lunes, 24 de abril de 2017

La pizarra de los Celtics


por Miguel Meléndez
Twitter: @journalistmike

Los dos primeros partidos de la serie entre los Boston Celtics y los Chicago Bulls dejaron más allá de las dos victorias para Chicago, una pálida imagen del equipo de Boston. Dominados en los tableros, poca eficiencia al aro y una peligrosa tendencia a la improvisación en la mayoría de sus jugadas. Los Celtics parecían cualquier cosa menos los primeros clasificados del Este. Ante ese complejo escenario, el director técnico Brad Stevens hizo cambios previo al tercer partido.

No fueron cambios mayores, sino más bien cambios sutiles pero que han surtido efecto en todo el conjunto. La principal movida fue sacar de la formación titular a Amir Johnson, un ala-pívot con presencia en la llave pero que suele tomar muy pocos rebotes, y en su lugar incluir a Gerald Green, un alero con algo más de versatilidad, capaz de desplazarse y de tomar tiros a corta y larga distancia. La incorporación de Green desde el comienzo en los juegos 3 y 4 causó una mejoría en cuanto al ritmo y fluidez del juego celta.

Volvió la rotación de balón y volvieron las buenas selecciones de tiro. En los dos partidos jugados en Chicago, hubo tramos en que los Celtics sacaron margen de 20 puntos sobre los Bulls. Eso dice mucho sobre Boston. Si bien los porcentajes no han variado mucho a través de la serie (entre 43% y 48%), se nota que las canastas ahora están llegando en jugadas colectivas, donde se involucra a todo el equipo. Green añadió una opción tiradora que no ofrecía Johnson. En el tercer juego, Gerald convirtió ocho puntos en 20 minutos jugados, pero en el cuarto se notó mucho más su presencia: 18 puntos, 4/9 triples y 7 rebotes en 23 minutos en la pista.

Esta modificación hizo mejorar el modo de juego de los Celtics, pero además hubo una alteración en la distribución de minutos, sobre todo en los suplentes. Green pasó de casi no jugar en los primeros dos partidos a tener más de 20 minutos en los dos siguientes, Johnson, de ser titular pasó a no tener acción en el último juego, Kelly Olynyk pasó de bordear los 25 minutos a no superar los 16 en el cuarto juego, mientras que Jonas Jerebko pasó de estar casi al fondo de la banca a ser parte de la rotación de los Celtics, cuando Stevens pone a jugar a los suplentes.

Todo esto se añade a la producción de Isaiah Thomas, quien ha encabezado las anotaciones de Boston durante todo el año, y de Marcus Smart, quien contribuye en la segunda unidad mediante diversas facetas. A partir de algunas movidas, el juego de Boston cambió para bien y así es como logró llevar la serie de vuelta a su casa igualada a dos triunfos por bando. Los rebotes siguen siendo un problema para ellos, si logran capturar algunos balones más en los tableros, su mejoría colectiva podría ser aún más sustancial.

viernes, 14 de abril de 2017

Russell Westbrook Basketball Club


por Miguel Meléndez
Twitter: @journalistmike

Corre a mil por hora en cada partido, conduce la pelota, lanza desde cualquier lugar de la pista, puede habilitar a sus compañeros para que ellos también anoten y tal es su energía que también puede contribuir en defensa. De todo eso es capaz Russell Westbrook, gestor del logro individual más grande en la presente temporada de la NBA, siendo capaz de generar 42 partidos con una triple decena y de promediar una triple decena a través de toda la temporada (31.6 puntos, 10.7 rebotes y 10.4 asistencias), rompiendo las marcas establecidas por Oscar Robertson hace 55 años.

Hay que ver y valorar el contexto bajo el que Westbrook se encuentra inmerso. Quedó como la única estrella del Oklahoma City Thunder, tras la partida de Kevin Durant a los Golden State Warriors. Previo al comienzo del torneo, no eran pocos los que vaticinaban una caída precipitosa del Thunder. Nada de eso, desde los primeros partidos el base de OKC asumió completamente su rol como el principal generador de juego en su equipo, teniendo la pelota mucho más tiempo del que ya lo tenía anteriormente (este año promedia casi 100 toques por partido), por lo que sus registros aumentaron de forma notoria.

Muchos dicen que sus estadísticas están infladas, pero hay que ver el núcleo que rodea a Russell: entre sus compañeros figuran personajes tales como Victor Oladipo, Steven Adams, Andre Roberson, Domantas Sabonis, Enes Kanter, entre otros. Ninguno de esos jugadores mencionados aparece siquiera dentro de los 20 mejores jugadores ya sea de la liga entera o en sus respectivas posiciones. Eso enaltece aún más el logro de Westbrook quien ha cargado al Thunder rumbo a otra temporada con récord ganador y una nueva clasificación a los playoffs, donde enfrentarán a los Houston Rockets en primera ronda.

Para tener en cuenta la trascendencia de las triples decenas logradas por Westbrook, un solo dato: 39 de las 46 victorias del equipo de Oklahoma City llegaron cuando el californiano superaba las 10 unidades en puntos, rebotes y asistencias. Así de importante es su aporte y así lo entienden sus compañeros, quienes lo felicitan y reconocen genuinamente como el líder del conjunto. De esos 42 partidos con triple doble, hubo tres en los que Russell superó los 50 puntos. Uno de ellos fue el domingo pasado, cuando logró las dos marcas en el triunfo a domicilio frente a los Denver Nuggets.

En los últimos tres minutos de ese partido, la diferencia era de 10 puntos a favor de los Nuggets. En ese lapso restante, Westbrook convirtió los últimos 13 puntos de su escuadra (totalizando 50) y tomó dos rebotes que fueron claves para completar la remontada. Como si fuera poco, metió la canasta del triunfo cuando el tiempo se consumía y estando dos puntos abajo en el marcador. Un partido estelar para consagrar un año estelar. Russell firmó una campaña que parecía imposible de logar y que tan solo un solo jugador, Oscar Robertson en 1962, había sido capaz de producir en toda la historia de la NBA.

Un hecho que no se puede desprestigiar, aunque se discute si esos son méritos suficientes para que Westbrook sea premiado como el Jugador Más Valioso de este año. Su extraordinario desempeño a través de todo el torneo debiera serlo, pero hay que considerar que el Thunder ganó el 57% de sus partidos y entró a los playoffs en sexta ubicación. Aplicando esa lógica, otros jugadores como Kawhi Leonard de los San Antonio Spurs y James Harden de los Houston Rockets (cuyas cifras finales bordearon la triple decena) debieran tener más méritos. De hecho, en los últimos 25 años el MVP siempre correspondió a alguien cuyo equipo acabó primero o segundo en su conferencia.

Ese es un debate de largo aliento y muy subjetivo, dado a que no existe un parámetro establecido para determinar esa premiación. Pero lo que no se puede cuestionar es el enorme esfuerzo que ha hecho Russell Westbrook durante todo este año. Si logra meter a su equipo a las finales de conferencia (los cuatro mejores equipos de la liga) sería algo tan o más valioso que sus impresionantes registros logrados en temporada regular.