lunes, 29 de diciembre de 2014

Apuntes de NFL (29 de diciembre)

Desde que la liga decidió colocar solo juegos divisionales en la última semana de la temporada regular, hace ya cuatro años, estamos teniendo partidos muy interesantes con ciertos momentos caóticos. Para tener una idea: ayer, en la primera tanda de partidos, los Chargers perdían con los Chiefs y los Ravens eran incapaces de anotar frente a los Browns, los Texans ganaban ante los Jaguars dejando al equipo de Houston (sí, Houston) como el último clasificado de la conferencia americana. Eventualmente, Baltimore pudo remontar en su partido y terminó adjudicándose esa plaza. Y qué tal en la segunda tanda: en el intermedio de los partidos de la NFC, eran los Packers quienes tenían el primer lugar de la conferencia, debido a que los Seahawks estaban en cero, en su casa, ante los Rams. Como si fuera poco, a eso de las 6:40 de la tarde (hora del Este de Estados Unidos) habían cinco equipos con posibilidades concretas de quedar con ese primer puesto. Ese nivel de drama es el que experimenta la NFL en la 17° jornada para acabar definiendo a sus 12 clasificados a los playoffs, con sus respectivas ubicaciones. En las siguientes líneas, algunas consideraciones sobre el último domingo con los 32 equipos en acción.


Una victoria necesaria: los Green Bay Packers se jugaban mucho más que el título divisional frente a los Detroit Lions. En juego, también estaba la posibilidad de tener libre en la primera ronda de playoffs y jugar en casa la semifinal de conferencia. Finalmente, los Packers lograron el triunfo quedándose con la segunda mejor marca de la NFC (12-4). Aunque la cuota de incertidumbre no fue menor. Cuando Green Bay se puso 14-0 en el segundo cuarto, Aaron Rodgers se resintió seriamente de la lesión que tiene en su pantorrilla izquierda, obligándolo a dejar el partido por un instante. Su momentánea baja causó un impacto sicológico en los dos equipos. La defensa de los Packers estuvo vulnerable y los Lions lograron igualar el marcador en el tercer cuarto. Rodgers, para el alivio de todos en Lambeau Field, volvió y jugando prácticamente en una pierna pudo anotar un par de veces (un pase y un acarreo) para darle la ventaja que acabó siendo decisiva para los Green & Yellow. ¿Cuál es el valor de la localía para Green Bay?, en casa han ganado todos sus partidos de este año (8 de 8), Rodgers lanzó 25 touchdowns y 0 intercepciones. Y esta semana de descanso les caerá perfectamente, más aún para Aaron quien tendrá tiempo para recuperarse.

All Around Watt: se discute mucho sobre la validez de JJ Watt como candidato no solo al mejor jugador defensivo de la temporada, sino que también para ser el MVP de la liga. Su impacto en el juego es innegable. Su fuerza y agilidad hacen desestabilizar a cualquier liniero ofensivo, siendo siempre un peligro para los mariscales contrarios. Ayer, logró tres capturas y una de ellas fue en el endzone provocando un safety, quizás lo único que le faltaba para coronar su muy prolífica temporada, en la que literalmente llenó la ficha estadística. Finalizó la liga con 20.5 capturas (igualando su marca de 2012), 4 balones sueltos forzados, 1 intercepción y aquí, lo más interesante: anotó 5 touchdowns, de los cuales 3 fueron jugando en ofensiva, alineándose como tight end, totalizando 32 puntos convertidos, superando a personajes como Lesean Mccoy (30), Michael Crabtree (24) y su compañero de equipo Andre Johnson (18). Versatilidad absoluta en un equipo algo carente de talento, razón por la cual los Houston Texans se quedaron cortos en la lucha por ingresar a la postemporada. Y esa, puede ser una poderosa razón por la que Watt pierda votos para ser considerado como MVP. No se discute su nivel sobresaliente, pero para desgracia suya, el talento que lo rodea no es el indicado. Basta con ver que acabaron el año jugando con Case Keenum de quarterback.

Los menos malos: al comenzar el presente mes, los Carolina Panthers sumaban apenas tres victorias y se encontraban en una nefasta racha de seis derrotas consecutivas. A partir de entonces, y aprovechando el pobre nivel de sus rivales divisionales, ganaron cuatro partidos seguidos (tres de ellos contra equipos de su mismo grupo) y finalizaron la temporada con marca 7-8-1, suficiente para adjudicarse la división sur de la NFC y tener el primer partido de playoffs en su casa. El único antecedente previo de un ganador divisional como récord negativo es Seattle Seahawks, con su 7-9 en el curso 2010. Lograron meterse a las eliminatorias por el título en la última fecha (partido televisado en horario estelar) y se dieron el lujo de sacar a los entonces campeones vigentes New Orleans Saints. Se ha estado hablando sobre la validez del récord, más allá de las divisiones, pero la liga siempre le ha dado importancia al título divisional como requisito para entrar a las rondas finales. Como sea, los Panthers, quienes hace muy poco sufrieron el accidente automovilístico de Cam Newton -aunque sin consecuencias graves-, se han ganado su derecho y así es como jugarán de locales frente a los Arizona Cardinals, quienes ganaron cuatro partidos más.


Top Five:

1. Seattle Seahawks (12-4). Seis victorias consecutivas y jugando su mejor football en el momento preciso. Será muy difícil que alguien les gane en su estadio.
2. New England Patriots (12-4). Terminaron como los mejores de su conferencia al igual que en 2011, año en que fueron por última vez al Super Bowl.
3. Green Bay Packers (12-4). Poco se habla de Julius Peppers, pero su presencia ha causado un impacto positivo en toda la unidad defensiva.
4. Dallas Cowboys (12-4). Demarco Murray superó las 1.800 yardas y Tony Romo lanzó 15 touchdowns a cambio de apenas 1 intercepción en todo diciembre.
5. Pittsburgh Steelers (11-5). Posiblemente, el mejor de los cuatro equipos que jugarán el wildcard en la AFC. Aunque la lesión de Leveon Bell podría afectarles.

¿Sabías Qué?

- Las 1.845 yardas corridas por Demarco Murray representan un nuevo récord para los Dallas Cowboys, superando las 1.773 de Emmitt Smith en 1995.

- Los Cowboys, a su vez, cerraron la temporada regular invictos como visitantes (8-0), siendo el tercer equipo que logra en todo el Siglo 21. Los dos anteriores: St. Louis Rams en 2001 y New England Patriots en 2007.

- Los receptores de los Kansas City Chiefs cerraron el año sin atrapar un solo pase de touchdown, algo que no ocurría en la liga desde 1964, cuando los New York Giants establecieron esa dudosa marca.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Enrachados

Cada año, la recta final de la NFL tiene a equipos que están dominando en sus divisiones producto de una consistente campaña, siendo legítimos candidatos a llegar muy lejos en la postemporada. Por otra parte, hay un particular puñado de equipos que estando sin margen de error, comienzan a subir su nivel y a ganar partidos de forma consecutiva, convirtiéndose en rivales muy peligrosos para cualquiera, incluso para conjuntos con mejor clasificación. A una fecha del cierre de la temporada regular, hay siete equipos que llegan con rachas de tres o más victorias en línea y aquí, presentamos a tres de ellos.

Los Pittsburgh Steelers han sufrido tres derrotas contra rivales de marca perdedora (dos de ellas en casa) lo que hace dudar de su real calidad, pero han hilvanado tres triunfos seguidos y en cada uno de ellos, han estado dominando a sus rivales, como ocurrió hace un par de semanas en su visita a los Cincinnatti Bengals y como fue ayer ante los Kansas City Chiefs. Ben Roethlisberger ha sido una de las principales claves en los 10 triunfos de los Steelers y lo ha hecho aprovechando las facultades atléticas de sus receptores como Antonio Brown, el novato Martavis Bryant y el experimentado ala cerrada, Heath Miller. Es más, Big Ben figura dentro de los tres mejores de la liga en pases completos (67.4%) y yardas producidas (4.635), siendo esta una nueva marca personal. Y por si fuera poco, es uno de cuatro quartberbacks con rating superior a 100 (103.8). Su defensiva no es tan sólida como en otros años, pero es lo suficientemente capaz como para presionar a los mariscales contrarios, gracias a jugadores como Lawrence Timmons y James Harrison, este último salido del retiro. Ayer presionaron continuamente a Alex Smith, derribándolo en seis ocasiones. Si bien permitieron más de 300 yardas a los Chiefs, no aceptaron touchdowns y bastaron los 20 puntos de su ofensiva para ganar el juego y quedar con la chance de adjudicarse su división. De hacerlo, jugarían la primera ronda de playoffs en su estadio.

Luego de ser arrastrados por los Eagles en el día de acción de gracias, los Dallas Cowboys resurgieron y lograron ganar tres partidos consecutivos, dos de ellos como visitantes y antes de la última fecha, ya tienen asegurado su lugar en los playoffs como ganadores de su división, dejando a Philadelphia fuera de la pelea. A diferencia de otras temporadas, los Vaqueros han mantenido sus bases que se encuentran en su fuerte línea ofensiva, con la que han podido balancear sus jugadas.En este punto de la campaña, Dallas ha corrido en poco más del 50% de sus jugadas, teniendo a Demarco Murray como líder corredor de toda la competición (1.745 yardas, 12 touchdowns) y a un Tony Romo mucho más eficiente y que no ha tenido que forzar muchas jugadas durante el año. Estadísticamente, es su mejor año en pases completos (70.3%), balance de touchdowns/intercepciones (32/8) y rating (114.4). Su defensiva no tiene grandes jugadores, pero es capaz de mantener cualquier ventaja en el marcador y teniendo la capacidad de hacer jugadas importantes. Esta unidad es la quinta mejor de la liga en robos de balón, con 27. Después de tres años literalmente mediocres, llegó la consistencia a los dirigidos de Jason Garrett y dependiendo de los resultados de la última jornada, podrían incluso tener ventaja de localía por todo enero.

