lunes, 26 de enero de 2015

Rumbo a Arizona (IV)

Mucho antes de Bill Belichick, mucho antes de Tom Brady, mucho antes de los tres títulos en cuatro años, hubo un personaje que trató de imponer su estilo en los New England Patriots a fines de los 90s y que no dio resultados. Con apenas un año de experiencia previa en la NFL, Pete Carroll había sido nombrado como entrenador en jefe de los Pats en febrero de 1997, pocos días después que el equipo perdiera en su segunda aparición en el Super Bowl con Bill Parcells como head coach. Carroll siempre buscó mantener todo lo bueno que ya tenían los Patriots, pero con su estilo más relajado, más libre, más alegre. Algo totalmente opuesto a lo que era Parcells, quien siempre se distinguió por ser un entrenador de perfil mucho más rígido.

Tal vez, ese cambio radical de perfil fue el que acabó jugando en contra de Carroll, quien llevó a los Patriots a los playoffs en la primera temporada, pero se quedó fuera en las dos siguientes, siendo despedido al final del curso 1999. Esa teoría la confirmaba Drew Bledsoe, quien dijo que el contexto fue muy duro para Carroll y tal vez por eso no haya tenido más continuidad en Foxboro. Aunque por otra parte, esos tres años sirvieron para que emergieran jovenes figuras defensivas, quienes iban a sobresalir años más tarde, como pasó con Tedy Bruschi; Willie McGinest y Lawyer Milloy, a quienes Carroll siempre los motivó para que dieran el salto de buenos jugadores a líderes de equipo.

Pero para desgracia de Pete, su tercer año en New England acabó con récord 8-8. Y eso, significó su salida del equipo. Luego, llegó Belichick, tiempo después empezó a jugar Brady y llegaron los campeonatos para los Patriots. Algo que no pudo vivir Carroll, pero quien a su vez vivía su propio legado como entrenador de USC, consolidándose como uno de los mejores en la competición universitaria, ganando 83 de 102 partidos dirigidos, siendo campeón nacional en 2004.

Después de una década completa en el sur de California, llegó una nueva oportunidad para el oriundo de San Francisco, al hacerse cargo de los Seattle Seahawks a partir del 2010. Un equipo joven pero inestable, el cual ha ido reforzando a través de los años bajo una notoria influencia de Carroll, consiguiendo mediante traspasos a jugadores claves como Marshawn Lynch y encontrando en la tercera ronda del draft a Russell Wilson, quien ingresó a la liga con mucho menos ruido que otros mariscales de su generación.

Se cumplirán cinco temporadas de Carroll como head coach de Seattle y con la excepción del 2011, cada una de ellas acabó como mínimo en la postemporada. Y este domingo, Pete y sus Hawks estarán intentando revalidar su título del Super Bowl ganado hace un año, buscando ser el primer bicampeón de la NFL en exactamente una década, logro que fue conseguido por última vez por los Patriots, el equipo que dirigió el californiano hace ya 15 años y con el que se reencontrará el próximo domingo en Arizona. Muchas coincidencias e historias cruzadas para el coach de 63 años, que seguramente vivirá este partido de forma muy especial.

sábado, 24 de enero de 2015

NHL al día


La liga de hockey sobre hielo ha llegado a su punto medio del presente curso, con la realización del All Star Weekend en Columbus. Al finalizar la primera parte de la temporada regular, nos encontramos con dos equipos del oeste con los mejores puntajes: Anaheim Ducks (68) y Nashville Predators (65). El caso de los Ducks no sorprende mucho, siendo que fueron uno de los protagonistas durante el año pasado, a pesar de haberse quedado en la segunda ronda de los playoffs. Su diferencia de goles es apenas +15, muy por debajo de otros equipos, pero saben mantener ventajas y saben anotar cuando hay que hacerlo. Ofensivamente, sobresale su centro titular Ryan Getzlaf, el séptimo mejor en puntos con 50 (15 goles + 35 asistencias), mientras que su portero Frederik Andersen acumula 26 victorias, siendo superado únicamente por las 29 de Pekka Rinne de los Predators, siendo la pieza clave de este equipo. El finlandés, además, es solo uno de tres arqueros en toda la liga que tiene un porcentaje de atajadas superior al 93% (93.1 en su caso). La mala noticia para Pekka y todo Nashville es que estará un mes de baja debido a una lesión. Será el momento en que Carter Hutton, el goalie reserva, demuestre ser confiable, ya que de los nueve partidos que ha jugado, los Preds apenas ganaron uno.

