lunes, 24 de noviembre de 2014

Apuntes de NFL (24 de noviembre)

La víspera del Thanksgiving significa, además de la festividad, el comienzo de la recta final en la temporada regular en la NFL. Y ya se percibe esa intensidad, los partidos son más disputados, los marcadores abultados de a poco escasean y a cambio, tenemos resultados más parejos. Hay equipos que están alcanzando un nivel de excelencia en un momento apropiado, como los Patriots y los Packers, otros que ganan pero no exentos de dudas, como los Broncos y los Cowboys, y otros que sienten como cambia la competición, como los Chiefs quienes en cuestión de cuatro días pasaron de derrotar a los campeones defensores a caer contra los colistas absolutos de la liga. A continuación, algunas consideraciones referentes a la 12° jornada.


Imponiendo respeto: los New England Patriots se tomaron la primera posición de la conferencia americana y lo han hecho derrotando, entre otros, a cuatro líderes divisionales. No solo los vencieron, sino que se impusieron en todas las facetas del juego. Anotando de forma abundante, presionando continuamente a los pasadores rivales y haciendo jugadas letales en cuadros especiales. Han enfrentado a Cincinnati Bengals, Denver Broncos, Indianapolis Colts y Detroit Lions, y los vencieron por margenes de 22 (dos veces), 25 y 26 puntos, además de anotar 34 o más unidades en cada uno de esos duelos. Es necesario consignar que en esos duelos, hubo interesantes estrategias defensivas, con diversos esquemas de presión (como ocurrió en el juego ante Denver), además de detalladas coberturas a los principales receptores, como ocurrió ayer con Calvin Johnson, quien apenas completó 58 yardas en cuatro recepciones. La pegajosa marca de jugadores como Darrelle Revis y Devin McCourty quedó evidenciada en la enorme cantidad de pases desviados o que simplemente, acabaron incompletos producto de lo bien que cubrían a los receptores de los Lions. Fue tal la eficiencia defensiva de los Pats, que Matthew Stafford marcó su peor porcentaje pasador (39.1% / 18 de 46 completos) y su peor rating (49.5) en esta temporada. Su siguiente desafío será uno grande: contra los Green Bay Packers en Lambeau Field, donde se encontrarán con el mariscal más dinámico de la liga en la figura de Aaron Rodgers.

Máxima protección: el triunfo de los Dallas Cowboys en casa de los New York Giants llegó en una ofensiva bien manejada por Tony Romo, quien completó los seis pases que lanzó en esa última serie. Los dos últimos merecen una mención especial, ya que Romo tuvo más de cinco segundos para buscar receptor y lanzar, en una prueba de habilidad del mariscal, de colaboración por parte de sus receptores y por sobre todo, de fortaleza en su línea ofensiva que en esas dos jugadas le brindaron una formidable protección a Romo quien nunca tuvo que desplazarse para extender las jugadas. Tyron Smith, Ronald Leary, Travis Frederick, Zach Martin y Doug Free mantuvieron sus carriles y nunca cedieron ante los intentos de los linieros defensivos de los Giants. Es más, en el pase de touchdown de Romo con Dez Bryant, Smith se encargó de bloquear a Jason Pierre Paul y no le permitió atacar en ocho segundos, llegando a derribarlo en un momento de esa secuencia. Esa joven y bien preparada línea de los Cowboys es una gran razón para entender porqué llevan ocho triunfos en once partidos. No solo abren espacios para Demarco Murray, también garantizan seguridad a su mariscal.