Promediando el mes de octubre, los Seattle Seahawks lucían acomplejados, con aparentes problemas internos e incapacidad de resolver partidos, siendo sorprendidos por equipos inferiores como los St. Louis Rams. Pero desde entonces, los vigentes campeones han ganado ocho de nueve partidos y los últimos cinco de forma consecutiva. En cada uno de esos triunfos, los Seahawks han ejecutado mucho mejor en ofensiva, con una sólida producción de Russell Wilson quien sigue evolucionando como pocket passer, faceta por la que podría ser un mariscal muy durable en la liga. Además, Marshawn Lynch ha vuelto a ser factor como en la temporada pasada, generando cuatro centenas terrestres en los últimos ocho partidos, completando así cuatro años seguidos superando las mil yardas corridas. ¿Qué tal esa escapada de 79 yardas anoche frente a los Cardinals? Eso es Beast Mode y ese es Lynch en su mejor estado. Y así como la ofensiva ha levantado, su defensiva ha vuelto a ser una fuerza imponente. Han permitido 14 o menos puntos en cada uno de sus últimos cinco desafíos, consolidandose como la unidad que menos yardas (268.6) y puntos (16.5) está permitiendo en todo el torneo. Ha vuelto su intensidad, aunque cuidado que eso podría generar castigos innecesarios, como algunos que cometieron anoche en Arizona. Luego de haber estado con registro 3-3, Seattle llega a la última fecha 11-4, con la posibilidad de asegurar su división y de tener los playoffs en su casa, como en el curso pasado. Y si consiguen esa ventaja, serán muy difíciles de vulnerar.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Kobe y sus otros récords

El domingo pasado, Kobe Bryant volvía a hacer historia pasando al tercer lugar de la lista histórica de anotadores en la NBA, superando la marca de Michael Jordan (32.292 puntos) y quedando solo detrás de Karl Malone (36.928) y Kareem Abdul Jabbar (38.387), aunque relativamente lejos de esas dos marcas. Valorable y muy comprensible ver a Kobe encaramándose a lo más alto de este ranking, puesto que desde la época en que jugaba con Shaquille O'Neal en los Lakers se perfilaba como un shooting guard que anotaba de formas tan diferentes como a distancia así como en el aire, en esos tiempos en los que protagonizaba los highlights volcando el balón.

Este nuevo hito de Kobe me hizo recordar un par de logros personales vinculados directamente con su faceta anotadora. El primero, ocurrido en la noche del 7 de enero de 2003. Los Lakers, tricampeones defensores por entonces, recibían en Los Angeles a los Seattle Supersonics, partido que fue ganado por los auripúrpuras por 119-98 y que tuvo a Bryant como máximo anotador con 45 puntos. Nada nuevo si consideramos que en su carrera ha tenido múltiples partidos superando los 40s, pero este tuvo una particularidad: 36 de esos puntos llegaron mediante triples, convirtiéndose en el primer jugador de la historia que encestaba 12 lanzamientos de tres en un partido. Puntualmente, fueron seis triples por mitad, terminando esa noche con un impresionante 12/18. Es decir, además de convertir esa inigualable cantidad de tiros, lo hizo en una sucesión precisa en la que llegó a meter seis consecutivos. En algunos, recibiendo y lanzando instantáneamente. En otros, jugando uno contra uno y logrando un mínimo espacio para plantarse y tirar al aro. Eran los tiempos en que Kobe ni se sonrojaba en tomar todos los tiros que fueran necesarios y los resultados acababan dándole la razón. 12 triples en un partido, él fue el primero en hacerlo y hasta ahora, nadie ha podido superarlo.

El segundo, muy recordado hasta el día de hoy, sucedió el 22 de enero de 2006. Época de reconstrucción en los Lakers, donde estaban buscando recambios en algunas posiciones, mientras intentaban ganar partidos. En medio de todo eso, Bryant lideraba al equipo y anotaba, anotaba, anotaba... ¡Y seguía anotando! En esa noche, se dio el lujo de convertir 81 frente a los Toronto Raptors, siendo apenas el segundo jugador de toda la historia en anotar +80 en un partido (el primero: Wilt Chamberlain y sus 100 puntos, en marzo de 1962). Para comprender porqué anotó esa cantidad, es necesario entender el contexto: en esos Lakers, figuraban personajes tales como Smush Parker, Kwame Brown, Chris Mihm, Brian Cook y Sasha Vujacic. Claramente, no había mucha calidad en ese plantel. Y estando en desventaja de 18 puntos en el tercer cuarto de ese partido, Kobe decidió tomar todos los tiros posibles y así le fue: 27 puntos en el tercero y 28 en el cuarto final. Los Angeles ganó ese partido (122-104), gracias a que dos tercios de sus anotaciones llegaron gracias a Bryant quien además de siempre pedir el balón, siempre se ha distinguido por su personalidad competitiva. Jugó la segunda mitad prácticamente completa y fue reemplazado sólo en los segundos finales, para la ovación de los casi 19 mil espectadores presentes en el Staples Center que coreaban "MVP! MVP! MVP!".

"He visto grandes actuaciones, pero ninguna como esta". Esas fueron las palabras de Phil Jackson, quien comenzaba su segundo ciclo como coach de los Lakers y lo dice alguien que dirigió a Michael Jordan, mientras que el dueño del equipo, Jerry Buss declaraba: "Es como un milagro que sucede frente a tus ojos y no puedes creerlo". Mucha atención con lo dicho por Chris Bosh, en entonces jugador de los Raptors, apenas finalizado ese partido: "Toma ese tiro de disparos que parecen que no van a entrar, pero de alguna forma acaban adentro. Probamos con tres o cuatro jugadores, pero parecía como si nadie pudiera defenderlo".

Esas declaraciones de Bosh ayudan a explicar un poco lo que era y sigue siendo Kobe Bryant, un competidor que nunca se esconde y siempre quiere ganar, y su forma de hacerlo es tomando el balón y lanzando al aro. Como lo ha hecho en los últimos 18 años, como en esa noche de los 12 triples, en aquel domingo de los 81 puntos, como en sus múltiples actuaciones en Finales de liga y como fue hace pocos días, cuando superó la marca de Jordan con un par de tiros libres, llevándose una respetuosa ovación de todo el público que asistió a la cancha de los Minnesota Timberwolves. Y como seguramente también será cuando decida retirarse. Si es en tercer lugar de la tabla histórica de anotadores o en un lugar todavía más alto, será decisión del mismo Kobe.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Resumen: Cowboys 38, Eagles 27

Los Dallas Cowboys retomaron el primer lugar de su división, devolviendo la paliza que habían sufrido a manos de los Philadelphia Eagles hace un par de semanas, y lo hicieron sacando una temprana ventaja de 21 puntos en los primeros 18 minutos de partido. En el kickoff, Dan Bailey pateó corto y Dallas recuperó en zona roja, facilitando la primera anotación de la noche. Luego, dos marchas en las que consumieron casi 13 minutos hicieron que los Cowboys tomaran esa considerable ventaja, la cual lograron mezclando pases de Tony Romo (22/31, 265 yardas, 3 touchdowns, 129.1 rating) con algunos acarreos de Demarco Murray (81 yardas en 31 acarreos, 2 touchdowns). Como ha sido característico en esta temporada, la línea ofensiva brindó grandes espacios para los corredores y protegió de gran manera a Romo, marcando muy bien los intentos de presión por el centro de los defensivos de Philadelphia.

Con ese amplio margen de anotaciones en tan poco tiempo, a los Eagles les costó meterse en el juego y fue importante que siempre mantuvieran su estrategia. Una vez establecida su ofensiva high tempo, comenzaron a sumar yardas, mover las cadenas y poner puntos en el marcador. Así fue como lograron revertir esos 21 puntos en contra para llegar a ponerse arriba 24-21 en el tercer cuarto. Sus tres primeras anotaciones las consiguieron en series de 7 a 11 jugadas en las que se tomaron menos de 3:30 por cada serie, tal como siempre busca su entrenador Chip Kelly. Las corridas en campo abierto con Lesean McCoy (64 yardas en 16 acarreos) y los pases relativamente cortos de Mark Sánchez (17/28, 252 yardas, 0 touchdowns, 2 intercepciones, 60.4 rating) ayudaron a que los Eagles entraran en ritmo y así pudieran pelear el partido hasta el final. Encima, todo parecía ponerse de su lado cuando Fletcher Cox recuperó un balón que le habían sacado a Romo, el cual originó el touchdown de Darren Sproles, que les dio la ventaja.

Sin embargo, Dallas nunca aflojó y respondió con dos touchdowns consecutivos. El primero, mediante un acarreo de Murray y el segundo, con un pase de 25 yardas de Romo a Dez Bryant, quien conseguía así su tercera anotación del partido. Esa combinación fue letal ya que Tony completó 6 de 8 pases lanzados a Dez con 114 yardas y los mencionados 3 TDs. Importante indicar que en esas tres jugadas anotadoras, Bryant le ganó al esquinero Bradley Fletcher, quien se encargó de cubrirlo personalmente y fue quemado en cada una de esas secuencias, gracias a la velocidad y los hábiles cortes del receptor de los Cowboys.

Eventualmente, dos entregas de balón de los Eagles (fumble de Brent Celek + intercepción de Sánchez) aseguraron el triunfo de los Cowboys, quienes han ganado sus siete partidos como visitantes en la temporada, siendo el único conjunto de toda la NFL en hacerlo. Por su parte, Philadelphia pierde por segunda semana consecutiva y cerrará el curso con marca 6-2 como local. El resultado de este partido significó que los Vaqueros pasaran al primer lugar de la NFC Este (10-4), dejando a las Águilas en segundo puesto (9-5) y momentáneamente fuera de los playoffs.