Mucha atención también con St. Louis Blues y Chicago Blackhawks, ambos con 62 puntos y ambos con 148 goles convertidos, figurando dentro de los cinco mejores conjuntos en toda la competición. De parte de Chicago, Patrick Kane y Jonathan Toews continúan rindiendo como una de las duplas más sólidas, sumando 93 puntos entre ambos (Kane: 22 goles, 29 asistencias / Toews: 14 goles, 28 asistencias). ¿Y qué pasa con los Kings de Los Angeles? los vigentes campeones han tenido problemas de toda especie y es así como llegan a esta pausa con cuatro derrotas consecutivas y la quinta peor marca de toda la liga, con 52 puntos.

La Conferencia Este presenta a los dos equipos más goleadores del torneo, ambos siendo poseedores de los mejores registros: Tampa Bay Lightning, con 64 puntos y 156 goles anotados, y New York Islanders, con 63 puntos y 153 goles anotados. Ambos equipos suelen atacar y disparar mucho a la portería rival en los partidos. De ahí, su abundante producción ofensiva. Los Bolts tienen a Steven Stamkos como principal referente, siendo el cuarto máximo goleador de la liga con 26 goles, mientras que los Isles cuentan con John Tavares como figura principal, encabezando a su equipo con 21 goles y 25 asistencias. Aparte, el conjunto de Long Island cerró de gran manera la primera parte de la temporada, venciendo a sus rivales divisionales Pittsburgh Penguins y New York Rangers, estos últimos en Madison Square Garden.

Muy cerca de esos dos conjuntos aparecen los Detroit Red Wings, con 63 unidades. El otrora protagonista del oeste ha sobrevivido a la lesión de Jimmy Howard, pero cuentan con un plantel muy profundo, mezclando juventud y experiencia con jugadores de la talla de Henrik Zetterberg (44 puntos), Pavel Datsyuk y Danny DeKesyer. Montreal Canadiens saca la cara por los canadienses, valga la redundancia. Suman 61 unidades y como ha sido característico en el último tiempo, Carey Price ha sido prenda de garantía en el pórtico, figurando dentro de los cinco mejores de la NHL en tiros atajados (92.9%), goles en contra (2.15) y partidos ganados (24). ¿Toronto Maple Leafs? ¿Ottawa Senators? ambos registran 47 puntos y por el momento, están muy lejos de los puestos de clasificación.

lunes, 19 de enero de 2015

Rumbo a Arizona (III)

El fútbol americano suele dejar lecciones, no solo deportivas, sino que también para nuestro diario vivir. En la NFL, los equipos siempre juegan para ganar y cuando comienzan a especular o evitando el error, en la mayoría de los casos acaban perdiendo. Este último concepto ilustra el derrumbe que sufrieron los Green Bay Packers, quienes desperdiciaron una ventaja de 16 puntos para terminar perdiendo en la prórroga ante los Seattle Seahawks. Por alrededor de 57 minutos, los Packers estaban en control y tenían el partido a disposición para liquidarlo. Una serie de decisiones conservadoras y costosos errores se fueron sumando hasta llegar a la catástrofe. Apenas seis puntos sacados en dos ofensivas que llegaron a la yarda 1, la actitud relativamente cautelosa de Aaron Rodgers en algunos de sus pases (aún así tiró dos intercepciones), la pasividad de los defensivos originada por jugadas en formación preventiva, el balón que no pudo cubrir Brandon Bostick en la patada corta y la selección de jugadas ofensivas en el último cuarto. Así fue como un equipo que ejecutaba muy bien su estrategia le dio vida a su adversario que estaba sin ritmo y casi sin chances siquiera de meterse en la pelea.