Elasticidad: en el mismo partido disputado en East Rutherford se produjo la atrapada más espectacular que se ha visto en las canchas de la NFL, en mucho tiempo. En el comienzo del segundo cuarto, Eli Manning lanzó un pase desde la yarda 43 en territorio rival. El balón voló hasta lo profundo de la cancha, donde el novato Odell Beckham Jr. se desmarcó de Brandon Carr, quien lo venía sujetando, y en plena marcha, hizo un espectacular ajuste, estirando su cuerpo hacia atrás y al ver que el balón se alejaba, estiró su brazo derecho llegando a atrapar el balón a tres dedos (!) y cayó en el endzone, anotando el touchdown. Velocidad para correr la cancha en pocos segundos, elasticidad para ajustar su cuerpo en una posición incomoda para cualquier mortal, pero no para un atleta quien suele ensayar recepciones a una sola mano y en diferentes situaciones, a pie firme, en carrera y en salto, tal como exhibía la televisión norteamericana, apenas minutos antes que Beckham lo pusiera en práctica en pleno partido, como si estuviera escrito en un guión de una película filmada en tiempo real. Esto es mucho más que talento característico de un receptor joven, sino que es atleticismo y conocimiento total del cuerpo llevado a la complejidad de un partido de fútbol americano y como resultado, nos dejó esta asombrosa jugada.

Top Five:

1. New England Patriots (9-2). Tom Brady lleva 52 partidos consecutivos lanzando al menos un pase de touchdown, está a tres juegos de obtener esa marca.
2. Green Bay Packers (8-3). Eddie Lacy corrió para 125 yardas con dos touchdowns en el triunfo en Minnesota. La ofensiva es mucho más que pases.
3. Arizona Cardinals (9-2). No sirve de mucho que la defensa logre 7 sacks, si la ofensiva sufre para lograr primeros downs. Extrañan y mucho a Carson Palmer.
4. Denver Broncos (8-3). Parecían en problemas, pero Peyton Manning y compañía anotaron 22 puntos seguidos para derrotar a los Dolphins.
5. Dallas Cowboys (8-3). Los ajustes defensivos fueron importantes para remontar el partido ante los Giants. En las próximas tres fechas, tendrán dos duelos cruciales ante los Eagles.

¿Sabías Qué?

- Brian Hoyer es el primer quarterback de los Cleveland Browns que logra tres partidos consecutivos de +300 yardas, desde que lo hiciera Brian Sipe en 1983.

- Los Atlanta Falcons están invictos frente a rivales de su división (4-0), pero han perdido sus siete enfrentamientos contra el resto de la liga.

- En las dos derrotas consecutivas que han sufrido los Detroit Lions, no han conseguido touchdowns, siendo 22 marchas en línea sin anotar de seis puntos, además de quedar limitados a menos de diez unidades en esos juegos (6 vs Arizona, 9 vs New England).

- Después de 368 días y 16 derrotas consecutivas, los Oakland Raiders volvieron a ganar un partido oficial. Eso sí, la marca de caídas continúa siendo de los Tampa Bay Buccaneers, quienes perdieron 26 juegos seguidos entre 1976 y 1977.

jueves, 20 de noviembre de 2014

Ideas sueltas


El 5-5 con el que han iniciado los Cleveland Cavaliers indica, numéricamente hablando, un signo de mediocridad. En la práctica, también lo puede ser, si vemos que en varios pasajes de sus partidos, el equipo cae en la dinámica del isolation. Uno o dos pases y Lebron James aislado contra su marcador de turno o bien, Kyrie Irving buscando el desequilibrio con un quiebre hacia la canasta o un tiro de larga distancia. Muchas de esas acciones terminan positivamente, pero no es precisamente lo que busca el director técnico, David Blatt, cuya intención es generar una ofensiva abierta con continua rotación y cierta relatividad en las posiciones, algo que está sufriendo Kevin Love, quien tiene un rol muy diferente del que gozaba en los Timberwolves (cualquier parecido con Chris Bosh es mera coincidencia). Los Cavs necesitan muchos ajustes para lograr una ofensiva mucho más armónica y también requieren mejorar su estrategia defensiva, ya que suelen permitir canastas por no asignar debidamente sus marcajes. Para entender los problemas defensivos de Cleveland, un par de referencias: actualmente, son el sexto peor equipo reboteador de la NBA (41.0 por partido) y el quinto peor en eficiencia defensiva (111.2 puntos permitidos por cada 100 posesiones).