Dallas buscará asegurar el título divisional jugando en casa ante los ya clasificados Indianapolis Colts (10-4) en la próxima jornada y luego, de visita frente a los Washington Redskins (3-11). Mientras que Philadelphia deberá ganar sus dos partidos restantes, ambos como forasteros. En la próxima fecha, estarán visitando a los Redskins y en la última semana definirán su clasificación en la cancha de los New York Giants (5-9).

lunes, 8 de diciembre de 2014

Aciertos y calamidades

En el fútbol americano se dice que si algo resulta, hay que insistir con esa fórmula hasta que te detengan. Así parecieron entenderlo los Pittsburgh Steelers quienes han encontrado un corredor muy confiable en Le'veon Bell. Y con él insistieron en el triunfo de ayer en la casa de los Cincinatti Bengals y con una jugada que repitieron tres veces en el último cuarto. La jugada consistía en una formación singleback, con Ben Roethlisberger bajo centro y con Heath Miller, alineado como H-Back, haciendo un movimiento de izquierda a derecha previo al snap. En el momento en que Big Ben entregaba el balón a Bell, el guard derecho David Decastro salía hacia el otro costado a hacer el primer bloqueo y Miller lo seguía para bloquear al linebacker que cubría ese sector. Una jugada que habían hecho un par de veces en la primera mitad y la repitieron otras tres en el cuarto período, con resultados devastadores. La primera, fue un avance de 53 yardas (la corrida más larga de Bell en el partido); la segunda, fue de 13 yardas y desembocó en el touchdown que puso a Pittsburgh arriba en el marcador y la última, fue de 22 yardas para la  anotación que terminó asegurando la victoria para los Steelers, quienes marcaron un parcial de 25-0 en los últimos 15 minutos de juego.

Del otro lado, nos encontramos con un acto calamitoso que marcó a los Bengals en el último cuarto. Estando arriba por un punto, Andy Dalton se equivoca haciendo la finta con Jeremy Hill y soltó el balón, que fue recuperado inmediatamente por Arthur Moats. Hace algunas semanas, mencionaba que Cincinatti tiene equipo con potencial para figurar dentro de los mejores de su conferencia, pero su talón de aquiles se encuentra en su mariscal de campo. Parece no haber punto medio con Dalton: o da un partidazo de 300+ yardas y hace grandes jugadas o de lo contrario, es capaz de regalar absurdas intercepciones o cometer errores perjudiciales para su equipo, como pasó ayer. Para tener una idea de su relativa inconstancia: el 6 de noviembre marcó 2.0 de rating frente a los Browns (0 touchdowns, 3 intercepciones) y 10 días más tarde, acabó con 143.9 de rating (3 touchdowns, 0 intercepciones) en el triunfo a domicilio frente a los Saints. Mientras Dalton no se perfile como un jugador franquicia, todo el talento y creatividad del equipo de Cincinnati podría no bastar.

Los Philadelphia Eagles sufrieron de su propia medicina. En su derrota ante los Seattle Seahawks, fueron victimas de como los dirigidos de Pete Carroll establecían control de balón con series de muchas jugadas, tal como es el método de Chip Kelly. El aplomo de Russell Wilson para llevar cada ofensiva de Seattle fue fundamental, así como su lectura a los movimientos defensivos de los Eagles, como quedó de manifiesto en sus tres touchdowns. El primero, en un acarreo (read option) de 26 yardas; el segundo, en un pase a Marshawn Lynch (con quien hizo una finta en la misma jugada) y el tercero, con Doug Baldwin en un envío que tuvo mucho toque de parte de Wilson. Seattle terminó el partido con casi 42 minutos de posesión y 440 yardas producidas a través de 85 yardas. Carroll le ganó el duelo estratégico a Kelly, empleando parte de su filosofía.

Desde su ingreso a la NFL en 2012, Andrew Luck ha sido el quarterback con más remontadas realizadas, con nueve. La novena llegó ayer, tras ejecutar una ofensiva de 90 yardas en los minutos finales para darle el triunfo a los Indianapolis Colts, en un juego que estuvieron siempre en desventaja ante los Cleveland Browns. Claramente, Luck ya es reconocido como un jugador capaz de reaccionar en momentos difíciles, pero es necesario consignar que los Colts han tenido que revertir desventajas debido a comienzos lentos, problemas de protección de la línea ofensiva y errores del mismo Luck, quien ayer cometió tres perdidas de balón (dos intercepciones y un fumble). Estoy seguro que más de algún seguidor de los Colts quisiera ver menos comebacks y a cambio, mayor consistencia a lo largo de los partidos. Les ayudaría a ser más sólidos.

Matemáticamente, los San Francisco 49ers tienen posibilidades de ingresar a la postemporada (récord 7-6), pero en la prácitca, parecen mucho más un equipo de nivel bottom 10 que un potencial playoff team. Parte importante de sus problemas pasan por Colin Kaepernick y su pobre ejecutoria como pocket passer. Desde que Jim Harbaugh le dio la titularidad en noviembre de 2012 y de su sorpresivo impacto en jugadas de read option, Kaep no ha mejorado como pasador convencional. Suele no buscar opciones secundarias, se clava en un solo receptor y de vez en cuando, regala alguna intercepción por malas lecturas. Las dos intercepciones que lanzó ayer ante los Oakland Raiders fueron derechamente por malos pases suyos, una tirada a doble cobertura y otra, directo a Charles Woodson quien solo tuvo que atrapar el balón. Colin tiene responsabilidad, pero también Harbaugh quien simplemente botó el juego de carreras (teniendo disponible a Frank Gore), para forzar más y más pases. Estas decisiones más los problemas internos con algunos jugadores han derivado en una campaña muy accidentada de los 49ers. No por nada, ya se discute el futuro de Harbaugh como entrenador en jefe del equipo de la bahía.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Apuntes de NFL (Especial Patriots vs Packers)

Uno de los juegos más esperados de la temporada acabó cumpliendo con la expectativa. Sólo cinco puntos separaron a los Packers de los Patriots, tras el 26-21 favorable al equipo de Green Bay. Lambeau Field fue escenario de un duelo que tuvo de todo: ofensivas, defensivas, quarterbacks dominantes, jugadas de poder, anotaciones e interesantes estrategias. Duelos bien jugados, como este, suelen definirse por ciertos detalles o situaciones que van marcando el desarrollo del juego. A continuación, una serie de claves del partido que enfrentaba por primera vez a Tom Brady y Aaron Rodgers.

El Pack controla las acciones

Desde la primera serie, se pudo captar el plan establecido por Mike McCarthy. Primero, involucrando a Eddie Lacy con acarreos por el centro. Si bien, varios de sus intentos no tuvieron mucha ganancia, al final el corredor de segundo año terminó cansando a los defensivos de New England, ya que estos evidenciaron cansancio hacia el final del juego. La insistencia en las corridas -en formaciones abiertas o hasta con doble fullback- ayudó a balancear la selección de jugadas y mantener atentos a los visitantes a esa alternativa. Al final, Lacy acabó con 98 yardas en 21 acarreos (4.7 de media)

De todas formas, la clave del éxito para Green Bay estuvo, como siempre, en los pases. Pero el asunto no es solo jugar por aire, sino cómo. Ayer, McCarthy y compañía echaron a volar la imaginación para distribuir a los receptores por la cancha. Jordy Nelson fue colocado en movimiento y protagonizó una de las jugadas claves del partido, casi al final del segundo cuarto, cuando logró desmarcarse de Darrelle Revis y lo llevó a lo largo de 45 yardas hasta el touchdown. Randall Cobb también tenía un duro marcaje con Brandon Browner, pero fue alineado abierto a la izquierda, a la derecha y hasta en el backfield. En los minutos finales, convirtió una crucial jugada en 3° down que terminó liquidando el juego.

Como Nelson y Cobb estuvieron cubiertos en muchas jugadas, fue Davante Adams quien emergió como la principal opción de pase para Aaron Rodgers, quien desde el primer cuarto identificó un duelo muy favorable con Logan Ryan. El novato Adams ganó continuamente esos duelos, produciendo grandes avances y así fue como generó su primer juego de cien yardas (121 en 6 atrapadas) en su corta carrera, solo le faltó el touchdown -el que dejó caer en el 4° cuarto- para coronar su gran tarde.

Y a propósito de Rodgers: si bien estuvo bajo presión (sufrió tres capturas), siempre tuvo la calma y la precisión para encontrar receptores, a pesar que los secundarios de New England hacían muy bien su tarea, especialmente en zona roja. El oriundo de California es sólido jugando en el pocket y es igual o hasta mejor cuando extiende las jugadas y lanza fuera del bolsillo (¿el mejor de la liga en esa faceta?), ya que nunca pierde de vista a sus compañeros y algo más valioso, sus pases no pierden el toque cuando son en movimiento. Sus números de ayer: 24/38 pases completados, 368 yardas, 2 touchdowns, 112.6 de rating... y eso que Aaron tuvo un inicio lento.

Reacción y caída de los Pats

Los visitantes comenzaron muy mal, con menos de cuatro minutos de ofensiva en todo el primer cuarto y 13 puntos permitidos. Debieron ir desde atrás y lograron meterse rápidamente en el juego, mezclando los pases de Tom Brady con algunos acarreos de Legarrette Blount y Brandon Bolden, quienes aprovecharon los espacios que abrían sus guardias y sumaron yardas importantes, las cuales ayudaron a establecer las marchas. Los Patriots tienen la capacidad de anotar rápido (muy rápido, quizás) y así fue como en un par de ocasiones llegaron a ponerse a dos puntos de los Packers. Los dos pases de touchdown de Brady fueron con Brandon Lafell y en ambos, el receptor ganó el uno a uno con su marcador de turno -Trammon Williams en el primero y Davon House en el segundo- gracias a quiebres que le permitieron desmarcarse y quedar en posición para recibir el ovoide.

Una razón por la que New England pudo mantenerse en la pelea hasta el final del juego fue por su defensiva en las últimas 20 yardas. Limitaron a los Packers a cuatro goles de campo, siendo que estos llegaron a este partido con un 68% de conversiones en zona roja. La cobertura de la secundaria en el endzone fue formidable, haciendo que Rodgers tuviera que tomarse más tiempo del habitual para soltar el balón. Además, en más de una ocasión, el blitz se hizo presente en ese tramo de la cancha, como en una de las capturas, realizada por Donta Hightower, quien atacó por el centro y llegó hacia el mariscal, quien practicamente no pudo reaccionar.