Mike McCarthy siempre se ha caracterizado por ser un buen estratega ofensivo y en especial, por diseñar planes de juego muy inteligentes. Normalmente, los Packers suelen ganar cuando establecen su estrategia desde el comienzo y esta la ejecutan a lo largo de todo el juego. Incluso, en situaciones similares a las de ayer, siempre confía en Rodgers para lanzar el balón y conseguir lo necesario para asegurar el triunfo. Ayer, simplemente se olvidó del jugador que posiblemente sea elegido como el MVP de la temporada y en un momento del 4° cuarto, mandó cinco corridas en seis jugadas, dejando tiempo para que Seattle reviviera. El mismo Rodgers manifestó que esta fue una derrota muy difícil de digerir y como quizás nunca había ocurrido durante el ciclo de McCarthy en Green Bay, que ya cumplió nueve temporadas, comienzan a haber dudas sobre su gestión. No se trata de su capacidad como entrenador en jefe, sino que de algunas de sus decisiones en momentos críticos, esas que pueden definir partidos.

Dicen que para tener suerte, hay que buscarla. A juzgar por lo ocurrido en el estadio Centurylink, esa fue la actitud de los Seahawks y lograron remontar, insistiendo con su caballo de fuerza Marshawn Lynch, pero especialmente con jugadas de alto riesgo y teóricamente muy poco probables de convertir. La finta de gol de campo, que acabó en un pase del despejador Jon Ryan al liniero Garry Gilliam y el pase de Russell Wilson a Luke Willson en la conversión de dos puntos, donde el quartberback de Seattle prácticamente rifó el ovoide, son jugadas que ilustran esta histórica remontada y que pusieron a vibrar a su 12th Man, silente por gran parte de la fría tarde en Seattle. Y para coronar esa cadena de hechos improbables: en la prórroga, Wilson completó un pase de 35 yardas con Jermaine Kearse que resultó en el touchdown de la victoria. Esto no impresionaría tanto si es que no consignamos el siguiente hecho: en el tiempo reglamentario, Wilson buscó a Kearse en cuatro oportunidades y en las cuatro, el balón fue interceptado por defensivos Packers. A veces, el ímpetu puede imponerse a la lógica y así es como jugando muy mal por casi cuatro cuartos, se puede terminar ganando de todas formas. Persistiendo, creando y aprovechando. Así lo vivieron Pete Carroll y sus dirigidos quienes a pesar de cometer cinco pérdidas de balón, viajarán a Arizona con la chance de defender exitosamente el título obtenido hace un año.

La montaña rusa de emociones vivida en Seattle contrastó tremendamente con lo ocurrido en Foxboro. Desde el kickoff, los New England Patriots fueron muy superiores a los Indianapolis Colts, venciéndolos por 45-7, la paliza más grande que ha tenido la final de la Conferencia Americana desde 1991, cuando los Buffalo Bills derrotaron por 51-3 a los Raiders de Los Angeles (sí, niños: en una época los Raiders jugaban en L.A.). Esa diferencia de 38 puntos demuestra la evidente diferencia entre un equipo que se ha mantenido en la elite de la liga por más de una década con un equipo que, siendo bueno, todavía se encuentra en fase ascendente y derrotas como las de anoche son parte de su aprendizaje, suponiendo que los Colts sigan mejorando en la próxima temporada.

Es obvio que mientras Tom Brady siga vigente y tengan a otros jugadores sobresalientes como Rob Gronkowski, los Patriots seguirán siendo competitivos. Pero ante todo, se trata de un equipo muy bien preparado con jugadores que quizás no sean los más talentosos del mundo, pero es tal el rendimiento que les saca Bill Belichick y su grupo de asistentes, que actúan como si fueran estelares. Así es como en un encuentro crucial, Legarrette Blount se convierte en protagonista (al igual que en el duelo de playoffs del año pasado) arrollando por tierra y sumando 148 yardas en 30 acarreos con 3 touchdowns y termina generando el balance necesario para la ofensiva que puede moverse con total comodidad y sabiendo que pueden ganar pasando o corriendo, anotando de forma abundante y dominando en el tiempo de posesión (anoche - 37:49 de posesión).

