ganó el duelo estratégico a Kelly, empleando parte de su filosofía.

Desde su ingreso a la NFL en 2012, Andrew Luck ha sido el quarterback con más remontadas realizadas, con nueve. La novena llegó ayer, tras ejecutar una ofensiva de 90 yardas en los minutos finales para darle el triunfo a los Indianapolis Colts, en un juego que estuvieron siempre en desventaja ante los Cleveland Browns. Claramente, Luck ya es reconocido como un jugador capaz de reaccionar en momentos difíciles, pero es necesario consignar que los Colts han tenido que revertir desventajas debido a comienzos lentos, problemas de protección de la línea ofensiva y errores del mismo Luck, quien ayer cometió tres perdidas de balón (dos intercepciones y un fumble). Estoy seguro que más de algún seguidor de los Colts quisiera ver menos comebacks y a cambio, mayor consistencia a lo largo de los partidos. Les ayudaría a ser más sólidos.

Matemáticamente, los San Francisco 49ers tienen posibilidades de ingresar a la postemporada (récord 7-6), pero en la prácitca, parecen mucho más un equipo de nivel bottom 10 que un potencial playoff team. Parte importante de sus problemas pasan por Colin Kaepernick y su pobre ejecutoria como pocket passer. Desde que Jim Harbaugh le dio la titularidad en noviembre de 2012 y de su sorpresivo impacto en jugadas de read option, Kaep no ha mejorado como pasador convencional. Suele no buscar opciones secundarias, se clava en un solo receptor y de vez en cuando, regala alguna intercepción por malas lecturas. Las dos intercepciones que lanzó ayer ante los Oakland Raiders fueron derechamente por malos pases suyos, una tirada a doble cobertura y otra, directo a Charles Woodson quien solo tuvo que atrapar el balón. Colin tiene responsabilidad, pero también Harbaugh quien simplemente botó el juego de carreras (teniendo disponible a Frank Gore), para forzar más y más pases. Estas decisiones más los problemas internos con algunos jugadores han derivado en una campaña muy accidentada de los 49ers. No por nada, ya se discute el futuro de Harbaugh como entrenador en jefe del equipo de la bahía.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Apuntes de NFL (Especial Patriots vs Packers)

Uno de los juegos más esperados de la temporada acabó cumpliendo con la expectativa. Sólo cinco puntos separaron a los Packers de los Patriots, tras el 26-21 favorable al equipo de Green Bay. Lambeau Field fue escenario de un duelo que tuvo de todo: ofensivas, defensivas, quarterbacks dominantes, jugadas de poder, anotaciones e interesantes estrategias. Duelos bien jugados, como este, suelen definirse por ciertos detalles o situaciones que van marcando el desarrollo del juego. A continuación, una serie de claves del partido que enfrentaba por primera vez a Tom Brady y Aaron Rodgers.

El Pack controla las acciones

Desde la primera serie, se pudo captar el plan establecido por Mike McCarthy. Primero, involucrando a Eddie Lacy con acarreos por el centro. Si bien, varios de sus intentos no tuvieron mucha ganancia, al final el corredor de segundo año terminó cansando a los defensivos de New England, ya que estos evidenciaron cansancio hacia el final del juego. La insistencia en las corridas -en formaciones abiertas o hasta con doble fullback- ayudó a balancear la selección de jugadas y mantener atentos a los visitantes a esa alternativa. Al final, Lacy acabó con 98 yardas en 21 acarreos (4.7 de media)

De todas formas, la clave del éxito para Green Bay estuvo, como siempre, en los pases. Pero el asunto no es solo jugar por aire, sino cómo. Ayer, McCarthy y compañía echaron a volar la imaginación para distribuir a los receptores por la cancha. Jordy Nelson fue colocado en movimiento y protagonizó una de las jugadas claves del partido, casi al final del segundo cuarto, cuando logró desmarcarse de Darrelle Revis y lo llevó a lo largo de 45 yardas hasta el touchdown. Randall Cobb también tenía un duro marcaje con Brandon Browner, pero fue alineado abierto a la izquierda, a la derecha y hasta en el backfield. En los minutos finales, convirtió una crucial jugada en 3° down que terminó liquidando el juego.