Y una causa por la que los Patriots nunca pudieron revertir el marcador fue por los problemas que tuvo su línea ofensiva para proteger a Brady durante la segunda mitad. Especialmente por los costados, donde llegaban los linieros y/o apoyadores de los Packers para incomodar a Brady, quien debió desplazarse más de lo común para tirar pases. Los locales solo pudieron derribar a Brady en una ocasión pero fue clave en el resultado final: en un 3° y 9 desde la yarda 20 del territorio Packer, Mike Neal entró por el costado izquierdo de la línea y alcanzó a Brady, enseguida Mike Daniels llegó para acabar bajando al mariscal Patriot. Durante el 3° y 4° cuarto, los defensivos de Green Bay habían lanzado cargas de esa especie y al final, ese método generó dividendos. Crédito para Dom Capers, quien hizo ese ajuste.

Conclusión

Los Green Bay Packers obtuvieron un importante triunfo en casa que les permite seguir optando a la clasificación a los playoffs con el mejor de su conferencia y quizás, lo más valioso haya sido que esta victoria los convierte en un equipo contendiente, debido a la complejidad del rival, el plan de juego ejecutado y la actuación del equipo, en especial de sus novatos, quienes dieron un paso adelante. Por su parte, los New England Patriots se mantienen en la cima de su conferencia, aunque ahora necesiten corregir ciertos detalles en la protección al pasador y su defensiva secundaria. La única forma en que se repita este duelo durante la temporada sería el próximo 1 de febrero, cuando se dispute el Super Bowl XLIX. Dado el nivel de estos equipos y lo bien disputado que fue el encuentro de ayer en Lambeau, creo que nadie se enojaría si se da este enfrentamiento en Arizona.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Apuntes de NFL (24 de noviembre)

La víspera del Thanksgiving significa, además de la festividad, el comienzo de la recta final en la temporada regular en la NFL. Y ya se percibe esa intensidad, los partidos son más disputados, los marcadores abultados de a poco escasean y a cambio, tenemos resultados más parejos. Hay equipos que están alcanzando un nivel de excelencia en un momento apropiado, como los Patriots y los Packers, otros que ganan pero no exentos de dudas, como los Broncos y los Cowboys, y otros que sienten como cambia la competición, como los Chiefs quienes en cuestión de cuatro días pasaron de derrotar a los campeones defensores a caer contra los colistas absolutos de la liga. A continuación, algunas consideraciones referentes a la 12° jornada.


Imponiendo respeto: los New England Patriots se tomaron la primera posición de la conferencia americana y lo han hecho derrotando, entre otros, a cuatro líderes divisionales. No solo los vencieron, sino que se impusieron en todas las facetas del juego. Anotando de forma abundante, presionando continuamente a los pasadores rivales y haciendo jugadas letales en cuadros especiales. Han enfrentado a Cincinnati Bengals, Denver Broncos, Indianapolis Colts y Detroit Lions, y los vencieron por margenes de 22 (dos veces), 25 y 26 puntos, además de anotar 34 o más unidades en cada uno de esos duelos. Es necesario consignar que en esos duelos, hubo interesantes estrategias defensivas, con diversos esquemas de presión (como ocurrió en el juego ante Denver), además de detalladas coberturas a los principales receptores, como ocurrió ayer con Calvin Johnson, quien apenas completó 58 yardas en cuatro recepciones. La pegajosa marca de jugadores como Darrelle Revis y Devin McCourty quedó evidenciada en la enorme cantidad de pases desviados o que simplemente, acabaron incompletos producto de lo bien que cubrían a los receptores de los Lions. Fue tal la eficiencia defensiva de los Pats, que Matthew Stafford marcó su peor porcentaje pasador (39.1% / 18 de 46 completos) y su peor rating (49.5) en esta temporada. Su siguiente desafío será uno grande: contra los Green Bay Packers en Lambeau Field, donde se encontrarán con el mariscal más dinámico de la liga en la figura de Aaron Rodgers.

Máxima protección: el triunfo de los Dallas Cowboys en casa de los New York Giants llegó en una ofensiva bien manejada por Tony Romo, quien completó los seis pases que lanzó en esa última serie. Los dos últimos merecen una mención especial, ya que Romo tuvo más de cinco segundos para buscar receptor y lanzar, en una prueba de habilidad del mariscal, de colaboración por parte de sus receptores y por sobre todo, de fortaleza en su línea ofensiva que en esas dos jugadas le brindaron una formidable protección a Romo quien nunca tuvo que desplazarse para extender las jugadas. Tyron Smith, Ronald Leary, Travis Frederick, Zach Martin y Doug Free mantuvieron sus carriles y nunca cedieron ante los intentos de los linieros defensivos de los Giants. Es más, en el pase de touchdown de Romo con Dez Bryant, Smith se encargó de bloquear a Jason Pierre Paul y no le permitió atacar en ocho segundos, llegando a derribarlo en un momento de esa secuencia. Esa joven y bien preparada línea de los Cowboys es una gran razón para entender porqué llevan ocho triunfos en once partidos. No solo abren espacios para Demarco Murray, también garantizan seguridad a su mariscal.


Elasticidad: en el mismo partido disputado en East Rutherford se produjo la atrapada más espectacular que se ha visto en las canchas de la NFL, en mucho tiempo. En el comienzo del segundo cuarto, Eli Manning lanzó un pase desde la yarda 43 en territorio rival. El balón voló hasta lo profundo de la cancha, donde el novato Odell Beckham Jr. se desmarcó de Brandon Carr, quien lo venía sujetando, y en plena marcha, hizo un espectacular ajuste, estirando su cuerpo hacia atrás y al ver que el balón se alejaba, estiró su brazo derecho llegando a atrapar el balón a tres dedos (!) y cayó en el endzone, anotando el touchdown. Velocidad para correr la cancha en pocos segundos, elasticidad para ajustar su cuerpo en una posición incomoda para cualquier mortal, pero no para un atleta quien suele ensayar recepciones a una sola mano y en diferentes situaciones, a pie firme, en carrera y en salto, tal como exhibía la televisión norteamericana, apenas minutos antes que Beckham lo pusiera en práctica en pleno partido, como si estuviera escrito en un guión de una película filmada en tiempo real. Esto es mucho más que talento característico de un receptor joven, sino que es atleticismo y conocimiento total del cuerpo llevado a la complejidad de un partido de fútbol americano y como resultado, nos dejó esta asombrosa jugada.

Top Five:

1. New England Patriots (9-2). Tom Brady lleva 52 partidos consecutivos lanzando al menos un pase de touchdown, está a tres juegos de obtener esa marca.
2. Green Bay Packers (8-3). Eddie Lacy corrió para 125 yardas con dos touchdowns en el triunfo en Minnesota. La ofensiva es mucho más que pases.
3. Arizona Cardinals (9-2). No sirve de mucho que la defensa logre 7 sacks, si la ofensiva sufre para lograr primeros downs. Extrañan y mucho a Carson Palmer.
4. Denver Broncos (8-3). Parecían en problemas, pero Peyton Manning y compañía anotaron 22 puntos seguidos para derrotar a los Dolphins.
5. Dallas Cowboys (8-3). Los ajustes defensivos fueron importantes para remontar el partido ante los Giants. En las próximas tres fechas, tendrán dos duelos cruciales ante los Eagles.

¿Sabías Qué?

- Brian Hoyer es el primer quarterback de los Cleveland Browns que logra tres partidos consecutivos de +300 yardas, desde que lo hiciera Brian Sipe en 1983.

- Los Atlanta Falcons están invictos frente a rivales de su división (4-0), pero han perdido sus siete enfrentamientos contra el resto de la liga.

- En las dos derrotas consecutivas que han sufrido los Detroit Lions, no han conseguido touchdowns, siendo 22 marchas en línea sin anotar de seis puntos, además de quedar limitados a menos de diez unidades en esos juegos (6 vs Arizona, 9 vs New England).

- Después de 368 días y 16 derrotas consecutivas, los Oakland Raiders volvieron a ganar un partido oficial. Eso sí, la marca de caídas continúa siendo de los Tampa Bay Buccaneers, quienes perdieron 26 juegos seguidos entre 1976 y 1977.

jueves, 20 de noviembre de 2014

Ideas sueltas


El 5-5 con el que han iniciado los Cleveland Cavaliers indica, numéricamente hablando, un signo de mediocridad. En la práctica, también lo puede ser, si vemos que en varios pasajes de sus partidos, el equipo cae en la dinámica del isolation. Uno o dos pases y Lebron James aislado contra su marcador de turno o bien, Kyrie Irving buscando el desequilibrio con un quiebre hacia la canasta o un tiro de larga distancia. Muchas de esas acciones terminan positivamente, pero no es precisamente lo que busca el director técnico, David Blatt, cuya intención es generar una ofensiva abierta con continua rotación y cierta relatividad en las posiciones, algo que está sufriendo Kevin Love, quien tiene un rol muy diferente del que gozaba en los Timberwolves (cualquier parecido con Chris Bosh es mera coincidencia). Los Cavs necesitan muchos ajustes para lograr una ofensiva mucho más armónica y también requieren mejorar su estrategia defensiva, ya que suelen permitir canastas por no asignar debidamente sus marcajes. Para entender los problemas defensivos de Cleveland, un par de referencias: actualmente, son el sexto peor equipo reboteador de la NBA (41.0 por partido) y el quinto peor en eficiencia defensiva (111.2 puntos permitidos por cada 100 posesiones).