Y como si fuera poco, Belichick y su coordinador ofensivo Josh McDaniels se dan el lujo de crear jugadas especiales y ponerlas en práctica en momentos claves de los partidos, causando un impacto muy positivo para su causa. La semana pasada fue el pase de Julian Edelman a Danny Amendola y en esta, fue un envío de Brady a Nate Solder, un tackle ofensivo de 145 kilos que se reportó como receptor elegible para esa jugada, que fue capaz de atrapar el balón y llevarlo hasta las diagonales para un touchdown de 16 yardas. Creatividad absoluta, explorando habilidades ocultas en jugadores que acostumbran a ejecutar otros roles, todo por el bien colectivo y para sorpresa del rival. Jugadas así definen en parte la imagen de un equipo con hambre de victoria.

Por segundo año consecutivo, el Super Bowl tendrá como competidores a los primeros clasificados de cada conferencia. Mientras los Patriots regresan luego de tres años y buscan ganar su cuatro trofeo Lombardi, los Seahawks tienen la chance de ser el primer bicampeón de la NFL en diez años. El último equipo que repitió como campeón, coincidencia o no: los Patriots (Super Bowl XXXVIII - XXXIX). El equipo de Seattle jugará esta final en la casa de un rival divisional, mientras que New England vuelve al lugar donde perdió su único partido en el curso 2007, probablemente la derrota más dolorosa que hayan sufrido los Pats en los siete Super Bowls que han jugado. Historias, coincidencias, diferencias y otros detalles que darán forma a la 49° edición de este clásico que se jugará el próximo 1 de febrero en Glendale. La historia en proceso y el legado en juego.

lunes, 12 de enero de 2015

Rumbo a Arizona (II)

Una vez más se confirmó que la ronda divisional representa el mejor fin de semana de los playoffs en la NFL. Y el saldo que nos dejó esta serie de partidos fue el siguiente: un épico duelo en Foxboro, un triunfo con autoridad de los campeones defensores, un desenlace controvertido en Lambeau Field y por último, la sorpresa de la jornada por cortesía de los Colts, el único visitante que pudo ganar en esta fase y de paso, sacando de carrera a Peyton Manning. ¿Habrá sido el final de una era?. Seguramente, lo sabremos pronto. Por ahora, tenemos a los cuatro aspirantes al Super Bowl XLIX y así fue como se desarrolló la segunda etapa de las eliminatorias por el título.

Carácter ganador: los New England Patriots debieron venir de atrás, no solo una sino que dos veces, frente a los Baltimore Ravens quienes tomaron ventaja de 14 puntos en el primer y tercer cuarto. Para la remontada, los Pats recurrieron prácticamente a lo más profundo de su libro de jugadas, sacando trick plays como el pase de touchdown, de 51 yardas, lanzado por Julian Edelman (otrora mariscal de campo en la Universidad de Kent State) a Danny Amendola, en el tercer cuarto logrando el empate 28-28, y ordenando jugadas con cuatro linieros ofensivos y un corredor no elegible, como lo hicieron en un par de ocasiones durante la segunda mitad, algo legal puesto que Shane Vereen se reportó ante los jueces en tal condición.

Tom Brady logró su remontada más grande en partidos de playoffs y como tantas veces en su carrera, se echó el equipo a sus hombros, encabezando las jugadas ofensivas de New England. Explotó los espacios que dejaban los Ravens cuando se lanzaban a presionarlo, así como completó otros pases cortos que sirvieron para prolongar las series. Gronkowski fue factor en el centro de la cancha y en la zona de anotación, Amendola y Edelman lucieron por su velocidad, Lafell atrapó el pase del touchdown ganador y Hoomanawanui, un habitual bloqueador, apareció como una confiable opción.