Los Memphis Grizzlies han sido los primeros en alcanzar las 10 victorias en toda la liga. La diferencia respecto al comienzo de la temporada pasada está en que Marc Gasol (18.0 puntos, 7.8 rebotes por juego) se encuentra saludable y se consolida como una de las piezas claves en ofensiva. Es quien toma más tiros en promedio junto con Zach Randolph y Mike Conley (13 por partido), además de estar lanzando casi siete tiros libres por jornada. Aparte, hay que recordar que en la liga pasada, Gasol no pudo jugar en los primeros dos meses, período en el que Memphis sufrió para ganar partidos (récord 13-17 al finalizar diciembre 2013). Este gran inicio de 10-2, además de su alza en eficiencia ofensiva (107.7 puntos por cada 100 posesiones) podrían ser claves para un posible primer lugar en la conferencia del oeste en abril, cuando se definan los puestos de clasificación a los playoffs.

Una cosa es perder partidos, pero otra muy distinta es jugar para perderlos. De esto se les acusa a los Philadelphia 76ers, cuya actitud en la cancha parece de un equipo que no tiene mucho interés en competir y que a cambio, perderían todos los partidos posibles para tener mayores chances de tener el primer pick del próximo draft. Ya han sufrido palizas de 22, 25, 32 y 53 puntos de diferencia y en otros casos, han tenido derrotas más cerradas como la del pasado viernes en Houston, donde ganaban por tres puntos a 35 segundos del final, pero una falta técnica de su entrenador, Brett Brown, le abrió la puerta a los Rockets para que remontaran el marcador. Encima, la flojera de los jugadores para pelear los rebotes y armar jugadas tampoco invita a creer en otra cosa. El tanking vive en Pennsylvania.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Run, run & run

Priorizar el acarreo como opción ofensiva, emplear formaciones con tight ends bloqueadores, fullbacks que desplacen a cuanto defensivo se ponga enfrente, si es posible agregar un sexto liniero con tal de ganar más poder en las trincheras y por sobre todo, entregarle el balón al corredor para que sea el caballito de batalla del equipo. Seguir bloqueos, enfrentar tackleadores, sumar yardas y así sucesivamente hasta llegar a la zona de anotación. Todo eso es parte de los elementos clásicos del fútbol americano y que cada tanto, vuelven a verse en algunas canchas de la NFL.

Así se dio en algunos de los partidos de la 11° jornada, donde se vieron casos de running backs que llevaron el ovoide en más de 30 ocasiones y con grandes resultados. El duelo entre Seattle Seahawks y Kansas City Chiefs tuvo mucho de aquello. Marshawn Lynch (124 yardas en 24 acarreos) y Jamaal Charles (159 yardas en 20 acarreos, dos touchdowns) se encargaron de comandar las ofensivas, con muchas corridas por el centro que signifcaron tener series prolongadas, como en los primeros dos touchdowns del partido, donde se fueron 18 de los primeros 30 minutos de juego. La diferencia entre ambos conjuntos fue que los Chiefs siguieron insistiendo con las corridas en la segunda mitad, de hecho el triunfo lo consiguieron con una jugada por tierra de Knile Davis, sacando la cantidad necesaria de pases, mientras que los Seahawks prescindieron de los acarreos en un momento y optaron por pasar, como en una 4ta y goal desde la yarda cuatro, donde Russell Wilson tiró un pase fuera de alcance para Doug Baldwin. Andy Reid decidió seguir firme con el plan original y así fue como Kansas City logró su quinta victoria consecutiva. Una mención especial para una escapada de 47 yardas, de Charles, a comienzos del último cuarto. Atacando el espacio creado y volando en campo abierto, haciendo inútil el esfuerzo de sus perseguidores. Eso es power running football y es un auténtico espectáculo.