Los Memphis Grizzlies han sido los primeros en alcanzar las 10 victorias en toda la liga. La diferencia respecto al comienzo de la temporada pasada está en que Marc Gasol (18.0 puntos, 7.8 rebotes por juego) se encuentra saludable y se consolida como una de las piezas claves en ofensiva. Es quien toma más tiros en promedio junto con Zach Randolph y Mike Conley (13 por partido), además de estar lanzando casi siete tiros libres por jornada. Aparte, hay que recordar que en la liga pasada, Gasol no pudo jugar en los primeros dos meses, período en el que Memphis sufrió para ganar partidos (récord 13-17 al finalizar diciembre 2013). Este gran inicio de 10-2, además de su alza en eficiencia ofensiva (107.7 puntos por cada 100 posesiones) podrían ser claves para un posible primer lugar en la conferencia del oeste en abril, cuando se definan los puestos de clasificación a los playoffs.

Una cosa es perder partidos, pero otra muy distinta es jugar para perderlos. De esto se les acusa a los Philadelphia 76ers, cuya actitud en la cancha parece de un equipo que no tiene mucho interés en competir y que a cambio, perderían todos los partidos posibles para tener mayores chances de tener el primer pick del próximo draft. Ya han sufrido palizas de 22, 25, 32 y 53 puntos de diferencia y en otros casos, han tenido derrotas más cerradas como la del pasado viernes en Houston, donde ganaban por tres puntos a 35 segundos del final, pero una falta técnica de su entrenador, Brett Brown, le abrió la puerta a los Rockets para que remontaran el marcador. Encima, la flojera de los jugadores para pelear los rebotes y armar jugadas tampoco invita a creer en otra cosa. El tanking vive en Pennsylvania.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Run, run & run

Priorizar el acarreo como opción ofensiva, emplear formaciones con tight ends bloqueadores, fullbacks que desplacen a cuanto defensivo se ponga enfrente, si es posible agregar un sexto liniero con tal de ganar más poder en las trincheras y por sobre todo, entregarle el balón al corredor para que sea el caballito de batalla del equipo. Seguir bloqueos, enfrentar tackleadores, sumar yardas y así sucesivamente hasta llegar a la zona de anotación. Todo eso es parte de los elementos clásicos del fútbol americano y que cada tanto, vuelven a verse en algunas canchas de la NFL.

Así se dio en algunos de los partidos de la 11° jornada, donde se vieron casos de running backs que llevaron el ovoide en más de 30 ocasiones y con grandes resultados. El duelo entre Seattle Seahawks y Kansas City Chiefs tuvo mucho de aquello. Marshawn Lynch (124 yardas en 24 acarreos) y Jamaal Charles (159 yardas en 20 acarreos, dos touchdowns) se encargaron de comandar las ofensivas, con muchas corridas por el centro que signifcaron tener series prolongadas, como en los primeros dos touchdowns del partido, donde se fueron 18 de los primeros 30 minutos de juego. La diferencia entre ambos conjuntos fue que los Chiefs siguieron insistiendo con las corridas en la segunda mitad, de hecho el triunfo lo consiguieron con una jugada por tierra de Knile Davis, sacando la cantidad necesaria de pases, mientras que los Seahawks prescindieron de los acarreos en un momento y optaron por pasar, como en una 4ta y goal desde la yarda cuatro, donde Russell Wilson tiró un pase fuera de alcance para Doug Baldwin. Andy Reid decidió seguir firme con el plan original y así fue como Kansas City logró su quinta victoria consecutiva. Una mención especial para una escapada de 47 yardas, de Charles, a comienzos del último cuarto. Atacando el espacio creado y volando en campo abierto, haciendo inútil el esfuerzo de sus perseguidores. Eso es power running football y es un auténtico espectáculo.

Tres ejemplos destacables y muy similares: corredores debutantes que habían tenido poca productividad en el año y que en sus respectivos juegos explotaron, causando un impacto muy positivo en sus equipos. Cincinnati Bengals ganó en su visita a New Orleans Saints, primero porque volvió la creatividad en los pases, y segundo por Jeremy Hill, quien está aprovechando su oportunidad. Hace un par de semanas había tenido su primera centena terrestre (154 yardas y 2 TDs vs. Jaguars) y ayer, volvió a cargar con las jugadas terrestres de Cincy, llevando el balón en 27 de las 36 corridas ordenadas por Marvin Lewis. Esta vez no anotó, pero sumó 152 yardas, balanceando completamente la ofensiva de los Bengalíes que terminaron dominando a los locales. Igual de llamativo fue el partido de Alfred Blue, en el triunfo de los Houston Texans ante los Cleveland Browns. Llegando a este encuentro, Blue no había tenido más de 14 acarreos en un juego, pero ayer -y considerando que Ryan Mallett estaba de quarterback- fue el protagonista absoluto, corriendo 36 veces con el ovoide y ganando 156 yardas. Fue importante para dominar en el tiempo de posesión y también, para compensar la baja de Arian Foster, quien no jugó por lesión. Los Texans han tenido altibajos, pero su récord es 5-5. Matemáticamente, podrían aspirar a un lugar en los playoffs.

Aunque el caso más impresionante estuvo en el triunfo de New England Patriots en terreno de Indianapolis Colts, un partido que fue promocionado como el duelo de quarterbacks entre Tom Brady y Andrew Luck, pero donde al final, la estrella terminó siendo Jonas Gray... ¿Quién? Gray, quien surgió de Notre Dame y había sido fichado por los Pats hace poco más de un mes teniendo un rol secundario en los tres partidos disputados previamente. Anoche, Jonas encabezó la ofensiva de los visitantes, corriendo 38 veces con el balón, generando 199 yardas y anotando en cuatro ocasiones. Una actuación redonda para una estrategia redonda: New England usó muchos de esos acarreos en formaciones con doble ala cerrada y en otras, con un fullback. Los bloqueos frontales de éstos más los bloqueos en carrera que hacían los guardias abrieron espacios de toda especie para que Grey atacara y sumara yardas, muy similar a lo que hicieron en el juego de playoffs de la temporada pasada, donde los Patriots ganaron con seis anotaciones por tierra. Los entrenadores, como Bill Belichick, tienen mucho mérito al atreverse a alinear estos corredores sin experiencia, pero con hambre de mostrarse en el máximo escenario y terminar causando sorpresas, esas que suelen romper los partidos en favor de un conjunto.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Fuerzas igualadas

Según la Real Academia de la Lengua Española, paridad significa "comparación de algo con otra o símil" e "igualdad de las cosas entre sí". Esta última definición es perfectamente aplicable a la competencia que ofrece la NFL, donde más de la mitad de los equipos tiene chances relativamente legítimas de pelear por los puestos de clasificación a los playoffs y más específico aún, donde en un buen día, cualquiera le puede ganar a cualquiera -el triunfo de los Jets sobre Pittsburgh sirve como ejemplo-.

La décima semana del presente curso cerrará con 19 equipos con rendimientos superiores al 50%. Es decir, más de la mitad de la liga tiene récord ganador. Un síntoma positivo, que a simple lectura, indicaría que estamos en presencia de una temporada especialmente competitiva, donde en primer lugar tenemos a equipos que están dominando (New England, Denver, Arizona) y en un segundo grupo, a un puñado de conjuntos con potencial, capaces de ganar partidos pero con cierto margen de error que les lleva a perder juegos que bien pudieran ganar (Philadelphia, Dallas, Green Bay, Seattle, Cleveland, Pittsburgh, entre otros).

Ese buen síntoma se refleja en la situación de cuatro divisiones que tienen a tres o hasta cuatro equipos con marca ganadora. El caso más destacable es el de la AFC Norte: Browns (6-3), Bengals (6-3-1), Steelers (6-4) y Ravens (6-4) están separados por menos de medio juego de diferencia. Los cuatro son buenos equipos, aunque cada uno con características especiales: los Browns no lucen pero están saliendo adelante, dejando muy atrás el circo que se había montado en pretemporada con Johnny Manziel. Los Bengals iniciaron muy bien el año, pero sus tres caídas han sido calamitosas, tal como fue el 2.0 de rating que tuvo Andy Dalton el jueves pasado. Steelers y Ravens han ganado partidos de forma contundente, pero han perdido otros de manera absurda. Arrasar con Carolina y caer en casa con Tampa Bay. Arrollar a Baltimore y luego caer ante los Jets. Esa irregular línea es la que marca a Pittsburgh y que podría costarle caro más adelante.

Las otras tres divisiones (Este y Oeste AFC, Oeste NFC) tienen en la cima a equipos que han ganado casi todos sus partidos y detrás de ellos, equipos que pretenden establecerse como contendientes. Los 49ers resistieron la remontada de los Saints en la segunda mitad, una enorme combinación entre Colin Kaepernick y Michael Crabtree en 4° down mantuvo al equipo con vida y otra enorme jugada, pero de Ahmad Brooks abrió la puerta para un valioso triunfo a domicilio. Ganar de visita siempre es difícil y una victoria así puede ser la diferencia en una posible clasificación en un puesto de wild card. Y por contra partida, una derrota en casa puede pesar a final de campaña, tal como pasó ayer con los Buffalo Bills, quienes estuvieron arriba durante tres cuartos, pero en el último, recibieron 14 puntos de parte de los Kansas City Chiefs, un rival directo en los puestos de comodín que acabó arrebatándole una victoria.

Así como hay divisiones con dos, tres y hasta cuatro equipos con buenas marcas, siempre hay un grupo que está nivelado pero hacia abajo. Desde que la realineación divisional de la liga en 2002, se han dado 10 campeones divisionales con registros de 9-7 o peor, teniendo como caso más recordado el 7-9 con el que Seattle ganó su grupo en 2010. La posibilidad de tener un 'menos malo' este año se encuentra en la NFC Sur, donde los Saints son líderes con récord 4-5, seguidos por los Panthers con 3-6-1, los Falcons con 3-6 y los Buccaneers con 1-8. Por increíble que parezca, estos últimos dos equipos, de los peores de la presente liga, tienen posibilidades matemáticas de ir a la postemporada. Es el riesgo y el resultado que genera tener una competición pareja. Puede tener partidos más disputados, pero también puede dejar un campeón divisional con pocos méritos y con chances de llegar a lo profundo de la postemporada.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Resumen: Clippers 104, Warriors 121


De manera muy convincente, los Golden State Warriors se impusieron como locales y lo hicieron estableciendo su patrón de juego desde los primeros minutos, con mucha rotación de balón, movimientos por todo lo ancho de la pista y diversas cortinas, creando sucesiones de pases rápidos y lanzamientos cómodos. Mucho ojo con algunos de los movimientos sin balón y hasta algunas situaciones en las que forman el triángulo, eso es parte de lo que pretende imponer su nuevo entrenador, Steve Kerr, agilizando aún más a la ofensiva que ya funcionaba muy bien bajo la orden de Mark Jackson.