La tropa dirigida por Bill Belichick debió hacer un enorme esfuerzo para vencer a unos Ravens que comenzaron muy sólidos, pero conforme se fue apretando el partido comenzaron a cometer algunos fallos. En la primera mitad habían balanceado muy bien sus jugadas, teniendo a Justin Forsett (129 yardas en 24 acarreos) como protagonista, pero en la parte final del juego abandonaron las corridas, priorizando los pases. Empatados a 28, decidieron lanzar tres veces dentro de la yarda 10 de New England y solo anotaron un gol de campo. Y en su siguiente posesión, estando abajo por cuatro, lanzaron en siete de sus nueve jugadas, y teniendo casi 1:50 disponibles, Joe Flacco lanzó su segunda intercepción del partido, que acabó costando la eliminación. New England buscó distintas formas dentro de su estilo, mientras que Baltimore confundió el camino en el momento clave.

Los campeones están vigentes: por segundo año consecutivo los Seattle Seahawks jugarán la final de conferencia y en este momento lucen como el equipo agresivo y dominante que hace poco menos de un año arrolló a los Denver Broncos en el Super Bowl XLVIII. Su unidad defensiva se distingue por tacklear bien y por sobre todo, con mucha violencia. Poco a poco van cansando a su rival de turno hasta dar el golpe de knockout en el cuarto final y así fue como derrotaron a los Carolina Panthers en la noche del sábado. Si bien Cam Newton y compañía fueron capaces de mover el balón y anotar 10 puntos en la primera mitad, al final fueron presa de la intensidad de los defensivos de Seattle y también de sus propios errores. Newton cometió tres perdidas de balón, una de ellas devueltas a las diagonales por Kam Chancellor quien demostró todo su atleticismo durante el partido (¡Ese gol de campo bloqueado era legal!).

Estos fueron los registros pasadores de Russell Wilson en el partido: 15/22 pases completos, 268 yardas, 3 touchdowns, 0 intercepciones y 149.2 de rating. El mariscal de Seattle es móvil, sabe correr y en especial, sabe jugar la read option. Pero la razón por la que que será un jugador muy durable en la NFL, es por sus cualidades como pocket passer. Este año ha crecido en dicha faceta, evolucionando en su lectura de las defensivas rivales y en el toque de sus envíos. Aún sigue en crecimiento y no hay que olvidar que tiene menos de tres años de trayectoria, donde ha ganado cinco de los seis partidos de playoffs que ha jugado.

Drama y controversia: respecto a la jugada de Dez Bryant, en el último cuarto del juego entre Dallas Cowboys y Green Bay Packers, aquí va textualmente la regla 8, sección 1, artículo 3, ítem 1, de acuerdo al libro de reglamento de la liga: "Si un jugador va al suelo en el acto de atrapar un pase (con o sin contacto de parte de un oponente) debe mantener el control del balón en el proceso después de hacer contacto con el suelo, ya sea en el campo de juego o en la zona de anotación. Si pierde control del balón y este toca el suelo antes que recupere el control, el pase es declarado incompleto. Si recupera el control antes que el balón haya tocado el suelo, el pase es declarado completo".

Con la regla a disposición y con lo visto en aquella jugada en 4° down, que le hubiese dado un 1° down en la yarda 1, cabe indicar que el juez principal Gene Steratore interpretó correctamente el reglamento, tras la revisión televisiva que pidió el coach de Green Bay Mike McCarthy, ya que si bien Bryant atrapó el balón, al momento de caer al suelo no completó todo el proceso de la jugada ya que cuando pretendió estirar el avance, el balón tocó por un instante el suelo y ese es el motivo por el que fue declarado pase incompleto. La jugada fue bien marcada, pero la regla en sí resulta ambigua, ya que en casos como este no basta solamente con tener posesión del balón, tal como ocurrió con Calvin Johnson el 12 de septiembre de 2010, cuando no le validaron un touchdown por este mismo reglamento, el cual se enfatizó a partir de entonces.