Tres ejemplos destacables y muy similares: corredores debutantes que habían tenido poca productividad en el año y que en sus respectivos juegos explotaron, causando un impacto muy positivo en sus equipos. Cincinnati Bengals ganó en su visita a New Orleans Saints, primero porque volvió la creatividad en los pases, y segundo por Jeremy Hill, quien está aprovechando su oportunidad. Hace un par de semanas había tenido su primera centena terrestre (154 yardas y 2 TDs vs. Jaguars) y ayer, volvió a cargar con las jugadas terrestres de Cincy, llevando el balón en 27 de las 36 corridas ordenadas por Marvin Lewis. Esta vez no anotó, pero sumó 152 yardas, balanceando completamente la ofensiva de los Bengalíes que terminaron dominando a los locales. Igual de llamativo fue el partido de Alfred Blue, en el triunfo de los Houston Texans ante los Cleveland Browns. Llegando a este encuentro, Blue no había tenido más de 14 acarreos en un juego, pero ayer -y considerando que Ryan Mallett estaba de quarterback- fue el protagonista absoluto, corriendo 36 veces con el ovoide y ganando 156 yardas. Fue importante para dominar en el tiempo de posesión y también, para compensar la baja de Arian Foster, quien no jugó por lesión. Los Texans han tenido altibajos, pero su récord es 5-5. Matemáticamente, podrían aspirar a un lugar en los playoffs.

Aunque el caso más impresionante estuvo en el triunfo de New England Patriots en terreno de Indianapolis Colts, un partido que fue promocionado como el duelo de quarterbacks entre Tom Brady y Andrew Luck, pero donde al final, la estrella terminó siendo Jonas Gray... ¿Quién? Gray, quien surgió de Notre Dame y había sido fichado por los Pats hace poco más de un mes teniendo un rol secundario en los tres partidos disputados previamente. Anoche, Jonas encabezó la ofensiva de los visitantes, corriendo 38 veces con el balón, generando 199 yardas y anotando en cuatro ocasiones. Una actuación redonda para una estrategia redonda: New England usó muchos de esos acarreos en formaciones con doble ala cerrada y en otras, con un fullback. Los bloqueos frontales de éstos más los bloqueos en carrera que hacían los guardias abrieron espacios de toda especie para que Grey atacara y sumara yardas, muy similar a lo que hicieron en el juego de playoffs de la temporada pasada, donde los Patriots ganaron con seis anotaciones por tierra. Los entrenadores, como Bill Belichick, tienen mucho mérito al atreverse a alinear estos corredores sin experiencia, pero con hambre de mostrarse en el máximo escenario y terminar causando sorpresas, esas que suelen romper los partidos en favor de un conjunto.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Fuerzas igualadas

Según la Real Academia de la Lengua Española, paridad significa "comparación de algo con otra o símil" e "igualdad de las cosas entre sí". Esta última definición es perfectamente aplicable a la competencia que ofrece la NFL, donde más de la mitad de los equipos tiene chances relativamente legítimas de pelear por los puestos de clasificación a los playoffs y más específico aún, donde en un buen día, cualquiera le puede ganar a cualquiera -el triunfo de los Jets sobre Pittsburgh sirve como ejemplo-.

La décima semana del presente curso cerrará con 19 equipos con rendimientos superiores al 50%. Es decir, más de la mitad de la liga tiene récord ganador. Un síntoma positivo, que a simple lectura, indicaría que estamos en presencia de una temporada especialmente competitiva, donde en primer lugar tenemos a equipos que están dominando (New England, Denver, Arizona) y en un segundo grupo, a un puñado de conjuntos con potencial, capaces de ganar partidos pero con cierto margen de error que les lleva a perder juegos que bien pudieran ganar (Philadelphia, Dallas, Green Bay, Seattle, Cleveland, Pittsburgh, entre otros).