Como Nelson y Cobb estuvieron cubiertos en muchas jugadas, fue Davante Adams quien emergió como la principal opción de pase para Aaron Rodgers, quien desde el primer cuarto identificó un duelo muy favorable con Logan Ryan. El novato Adams ganó continuamente esos duelos, produciendo grandes avances y así fue como generó su primer juego de cien yardas (121 en 6 atrapadas) en su corta carrera, solo le faltó el touchdown -el que dejó caer en el 4° cuarto- para coronar su gran tarde.

Y a propósito de Rodgers: si bien estuvo bajo presión (sufrió tres capturas), siempre tuvo la calma y la precisión para encontrar receptores, a pesar que los secundarios de New England hacían muy bien su tarea, especialmente en zona roja. El oriundo de California es sólido jugando en el pocket y es igual o hasta mejor cuando extiende las jugadas y lanza fuera del bolsillo (¿el mejor de la liga en esa faceta?), ya que nunca pierde de vista a sus compañeros y algo más valioso, sus pases no pierden el toque cuando son en movimiento. Sus números de ayer: 24/38 pases completados, 368 yardas, 2 touchdowns, 112.6 de rating... y eso que Aaron tuvo un inicio lento.

Reacción y caída de los Pats

Los visitantes comenzaron muy mal, con menos de cuatro minutos de ofensiva en todo el primer cuarto y 13 puntos permitidos. Debieron ir desde atrás y lograron meterse rápidamente en el juego, mezclando los pases de Tom Brady con algunos acarreos de Legarrette Blount y Brandon Bolden, quienes aprovecharon los espacios que abrían sus guardias y sumaron yardas importantes, las cuales ayudaron a establecer las marchas. Los Patriots tienen la capacidad de anotar rápido (muy rápido, quizás) y así fue como en un par de ocasiones llegaron a ponerse a dos puntos de los Packers. Los dos pases de touchdown de Brady fueron con Brandon Lafell y en ambos, el receptor ganó el uno a uno con su marcador de turno -Trammon Williams en el primero y Davon House en el segundo- gracias a quiebres que le permitieron desmarcarse y quedar en posición para recibir el ovoide.

Una razón por la que New England pudo mantenerse en la pelea hasta el final del juego fue por su defensiva en las últimas 20 yardas. Limitaron a los Packers a cuatro goles de campo, siendo que estos llegaron a este partido con un 68% de conversiones en zona roja. La cobertura de la secundaria en el endzone fue formidable, haciendo que Rodgers tuviera que tomarse más tiempo del habitual para soltar el balón. Además, en más de una ocasión, el blitz se hizo presente en ese tramo de la cancha, como en una de las capturas, realizada por Donta Hightower, quien atacó por el centro y llegó hacia el mariscal, quien practicamente no pudo reaccionar.

Y una causa por la que los Patriots nunca pudieron revertir el marcador fue por los problemas que tuvo su línea ofensiva para proteger a Brady durante la segunda mitad. Especialmente por los costados, donde llegaban los linieros y/o apoyadores de los Packers para incomodar a Brady, quien debió desplazarse más de lo común para tirar pases. Los locales solo pudieron derribar a Brady en una ocasión pero fue clave en el resultado final: en un 3° y 9 desde la yarda 20 del territorio Packer, Mike Neal entró por el costado izquierdo de la línea y alcanzó a Brady, enseguida Mike Daniels llegó para acabar bajando al mariscal Patriot. Durante el 3° y 4° cuarto, los defensivos de Green Bay habían lanzado cargas de esa especie y al final, ese método generó dividendos. Crédito para Dom Capers, quien hizo ese ajuste.

Conclusión

Los Green Bay Packers obtuvieron un importante triunfo en casa que les permite seguir optando a la clasificación a los playoffs con el mejor de su conferencia y quizás, lo más valioso haya sido que esta victoria los convierte en un equipo contendiente, debido a la complejidad del rival, el plan de juego ejecutado y la actuación del equipo, en especial de sus novatos, quienes dieron un paso adelante. Por su parte, los New England Patriots se mantienen en la cima de su conferencia, aunque ahora necesiten corregir ciertos detalles en la protección al pasador y su defensiva secundaria. La única forma en que se repita este duelo durante la temporada sería el próximo 1 de febrero, cuando se dispute el Super Bowl XLIX. Dado el nivel de estos equipos y lo bien disputado que fue el encuentro de ayer en Lambeau, creo que nadie se enojaría si se da este enfrentamiento en Arizona.