Ahora, esta jugada por muy trascendental que haya sido, no puede ser considerada como principal factor del resultado final, favorable a los Packers. Los jueces no tuvieron la culpa que Aaron Rodgers comandara tres brillantes ofensivas en la segunda mitad, dos que culminaron en el endzone (recepciones de los novatos Davante Adams y Richard Rodgers) y la última, en la que completó dos complejos pases en 3° down para consumir el tiempo restante en el partido. La lesión en la pantorrilla izquierda de Rodgers parece ser muy seria, puesto que tuvo problemas para desplazarse en casi todo el partido, pero sus linieros brindaron protección necesaria para que pudiera completar sus pases. Al final, registró 24/35 pases completos, 316 yardas y 3 touchdowns.

Defensivamente, los Packers sufrieron toda la tarde con Demarco Murray, quien les corrió 123 yardas en el partido, pero en la segunda mitad ajustaron sus coberturas de pase, forzando a que Tony Romo se quedara demasiado tiempo con el ovoide, dando tiempo a que llegaran capturas de Nick Perry y Julius Peppers, quien forzó un balón suelto crucial en el tercer cuarto. Es hora de reconocer la influencia del experimentado Peppers en esta defensiva. Y también es necesario destacar que Green Bay cerrará este curso invicto como local: nueve triunfos en nueve partidos.

Cambio generacional: la semana anterior había mencionado que los Indianapolis Colts solo necesitaron hacer lo suficiente para derrotar a los Cincinnati Bengals. En esta ocasión, sus rivales eran los Denver Broncos, un rival de mayor categoría y encima, jugando de visitantes. No solo se aplicaron, sino que pasaron la prueba ejecutando una brillante estrategia, que implicaron algunas series de larga duración (acabaron el juego con 34:01 de posesión), con un relativo balance entre pases y acarreos, a pesar que Daniel Herron no es precisamente un corredor muy sólido. Andrew Luck gozó de muy buena protección y pudo leer los espacios que dejaban los Broncos en sus coberturas zonales, encontrando a T.Y. Hilton y Coby Fleener en jugadas de largo avance. Luck, desde su ingreso a la liga en 2012, se perfila a grandes pasos como uno de los mariscales de elite para el futuro, tomando el lugar que por mucho tiempo le perteneció a Peyton Manning en Indy.

Manning estaba del otro lado y a esta altura, parece que ya está en las postrimerías de su carrera. Ha perdido fuerza en sus pases, su coordinación con los pies ya no es tan prolija y eso se refleja en una notoria caída en su efectividad. Ayer, apenas superó las 200 yardas y tuvo secuencias en las que falló hasta siete pases consecutivos, unos mal lanzados y otros, que no fueron completados debido a la sólida cobertura de los secundarios de los Colts, en particular de Vontae Davis. A sus 38 años, con su evidente baja y dependiendo de los posibles cambios de jugadores y/o entrenadores que puedan efectuar los Broncos dentro de los próximos meses, no sería descabellado creer que su 13° derrota en playoffs haya sido también el final de la ilustre carrera de Peyton.

miércoles, 7 de enero de 2015

Cambios y más cambios


La llegada de Rajon Rondo a los Dallas Mavericks le agregó una valiosa opción ofensiva, dentro de un equipo que ya estaba bien conformado. Como buen armador que es, Rondo provee visión de cancha, conducción y asistencias de toda especie a sus compañeros (es solo uno de tres jugadores en toda la NBA que promedia 10+ asistencias por juego). Inmediatamente pasó a integrar la formación titular de los Mavs, dejando como escolta a Monta Ellis, quien ejercía de forma híbrida los puestos de armador y escolta antes del arribo de Rajon. Con el ex Celtic en su rotación, Dallas ganó siete de nueve partidos y ahora mismo, se encuentran en una racha de seis triunfos consecutivos, los tres últimos de visitantes donde Rondo se dio el lujo de anotar 29 puntos en su retorno a Boston. Claramente, su llegada no ha hecho más que potenciar a este equipo que tiene la segunda mejor eficiencia ofensiva en toda la liga (114.4 puntos por cada 100 posesiones). Este podría ser uno de los últimos intentos de los Mavericks para volver a ganar un campeonato todavía con Dirk Nowitzki dentro del equipo y por el momento, van muy bien encaminados.