Ese buen síntoma se refleja en la situación de cuatro divisiones que tienen a tres o hasta cuatro equipos con marca ganadora. El caso más destacable es el de la AFC Norte: Browns (6-3), Bengals (6-3-1), Steelers (6-4) y Ravens (6-4) están separados por menos de medio juego de diferencia. Los cuatro son buenos equipos, aunque cada uno con características especiales: los Browns no lucen pero están saliendo adelante, dejando muy atrás el circo que se había montado en pretemporada con Johnny Manziel. Los Bengals iniciaron muy bien el año, pero sus tres caídas han sido calamitosas, tal como fue el 2.0 de rating que tuvo Andy Dalton el jueves pasado. Steelers y Ravens han ganado partidos de forma contundente, pero han perdido otros de manera absurda. Arrasar con Carolina y caer en casa con Tampa Bay. Arrollar a Baltimore y luego caer ante los Jets. Esa irregular línea es la que marca a Pittsburgh y que podría costarle caro más adelante.

Las otras tres divisiones (Este y Oeste AFC, Oeste NFC) tienen en la cima a equipos que han ganado casi todos sus partidos y detrás de ellos, equipos que pretenden establecerse como contendientes. Los 49ers resistieron la remontada de los Saints en la segunda mitad, una enorme combinación entre Colin Kaepernick y Michael Crabtree en 4° down mantuvo al equipo con vida y otra enorme jugada, pero de Ahmad Brooks abrió la puerta para un valioso triunfo a domicilio. Ganar de visita siempre es difícil y una victoria así puede ser la diferencia en una posible clasificación en un puesto de wild card. Y por contra partida, una derrota en casa puede pesar a final de campaña, tal como pasó ayer con los Buffalo Bills, quienes estuvieron arriba durante tres cuartos, pero en el último, recibieron 14 puntos de parte de los Kansas City Chiefs, un rival directo en los puestos de comodín que acabó arrebatándole una victoria.

Así como hay divisiones con dos, tres y hasta cuatro equipos con buenas marcas, siempre hay un grupo que está nivelado pero hacia abajo. Desde que la realineación divisional de la liga en 2002, se han dado 10 campeones divisionales con registros de 9-7 o peor, teniendo como caso más recordado el 7-9 con el que Seattle ganó su grupo en 2010. La posibilidad de tener un 'menos malo' este año se encuentra en la NFC Sur, donde los Saints son líderes con récord 4-5, seguidos por los Panthers con 3-6-1, los Falcons con 3-6 y los Buccaneers con 1-8. Por increíble que parezca, estos últimos dos equipos, de los peores de la presente liga, tienen posibilidades matemáticas de ir a la postemporada. Es el riesgo y el resultado que genera tener una competición pareja. Puede tener partidos más disputados, pero también puede dejar un campeón divisional con pocos méritos y con chances de llegar a lo profundo de la postemporada.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Resumen: Clippers 104, Warriors 121


De manera muy convincente, los Golden State Warriors se impusieron como locales y lo hicieron estableciendo su patrón de juego desde los primeros minutos, con mucha rotación de balón, movimientos por todo lo ancho de la pista y diversas cortinas, creando sucesiones de pases rápidos y lanzamientos cómodos. Mucho ojo con algunos de los movimientos sin balón y hasta algunas situaciones en las que forman el triángulo, eso es parte de lo que pretende imponer su nuevo entrenador, Steve Kerr, agilizando aún más a la ofensiva que ya funcionaba muy bien bajo la orden de Mark Jackson.