Los Splash Brothers fueron los protagonistas del triunfo warrior. Stephen Curry encabezó a su equipo en anotaciones, con 28 puntos (9/18 de cancha, 3/6 de triples, 6/6 de tiros libres). Con la excepción de dos canastas convertidas en la llave, el resto fueron tiros de media y larga distancia, en los que Curry salía de cortinas, recibía y lanzaba inmediatamente. Su mecánica le ayuda a tomar tiros muy rápidos y la fluidez colectiva influye en que esos tiros sean muy naturales. El mismo concepto aplica con Klay Thompson, quien llegaba a este juego como el máximo encestador de la liga (casi 30 puntos de media), y anoche convirtió "solo" 19 (7/13 de cancha, 3/3 de triples). De sus siete canastas, seis las consiguió de forma consecutiva. En cada una de ellas, recibía la pelota y tiraba automáticamente, casi de forma inconsciente y sabiendo que el tiro terminaría entrando. Thompson se perfila este año para seguir mejorando en anotaciones, algo que puede lograr, dada su facilidad para tomar tiros de larga distancia.

Golden State busca también consolidar la parte defensiva, así como también en su profundidad de plantilla. Draymond Green juega buena defensa, pero también desea convertirse en otra arma confiable de ataque. Anoche lo demostró, llenando su ficha estadística: 24 puntos (8/13 de cancha, 4/8 de triples), 8 rebotes y 5 asistencias. Para destacar también, la producción de los bases reservas, Leandro Barbosa (13 puntos, 5/7 de cancha) y Shaun Livingston (6 puntos y 6 asistencias), ambos recién integrados al equipo. Ayudaron a mantener la consistencia, mientras los titulares descansaban, generando buenos pases y canastas relativamente fáciles. Para entender aún más el nivel de ejecución de los Warriors: anoche acabaron el juego encestando 58.1% de sus intentos al aro, convirtieron 15 de 25 triples y 29 de sus 43 canastas llegaron mediante asistencias. Y por si fuera poco, anotaron sus 20 tiros libres.

Los Clippers, desde el primer cuarto, quedaron rezagados en el marcador, llegando a estar abajo hasta por 25 puntos. Perdían muchos rebotes y sus rotaciones defensivas fueron lentas, permitiendo ese alto porcentaje de conversiones a los locales. Además, la ofensiva nunca logró establecerse como tal, derivando en muchas jugadas de uno contra uno. El fastidio fue tal que su entrenador, Doc Rivers, en un momento dejó de dar instrucciones a sus jugadores y dejó que resolvieran por su cuenta. Tal vez, para que se dieran cuenta que así no ganarán muchos partidos durante la temporada.

Chris Paul finalizó el duelo con 15 puntos y 12 asistencias, pero siempre estuvo incomodo y muy molesto. De hecho, en el tercer cuarto se ganó una falta técnica, luego de protestar agresivamente tras un cobro de los jueces. Jamal Crawford encabezó al conjunto de Los Angeles con 24 puntos (8/13 de cancha), mientras que Deandre Jordan cosechó 17 puntos y 13 rebotes, además de regalarnos algunas volcadas dignas de ser vistas en highlights.

Los Warriors (4-0) se mantienen como uno de tres equipos invictos en la NBA, junto con los Houston Rockets y los Memphis Grizzlies. Este fin de semana, expondrán su racha cuando tengan que visitar en noches consecutivas a Houston y a Phoenix. Por su parte, los Clippers (3-2) pierden su segundo encuentro en la presente liga y desde este sábado, jugarán cuatro partidos seguidos como locales, frente a Portland; San Antonio; Phoenix y Chicago.

lunes, 3 de noviembre de 2014

La pizarra Patriota

Más allá del duelo particular de Tom Brady y Peyton Manning, los New England Patriots no solo se impusieron ante los Denver Broncos (43-21), sino que hicieron sentir su localía y además, causaron estragos en las tres facetas del juego. Estas son las principales causas para comprender este triunfo de los Pats, que los sitúa en lo más alto de la conferencia americana, después de nueve jornadas.

La defensiva de los Patriots consistió básicamente en formaciones 4-2-5, donde regularmente presionaban con no más de cuatro jugadores (o cinco, en contadas ocasiones), dejando a sus esquineros y profundos cubriendo todas las opciones de pases largos. El detalle estuvo en la forma en como presionaban al mariscal de Denver: hubo ciertas rotaciones entre jugadores de línea y linebackers, quienes intercambiaban roles de presión y cobertura. Cuando Jamie Collins o Donta Hightower atacaban por el centro, Rob Ninkovich o Akeem Ayers retrocedían para cubrir ese espacio que dejaban los apoyadores. De hecho, la primera intercepción de Manning fue lanzada a la zona que fue a cubrir Ninkovich y que, en apariencia, Peyton no vio. Y cuando Ninkovich y Ayers se lanzaban a presionar, Collins o Hightower retrocedían para defender el pase.


El motivo principal por el que emplearon esa estrategia fue para limitar la producción de los Broncos en rutas cruzadas, donde jugadores como Wes Welker o Emmanuel Sanders suelen ser muy eficientes. Con Sanders no resultó (151 yardas en 10 recepciones), pero sí con Welker quien nunca fue factor y encima, facilitó la segunda intercepción de la tarde al no poder atrapar el balón y en el intento, le cayó de rebote a Brandon Browner. Otra causa por la que dio resultados esta estrategia fue porque forzaron a que Peyton Manning tuviera que tomar más tiempo de costumbre para lanzar el ovoide. Muchas veces, no encontraba a su primera opción y debía buscar otras alternativas. Manning estuvo relativamente inquieto y se notó. Es útil ignorar las 438 yardas con las que terminó, ya que 259 de ellas las cosechó en la segunda mitad, cuando los Patriots habían sacado un margen superior a los 20 puntos.

En ofensiva, el equipo de New England aplicó formaciones con cuatro receptores y otras con doble ala cerrada. Fue llamativo ver lo productivo que fueron las jugadas de play action, siendo que los Pats corren poco y con irregulares resultados. Cada finta que hacía Brady representaba, al menos, un segundo más para ver toda la cancha y encontrar a un compañero desmarcado. Los secundarios de los Broncos cubrían la profundidad de la cancha, pero el centro fue explotado por el #12, quien completó pases de toda especie con Rob Gronkowski y Julian Edelman, quienes combinados sumaron 194 yardas en 18 recepciones, con un touchdown cada uno. Gronkowski saca ventaja por su tamaño y elasticidad para atrapar el balón, tal como se vio en una recepción a una mano que completó en el último cuarto, mientras que Edelman cumple una función similar a la que realizaba Welker, cuando jugaba en los Pats. El blitz neutralizado por la línea ofensiva + la precisión de Brady para encontrar el espacio en fracción de segundo, acabó dejando en ridículo a la defensiva de Denver, que llegaba a este juego como la sexta mejor de la liga.


Edelman no solo fue importante en ofensiva sino que lo fue mucho más en cuadros especiales, protagonizando una de las jugadas cruciales del partido. Con 8:34 por jugar en el segundo cuarto, Britton Colquitt hizo un (accidentado) despeje, que tomó Edelman en de su yarda 16, eligió la banda derecha para correr y siguiendo tres bloqueos generados dentro las diez primeras yardas, llevó el balón hasta el otro lado de la cancha para su segunda anotación del juego. Grandes jugadas de special teams suelen marcar los partidos y esta, produjo un quiebre a favor de los Patriots, quienes sacaron ventaja de 20-7 y tomaron control absoluto del duelo.

La localía siempre es aprovechada por los Patriots, quienes en temporada regular no pierden desde septiembre del 2012, y se conjunta con el plan diseñado por Bill Belichick y sus coordinadores. Esto les da una sensación de seguridad cuando juegan en Gillette Stadium, sin importar si enfrente tenían a uno de los mejores equipos de la NFL, como los Broncos. La estrategia llevada brillantemente al terreno de juego, razón poderosa por la que New England continúa siendo un equipo contendiente, mientras Belichick y Brady sigan vigentes.

jueves, 30 de octubre de 2014

Una noche Gigante

En el deporte norteamericano, los séptimos juegos de una serie siempre son especiales. Se define quien gana la llave y al mismo tiempo, quien queda fuera. Pero si se trata de una serie por el título, no es más que la definición del campeón de la liga. Todo en un partido. De eso se trataba el séptimo juego de la Serie Mundial, disputado anoche en el Kauffman Stadium de Kansas City, donde los Royals habían logrado igualar la serie y con ello, forzar el encuentro decisivo. Y encima, con una estadística a su favor: los últimos nueve Game 7 habían sido ganados por equipos locales.

En apariencia, todo a favor del representante de la Liga Americana y todo en contra del conjunto de la Nacional, San Francisco Giants, que en su historia tenía récord de 0-4 en séptimos juegos del clásico de otoño. Ese patrón parecía estar dándose en el comienzo del juego, donde los Royals anotaron dos carreras en el segundo inning, nivelando el marcador y obligando a que los Giants cambiaran a su pitcher abridor, Tim Hudson, quien no alcanzó a completar dos entradas y fue relevado por Jeremy Affeldt.