Para sorpresa de muchos, los Atlanta Hawks encabezan la clasificación de la Conferencia Este con registro de 26-8, habiendo ganado sus últimos siete partidos que jugaron como visitantes. En verdad, esto no es casualidad y el crédito lleva nombre y apellido: Mike Budenholzer. En su segunda temporada como director técnico, ha replicado parte de su trabajo como asistente de Gregg Popovich en San Antonio, logrando un juego puramente colectivo. Continuas rotaciones con o sin balón, rotación de la pelota por todo el largo y ancho de la pista, ejecución de sus bases (en especial de Jeff Teague) y una alta dosis anotadora. Y todo eso se refleja en los siguientes números: 25.3 asistencias por partido, siendo el tercer mejor promedio en toda la competición, cinco jugadores promediando sobre 11 puntos por juego (en rigor, son sus cinco titulares: Jeff Teague, Kyle Korver, Demarr Carroll, Paul Millsap y Al Horford) y la 12° mejor eficiencia ofensiva, con 108.2 puntos por cada 100 posesiones. El experimento de Budenholzer crece a pasos agigantados y comienza a tomar verdadera fuerza. Solo les queda seguir progresando hasta consolidarse como un equipo de elite.

Repasemos el reciente traspaso efectuado entre los Cleveland Cavaliers, los New York Knicks y el Oklahoma City Thunder. Los Cavs recibieron a JR Smith e Iman Shumpert y estos enviaron a Dion Waiters al Thunder. ¿Y los Knicks? se quedaron con Lou Amundson, Alex Kirk (eran reservas en Cleveland), Lance Thomas (suplente en Oklahoma City) y una selección del draft de 2019. ¿Qué se puede concluir a simple vista? los Cavs se refuerzan con un tirador y un buen defensor, confiando que puedan rendir viniendo desde la banca y a su vez, cambian a Waiters quien no terminaba de encajar dentro del equipo. Dion, quien no tiene mucha fama de pasador, ahora será compañero de Russell Westbrook y Kevin Durant. Supongo que alguien tendrá que pasar el balón ahí. Y los Knicks, con la peor marca de la liga (5-32, 12 derrotas consecutivas), traspasan a dos de sus miembros más importantes y reciben a jugadores de mucho menor relieve. El único consuelo para los neoyorquinos sería creer que Phil Jackson está armando espacio en el tope salarial con el propósito de conseguir algún agente libre de peso para la próxima temporada. Por el momento, empieza oficialmente el tanking en el Madison Square Garden. Los Sixers ya no son los únicos.

lunes, 5 de enero de 2015

Rumbo a Arizona (I)


Para comenzar, una observación general: esta serie de partidos en la ronda de comodines dejó de manifiesto que la NFL no necesita más equipos en la postemporada, como tanto anhela el comisionado Roger Goodell quien desea añadir un conjunto más por conferencia a partir de la próxima temporada. Este fin de semana, tuvimos un aborrecible Colts-Bengals, en el que un equipo solo requirió hacer lo suficiente para ganar y otro aparentemente jugaba para no perder (¡En playoffs!) y para iniciar la festividad, un cuestionable Cardinals-Panthers, donde si bien estos últimos se han ganado su derecho de estar donde están, lo hicieron con récord negativo y en tanto, Arizona llegó a este juego con un equipo terriblemente parchado. Como resultado, en Charlotte se jugó un partido con nivel propio de temporada regular.

El actual formato de 12 clasificados a los playoffs es la medida justa y precisa para una liga que siempre se ha jactado de ser ultra competitiva. Solo los mejores y quienes se hayan ganado su derecho deben estar en las eliminatorias por el título. Añadir más equipos solo haría crecer el margen de error, abriendo espacio para más equipos con récords 8-8 o similares y por lo tanto, sería muy posible tener más partidos mediocres en el primer fin de semana de postemporada. Los únicos beneficiados serían los dueños de la liga y las cadenas televisivas, quienes percibirían más ingresos... muchos más de los que ya tienen.