Los Splash Brothers fueron los protagonistas del triunfo warrior. Stephen Curry encabezó a su equipo en anotaciones, con 28 puntos (9/18 de cancha, 3/6 de triples, 6/6 de tiros libres). Con la excepción de dos canastas convertidas en la llave, el resto fueron tiros de media y larga distancia, en los que Curry salía de cortinas, recibía y lanzaba inmediatamente. Su mecánica le ayuda a tomar tiros muy rápidos y la fluidez colectiva influye en que esos tiros sean muy naturales. El mismo concepto aplica con Klay Thompson, quien llegaba a este juego como el máximo encestador de la liga (casi 30 puntos de media), y anoche convirtió "solo" 19 (7/13 de cancha, 3/3 de triples). De sus siete canastas, seis las consiguió de forma consecutiva. En cada una de ellas, recibía la pelota y tiraba automáticamente, casi de forma inconsciente y sabiendo que el tiro terminaría entrando. Thompson se perfila este año para seguir mejorando en anotaciones, algo que puede lograr, dada su facilidad para tomar tiros de larga distancia.

Golden State busca también consolidar la parte defensiva, así como también en su profundidad de plantilla. Draymond Green juega buena defensa, pero también desea convertirse en otra arma confiable de ataque. Anoche lo demostró, llenando su ficha estadística: 24 puntos (8/13 de cancha, 4/8 de triples), 8 rebotes y 5 asistencias. Para destacar también, la producción de los bases reservas, Leandro Barbosa (13 puntos, 5/7 de cancha) y Shaun Livingston (6 puntos y 6 asistencias), ambos recién integrados al equipo. Ayudaron a mantener la consistencia, mientras los titulares descansaban, generando buenos pases y canastas relativamente fáciles. Para entender aún más el nivel de ejecución de los Warriors: anoche acabaron el juego encestando 58.1% de sus intentos al aro, convirtieron 15 de 25 triples y 29 de sus 43 canastas llegaron mediante asistencias. Y por si fuera poco, anotaron sus 20 tiros libres.

Los Clippers, desde el primer cuarto, quedaron rezagados en el marcador, llegando a estar abajo hasta por 25 puntos. Perdían muchos rebotes y sus rotaciones defensivas fueron lentas, permitiendo ese alto porcentaje de conversiones a los locales. Además, la ofensiva nunca logró establecerse como tal, derivando en muchas jugadas de uno contra uno. El fastidio fue tal que su entrenador, Doc Rivers, en un momento dejó de dar instrucciones a sus jugadores y dejó que resolvieran por su cuenta. Tal vez, para que se dieran cuenta que así no ganarán muchos partidos durante la temporada.

Chris Paul finalizó el duelo con 15 puntos y 12 asistencias, pero siempre estuvo incomodo y muy molesto. De hecho, en el tercer cuarto se ganó una falta técnica, luego de protestar agresivamente tras un cobro de los jueces. Jamal Crawford encabezó al conjunto de Los Angeles con 24 puntos (8/13 de cancha), mientras que Deandre Jordan cosechó 17 puntos y 13 rebotes, además de regalarnos algunas volcadas dignas de ser vistas en highlights.

Los Warriors (4-0) se mantienen como uno de tres equipos invictos en la NBA, junto con los Houston Rockets y los Memphis Grizzlies. Este fin de semana, expondrán su racha cuando tengan que visitar en noches consecutivas a Houston y a Phoenix. Por su parte, los Clippers (3-2) pierden su segundo encuentro en la presente liga y desde este sábado, jugarán cuatro partidos seguidos como locales, frente a Portland; San Antonio; Phoenix y Chicago.

lunes, 3 de noviembre de 2014

La pizarra Patriota

Más allá del duelo particular de Tom Brady y Peyton Manning, los New England Patriots no solo se impusieron ante los Denver Broncos (43-21), sino que hicieron sentir su localía y además, causaron estragos en las tres facetas del juego. Estas son las principales causas para comprender este triunfo de los Pats, que los sitúa en lo más alto de la conferencia americana, después de nueve jornadas.