La situación en el montículo se tranquilizó un poco más para los visitantes y luego, en el cuarto inning, anotaron su tercera carrera, la cual acabó siendo decisiva en el duelo, gracias a un batazo de Michael Morse que impulsó a Pablo Sandoval hasta el home. El venezolano, quien había inaugurado el marcador en el segundo episodio, fue por lejos el mejor jugador ofensivo de San Francisco, al conectar hit en sus tres turnos al bat, junto con las dos carreras mencionadas y con ello, completó una muy productiva postemporada, promediando .366 al bat. con 26 hits y 12 carreras anotadas.

El equipo californiano tomó la ventaja en la pizarra y en una sabia decisión, decidieron darle el turno de lanzar a Madison Bumgarner, quien pitcheó exitosamente en el primer y quinto juego de la serie -ambos ganados por los Giants- , permitiendo apenas una carrera en 16 innings, además de haber ponchado a 13 bateadores rivales. Claramente, Bumgarner entró como el último relevo anoche con la misión de asegurar el triunfo para los visitantes y no solo lo consiguió, sino que además lo hizo dominando a casi todos sus oponentes.


Completó cinco entradas en las que no permitió carreras y apenas le batearon dos hits (uno de ellos, en el noveno inning). Ponchó a cuatro rivales y retiró a 14 bateadores consecutivos. Un nivel de excelencia propio de los grandes pitchers y si consideramos los dos títulos anteriores de los Giants, Bumgarner ha salido victorioso en los cinco partidos que jugó, promediando 0.25 carreras permitidas. Y tomando en cuenta solo esta postemporada, permitió apenas 6 carreras en 52.2 innings lanzados. Es decir, una media de 1.03 carreras en contra. Sólo Burt Hooton (0.82 en 1981) y John Smoltz (0.95 en 1996) aceptaron menos carreras en una serie de playoffs, en la historia de las Grandes Ligas.

Tres títulos en cinco años y ocho en toda su historia. Los San Francisco Giants están escribiendo una parte importante de su historia en esta década y lo han hecho, principalmente, con buen pitcheo. Como fueron Tim Lincecum en 2010 y Matt Cain en 2012, ahora es Madison Bumgarner quien sobresale en el montículo, con actuaciones que fueron merecedoras de su premio como MVP de la Serie Mundial y con una técnica de lanzamiento que le dio una personalidad intimidante y a la vez, gigante, como bien se llama este equipo y como fue el triunfo de anoche que les valió regresar a lo más alto de todo el béisbol.

miércoles, 29 de octubre de 2014

NBA Retro: los originales Hornets

A fines de los años 80, la NBA vivía una época de expansión en cuanto a la cantidad de equipos, uno de los proyectos concretados bajo David Stern como comisionado. Y dentro de esa expansión, los Charlotte Hornets fueron uno de esos nuevos equipos que se integraron a la liga en 1988. Desde sus orígenes captaron la atención de muchos, ya sea por su singular nombre, por su mascota Hugo the Hornet, por el color de sus uniformes y también por jugadores como Tyrone Bogues, quien fue parte de los Hornets durante las primeras nueve temporadas de la franquicia.

Muggsy, recordado hasta el día de hoy por ser el jugador más bajo de la historia de la liga (1.60 metros), era pequeño y bien escurridizo. Nunca fue un gran anotador, pero sí llegó a tener varias temporadas con promedios de 8 a 10 asistencias, justo en la época en que comenzaba a crecer el equipo de Charlotte, cuando lograron reclutar grandes talentos universitarios como Alonzo Mourning y Larry Johnson, y así, se ganaron un respetable espacio dentro del Este, llegando a tener sus primeras apariciones en playoffs.

A finales de los 90s, los Hornets se consolidaban como uno de los equipos protagonistas, aunque ya eran otros los que figuraban en el plantel. Glen Rice, David Wesley y Vlade Divac, quien llegó de los Lakers a cambio de "un tal" Kobe Bryant -elegido en el draft-, encabezaron el equipo hasta 1999, cuando el equipo entró en su última etapa en Charlotte. Posteriormente, llegaron Baron Davis, Jamal Mashburn y P.J. Brown, quienes lideraron al equipo entre 2000 y 2002. En esas tres últimas campañas en el norte de Carolina, clasificaron a la postemporada, logrando llegar a las semifinales de conferencia en dos oportunidades. Y como si fuera poco, Davis siendo la máxima figura de los Hornets tuvo su primera nominación al Juego de Estrellas.

Pero misteriosamente, el público que acompañó mucho al equipo durante los 90s, aparentemente había perdido interés en los Hornets, por lo que la asistencia al Charlotte Coliseum bajó notoriamente, llegando a tener el peor aforo de toda la liga en el curso 2001/2002. Poderosa razón para trasladarse a New Orleans, donde reside actualmente aquella franquicia y ahora continúa bajo la denominación de New Orleans Pelicans. En 2004, nació un nuevo equipo en Charlotte que hasta hace algunos meses era conocido como Bobcats, aunque a partir de esta nueva temporada, serán los nuevos Hornets.

Y como en su momento, Mourning, Johnson, Rice, Bogues y Davis fueron figuras, ahora Kemba Walker, Lance Stephenson y Al Jefferson lideran esta renovada versión de las "abejitas" y con Michael Jordan como propietario de la franquicia. A ver si en Charlotte se recupera el encanto que llegó a generar el baloncesto en los tiempos del pequeño Muggsy.

lunes, 27 de octubre de 2014

Apuntes de NFL (27 de octubre)

La liga está llegando al punto medio de temporada. Si bien, hay equipos como Denver y Dallas que encabezan sus conferencias, en lo que va de este año no se ven conjuntos realmente dominantes. Por ejemplo, los Colts en una semana dejan en cero a los Bengals y en la siguiente reciben más de 600 yardas y 51 puntos de los Steelers. Los Packers venían de cuatro triunfos consecutivos, pero sufrieron una serie de hechos desafortunados en New Orleans y acabaron perdiendo inapelablemente ante los Saints. Al menos, Indy y Green Bay van con registros ganadores a diferencia de otros como Chicago y los Jets, quienes además de perder, tienen serios problemas internos y en especial, con sus respectivos mariscales. La singular jungla de la NFL que ya casi completa ocho semanas de competición y en las siguientes líneas, algunos sucesos destacados en los juegos de ayer.


Angry Cardinals: hace tres semanas, consignaba en este mismo espacio que si los Arizona Cardinals deseaban perfilarse como un equipo contendiente, necesitaban tener disponible a su mariscal titular, Carson Palmer, y eso se notó en el triunfo de ayer ante los Philadelphia Eagles. Sus dos pases de touchdown fueron precisos y directos a las manos de sus receptores, Larry Fitzgerald y John Brown. Pero el éxito de los pájaros rojos no se justifica sólo en tener al veterano quarterback, sino que también pasa por contar con una defensiva agresiva y especialmente disciplinada. La agresividad necesaria para haber presionado a Nick Foles hasta con ocho jugadores, obligándolo a forzar algunos pases, como los dos que interceptó Antonio Cromartie. En las últimas dos jugadas se pudo notar la disciplina de parte de los esquineros para cubrir personalmente a los receptores e impedir que atraparan el balón, además de no cometer infracciones. Así es como Arizona llegará a noviembre como puntero divisional.

Errores básicos: el 13-9 final del duelo entre Seattle Seahawks y Carolina Panthers nos indica que fue un partido marcado por las buenas defensivas de ambos equipos, algo relativamente cierto. Aunque también se debió a la falta de eficiencia de los dos quarterbacks, en especial de Cam Newton, cuyos dos balones perdidos se originaron por errores suyos. El primero, en una jugada de option, nunca se decidió entre darle el balón a Darrin Reaves o quedárselo para lanzar. El resultado fue un balón suelto recuperado por los Hawks. Y el segundo, fue un pase tirado bajo presión, corriendo a su costado débil y casi cayéndose. Una intercepción muy evitable, si es que Newton hubiese hecho algo más lógico. Esos errores les costaron a los Panthers su cuarta derrota de la temporada, aunque tienen fortuna de estar en una división floja, pues a pesar de su récord (3-4-1), igualmente comandan su grupo.

Un arma dorada: ante la lesión de Calvin Johnson, ha comenzado a sobresalir la figura de Golden Tate en las jugadas de pase de los Detroit Lions. No es tan alto como Megatron, pero es igualmente confiable en toda clase de rutas, en particular las más largas. Así quedó demostrado en el partido jugado en Wembley, donde atrapó un pase de 59 yardas enviado por Matthew Sttaford, el cual terminó en las diagonales. Ese fue el primer touchdown en la remontada de los Lions, quienes de estar abajo 0-21 en el intermedio, acabaron ganando 22-21 ante los Atlanta Falcons. Otro ejemplo para entender el impacto de este receptor fichado en la agencia libre: en cuatro de los últimos cinco partidos, ha superado las 100 yardas y previo a esa racha, sólo había tenido tres partidos de 100 o más yardas en recepciones en su carrera. Quizás lo estén extrañando en Seattle.

Top Five:

1. Denver Broncos (6-1). Mucho ojo con su defensiva. Entre Von Miller y Demarcus Ware acumulan 16 derribos de quarterback.
2. Dallas Cowboys (6-1). La mejor línea ofensiva y el mejor ataque terrestre de la liga, encabezado por Demarco Murray, quien se acerca a las mil yardas.
3. Arizona Cardinals (6-1). Su defensiva es la tercera mejor contra los acarreos (77.9 yardas por partido) y la quinta en puntos permitidos (19.9).
4. New England Patriots (6-2). Desde el descalabro en Kansas City, han hilvanado cuatro triunfos y en la racha, Tom Brady ha lanzado 14 touchdowns y ninguna intercepción.
5. Detroit Lions (6-2). Sus últimas dos victorias han sido mediante remontadas y sin Megatron. Llegarán a noviembre en lo alto de su división.

¿Sabías Qué?

- Con sus 522 yardas registradas ayer, el quarterback de los Pittsburgh Steelers, Ben Roethlisberger se convirtió en el primer jugador de la historia en sumar dos partidos de 500 yardas. El anterior, fue el 20 de diciembre de 2009, cuando registró 509 frente a los Green Bay Packers.