Thriller texano

Lo mejor quedó para el final. Dallas Cowboys y Detroit Lions cerraron esta jornada y protagonizaron, sin duda alguna, el mejor de los cuatro partidos. Tuvo de todo: anotaciones, grandes drives, buenas defensivas y hasta fallos arbitrales cuestionables (por desgracia, esto se ha vuelto una costumbre). Los Lions comenzaron muy fuertes, con una admirable ejecución en ambos lados del balón. Antes de finalizar el primer cuarto, habían sacado un margen de 14 puntos y se debió en buena parte al criterio de Matthew Stafford para hacer algunas fintas y tomar muy buenas decisiones. Por ejemplo, en el pase de touchdown con Golden Tate (51 yardas), Stafford vio que Barry Church se fue con Calvin Johnson, quien corría una ruta profunda. Tate cortó al medio y en ese instante, el mariscal Lion le lanzó el pase que acabó en la primera anotación de la tarde.

En este partido se pudo comprobar la evolución defensiva que vivieron los Lions a lo largo de todo este curso. La presencia de Ndamukong Suh en el centro de la línea, las ocasionales cargas de los linebackers y las buenas coberturas de los secundarios fueron un auténtico rompecabezas para Tony Romo y compañía, quienes tardaron más de dos cuartos en entrar realmente en ritmo. La agresividad de los cuatro frontales hizo incomodar por muchos momentos a Romo, a quien derribaron en seis ocasiones y lo hicieron extender varios de sus intentos de pase, razón fundamental para entender porqué Dez Bryant (48 yardas en 3 recepciones) nunca fue factor.


La clave del éxito para los Cowboys, quienes por primera vez ganaron en playoffs remontando un déficit de 10 puntos, estuvo en que nunca se desesperaron y nunca abandonaron su estrategia ofensiva, insistiendo con los acarreos de Demarco Murray, a pesar que este siempre fue anticipado por los defensivos de Detroit. Igualmente, fue Murray quien metió de lleno a Dallas en el partido con su touchdown en cuarta oportunidad, una sabia y arriesgada decisión del entrenador Jason Garrett en pleno tercer cuarto.

La última ofensiva de los locales fue para enmarcarla. Convirtieron una cuarta oportunidad y luego, dos terceras oportunidades, la última que significó el touchdown ganador para Dallas. En esas tres jugadas, Romo tuvo paciencia y supo leer los movimientos de sus receptores, además de tener muy buena protección de su línea, como no la tuvo en el resto del juego. En el pase anotador, Romo vio que Bryant se llevó la marca de dos jugadores, dejando solo a Terrance Williams en el medio del endzone. En el momento en que este se desmarcó, Tony ya le había lanzado el balón.

Respecto a aquella interferencia de pase favorable a los Lions que después fue levantada por los jueces, lo realmente cuestionable es que Pete Morelli nunca dio una explicación por la que levantó ese flag, siendo que originalmente se había marcado la infracción y un primer down automático para los visitantes. Ahora, este fallo arbitral de ninguna manera puede ser considerado como excusa para explicar la derrota de Detroit.

Solo para tener una referencia: en la siguiente jugada, 4ta y 1 en la yarda 46 de territorio contrario y con menos de nueve minutos por jugar, el entrenador Jim Caldwell decidió que sus jugadores dejaran correr el reloj de jugada para tomar un castigo de retraso de juego y luego, despejar. Acto seguido, los Cowboys les remontaron el marcador como ya se explicó. Mientras Garrett arriesgó a la hora de la verdad, Caldwell fue timorato y jugó para no perder. Esta clase de comportamientos suelen definir juegos de playoffs. Los Cowboys se la jugaron y se ganaron un viaje a Green Bay, mientras que los Lions tomaron un camino más conservador y ya acumulan 23 años sin triunfos en postemporada.