La defensiva de los Patriots consistió básicamente en formaciones 4-2-5, donde regularmente presionaban con no más de cuatro jugadores (o cinco, en contadas ocasiones), dejando a sus esquineros y profundos cubriendo todas las opciones de pases largos. El detalle estuvo en la forma en como presionaban al mariscal de Denver: hubo ciertas rotaciones entre jugadores de línea y linebackers, quienes intercambiaban roles de presión y cobertura. Cuando Jamie Collins o Donta Hightower atacaban por el centro, Rob Ninkovich o Akeem Ayers retrocedían para cubrir ese espacio que dejaban los apoyadores. De hecho, la primera intercepción de Manning fue lanzada a la zona que fue a cubrir Ninkovich y que, en apariencia, Peyton no vio. Y cuando Ninkovich y Ayers se lanzaban a presionar, Collins o Hightower retrocedían para defender el pase.


El motivo principal por el que emplearon esa estrategia fue para limitar la producción de los Broncos en rutas cruzadas, donde jugadores como Wes Welker o Emmanuel Sanders suelen ser muy eficientes. Con Sanders no resultó (151 yardas en 10 recepciones), pero sí con Welker quien nunca fue factor y encima, facilitó la segunda intercepción de la tarde al no poder atrapar el balón y en el intento, le cayó de rebote a Brandon Browner. Otra causa por la que dio resultados esta estrategia fue porque forzaron a que Peyton Manning tuviera que tomar más tiempo de costumbre para lanzar el ovoide. Muchas veces, no encontraba a su primera opción y debía buscar otras alternativas. Manning estuvo relativamente inquieto y se notó. Es útil ignorar las 438 yardas con las que terminó, ya que 259 de ellas las cosechó en la segunda mitad, cuando los Patriots habían sacado un margen superior a los 20 puntos.

En ofensiva, el equipo de New England aplicó formaciones con cuatro receptores y otras con doble ala cerrada. Fue llamativo ver lo productivo que fueron las jugadas de play action, siendo que los Pats corren poco y con irregulares resultados. Cada finta que hacía Brady representaba, al menos, un segundo más para ver toda la cancha y encontrar a un compañero desmarcado. Los secundarios de los Broncos cubrían la profundidad de la cancha, pero el centro fue explotado por el #12, quien completó pases de toda especie con Rob Gronkowski y Julian Edelman, quienes combinados sumaron 194 yardas en 18 recepciones, con un touchdown cada uno. Gronkowski saca ventaja por su tamaño y elasticidad para atrapar el balón, tal como se vio en una recepción a una mano que completó en el último cuarto, mientras que Edelman cumple una función similar a la que realizaba Welker, cuando jugaba en los Pats. El blitz neutralizado por la línea ofensiva + la precisión de Brady para encontrar el espacio en fracción de segundo, acabó dejando en ridículo a la defensiva de Denver, que llegaba a este juego como la sexta mejor de la liga.


Edelman no solo fue importante en ofensiva sino que lo fue mucho más en cuadros especiales, protagonizando una de las jugadas cruciales del partido. Con 8:34 por jugar en el segundo cuarto, Britton Colquitt hizo un (accidentado) despeje, que tomó Edelman en de su yarda 16, eligió la banda derecha para correr y siguiendo tres bloqueos generados dentro las diez primeras yardas, llevó el balón hasta el otro lado de la cancha para su segunda anotación del juego. Grandes jugadas de special teams suelen marcar los partidos y esta, produjo un quiebre a favor de los Patriots, quienes sacaron ventaja de 20-7 y tomaron control absoluto del duelo.

La localía siempre es aprovechada por los Patriots, quienes en temporada regular no pierden desde septiembre del 2012, y se conjunta con el plan diseñado por Bill Belichick y sus coordinadores. Esto les da una sensación de seguridad cuando juegan en Gillette Stadium, sin importar si enfrente tenían a uno de los mejores equipos de la NFL, como los Broncos. La estrategia llevada brillantemente al terreno de juego, razón poderosa por la que New England continúa siendo un equipo contendiente, mientras Belichick y Brady sigan vigentes.