- Además, Roethlisberger igualó la cuarta mejor marca de yardas de pase en un partido (Boomer Esiason: 522 en noviembre de 1996, jugando por Arizona). El récord sigue siendo las 554 de Norm Van Brocklin, registradas en septiembre de 1951.

- Luego del triunfo de ayer frente a los Chicago Bears, ya son 13 victorias consecutivas frente a equipos de la división norte de la NFC para los New England Patriots.

- El duelo de anoche entre los Green Bay Packers y los New Orleans Saints fue el tercero de la historia de la NFL que terminó sin despejes, aunque fue el primero que además de no tener despejes, tampoco tuvo retornos de kickoff.

lunes, 20 de octubre de 2014

De récords y triquiñuelas


Anoche, Peyton Manning alcanzó una de las marcas más trascendentales para un quarterback. Con sus cuatro pases de touchdown en el triunfo de Denver Broncos sobre San Francisco 49ers, Manning alcanzó las 510 anotaciones por aire, superando la marca de 508 de Brett Favre y apoderándose así del récord histórico. No debiera sorprender, debido a lo extensa y productiva que ha sido la trayectoria de Peyton en la NFL y no debiera sorprender tampoco que 179 de aquellos pases fueron con Marvin Harrison (112) y Reggie Wayne (67). Gran parte del ciclo de Manning en Indianapolis Colts fue con ellos como sus principales receptores. El nivel de entendimiento que había de parte del #18 con ellos llegó a alcanzar la perfección, sacando jugadas casi de memoria y ejecutando ofensivas no huddle, en una época en que esa estrategia no era tan usual.

Lo que sí impresiona es ver la vigencia de Manning a sus 38 años de edad. No hay que olvidar que no jugó durante todo un año (2011) debido a una cirugía en el cuello y desde que se integró a los Broncos, en 2012, ha mantenido si es no que no ha perfeccionado en su nivel de excelencia. Su estado físico y mental, combinado con un gran reparto de corredores/receptores y una sólida línea ofensiva, lo mantiene como un mariscal muy vigente. 510 touchdowns y contando, y considerando su ritmo productivo, quizás podría extender en varias decenas ese récord. ¿Quién dijo 550? ¿Alguien ya piensa en los 600?

Aparte de Harrison y Wayne, es llamativo encontrar dos actuales jugadores de Denver dentro de las máximas conexiones anotadoras con Manning, tomando en cuenta el tiempo relativamente corto que lleva en Mile High. Aquí, los 10 jugadores que más touchdowns han recibido del oriundo de New Orleans.

Historia de NFL / Pases de touchdown de Peyton Manning

112 Marvin Harrison
  67 Reggie Wayne
  44 Dallas Clark
  31 Marcus Pollard
  28 Demayrius Thomas
  24 Erick Decker
  21 Julius Thomas
  20 Brandon Stokley
  15 Austin Collie
  11 Edgerrin James

Las jugadas de truco, como el término lo dice, son enviadas en contadas ocasiones a lo largo de la temporada. Por su creatividad y su alto riesgo, pueden causar grandes resultados como podrían generar una catástrofe. Jeff Fisher arriesgó ayer, y en grande, en el triunfo de St. Louis Rams frente a sus rivales divisionales, Seattle Seahawks. No solo sacó una, sino que ordenó dos jugadas especiales que acabaron siendo decisivas. En el segundo cuarto, estando arriba 14-3 en el marcador, Tavon Austin se alineó para recibir el despeje. Austin se cargó a su izquierda e hizo toda la secuencia previa a atrapar el balón, atrayendo a la mayoría de los jugadores de Seattle quienes fueron en su dirección, cuando en verdad, el ovoide iba hacia el lado opuesto donde Stedman Bailey, quien se había alineado en apariencia para bloquear, corrió hasta su propia yarda 10 y tomó el balón, siguió dos bloqueos y con el camino a su disposición, completó una carrera de 90 yardas hasta el touchdown. Dos jugadores en posición de tomar el balón, algo muy poco visto en la NFL y cuyo poco uso fue bien aprovechado por los Rams y para sorpresa de todos los Hawks.


Más tarde, con menos de tres minutos para terminar el juego, los Rams tenían una 4ta y 8 en su propia yarda 18. Formación típica de despeje, el balón fue centrado a John Hekker quien en vez de patear, lanzó el ovoide a Benjamin Cunningham, completando una jugada de 18 yardas. Descabellado y muy arriesgado, pero con cierto grado de lógica: Hekker tiene pasado como quarterback de nivel colegial y además, en septiembre de 2012, tiró un pase anotador a Danny Amendola con que los Rams vencieron a Seattle. Aparte, en esta jugada especial, Cunningham hizo un cruce con Bailey, dejando a Benjamin aislado y en posición para atrapar el pase. Nada como preparar una jugada para sorprender al rival y con ello, liquidar el juego. Y en este caso, dejando a los campeones en serios problemas: los Seahawks no perdían dos partidos consecutivos desde las jornadas 7 y 8 de la temporada 2012 y al cabo de seis encuentros en el presente curso, solo han ganado tres.

lunes, 13 de octubre de 2014

Lo valorable y lo curioso

Después de perder en la semana inaugural, los Dallas Cowboys han ganado cinco partidos consecutivos. Y de esas cinco victorias, la de ayer en casa de los Seattle Seahawks debe ser la más valiosa. Era la prueba más dura que enfrentaba Dallas en lo que va de curso, el partido en el que podían comprobar qué tan lejos podrían apuntar este año. Los Cowboys no solo ganaron, sino que lo hicieron sin perder la concentración (esos 2 balones perdidos del tercer cuarto pudieron costar caro). Además, siguieron la receta que habían aplicado los San Diego Chargers cuando enfrentaron a los vigentes campeones en la segunda fecha: control del balón, ofensivas largas finalizadas en anotaciones. Aunque los Vaqueros lo hicieron a su estilo, con un sólido trabajo de sus linieros quienes dominaron en las trincheras, abriendo paso a Demarco Murray quien volvió a superar la centena terrestre (115 yardas en 29 acarreos, 1 touchdown).

El poderío de la línea también está beneficiando a Tony Romo. En el juego de ayer, el quarterback tuvo tiempo para leer las coberturas defensivas e identificar los puntos favorables. Romo sacó provecho de la elasticidad de Dez Bryant Y Terrance Williams, quienes completaron atrapadas con un alto grado de dificultad. Después del primer partido, donde Romo regaló 3 intercepciones, sólo ha lanzado dos intercepciones a cambio de diez touchdowns. Antes de proclamar a Dallas como aspirante al Super Bowl, habría que esperar y ver como continúa creciendo este conjunto. Más aún si consideramos que todavía tienen pendientes sus duelos divisionales frente a los New York Giants (jornadas 7 y 12) y los Philadelphia Eagles (jornadas 13 y 15).

Siempre se ha dicho que entre las cualidades que distinguen a los grandes quarterbacks de la NFL del resto están los game winning drives. Esas ofensivas en las que el mariscal de campo puede llevar a su equipo a la victoria, tal como lo hizo ayer Aaron Rodgers en el triunfo de los Green Bay Packers ante los Miami Dolphins. Con 2:04 por jugar, Rodgers tomó el balón desde la yarda 40 de su territorio y lo llevó hasta las diagonales mediante 11 jugadas. La marcha tuvo diversas complejidades, debido a la presión de los defensivos de Miami y al tipo de jugadas que debió ejecutar Rodgers, como en el 4to & 10 que completó con Jordy Nelson para mantener con vida la serie, aunque lo más espectacular todavía estaba por venir.

Con 0:13 en el reloj y sin timeouts disponibles, los Packers se alineaban en apariencia para picar el balón y detener el tiempo. Falso, Rodgers pilló desprevenidos a todos los Dolphins e hizo un fake spike (jugada patentada por Dan Marino) y tiró el balón a Davante Adams, quien estaba totalmente desmarcado. El receptor novato llevó el balón a la yarda 4, con seis segundos en el reloj. En la siguiente acción, Rodgers completó la marcha encontrando a Andrew Quarless, un tight end que se alineó como receptor abierto en esa jugada, en la zona final para así asegurar el tercer triunfo consecutivo para Green Bay.

Rodgers maneja todo tipo de situaciones, dentro y fuera del pocket, siguiendo las jugadas establecidas o bien, improvisando sobre la marcha. Y ese fake spike debe ser el homenaje más grande que se la rendido a Dan Marino, y como bien dijo John Lynch en la transmisión televisiva del partido: "In the home of Dan Marino, he pulls the Marino!" ("En la casa de Dan Marino, tiró un Marino"). No está demás recordar que el mismo Rodgers hizo un llamado a la calma a toda la fanaticada de los Packers, luego de la caída ante los Lions en la tercera semana. Desde entonces, no han vuelto a perder.

Los empates son algo muy extraño en la NFL. Aunque desde 2012, cuando comenzó a aplicarse el actual reglamento del tiempo extra, se han producido tres igualdades, la última en el duelo de ayer entre los Carolina Panthers y los Cincinatti Bengals. Luego de terminar el tiempo reglamentario con el marcador 34-34, jugaron el cuarto adicional. Primero, los Bengals anotaron un gol de campo en su primera ofensiva y como no lograron el touchdown, le dejaron una oportunidad a los Panthers quienes nivelaron el marcador en la siguiente posesión. Se hizo curioso que en un juego que tuvo anotaciones por doquier, no pudieran acercarse a la zona de anotación en los quince minutos de prórroga. Y cuando parecía que el partido iba a tener un ganador, ocurrió algo todavía más raro: Mike Nugent, quien había convertido sus tres intentos de gol de campo, iba por uno de 36 yardas -su más corto del día- para ganar el partido... el balón se abrió y se fue abierto a la derecha. Un inusual empate y dada esta reciente tendencia, quizás ya no sea tan raro ver empates en el futuro.