miércoles, 30 de enero de 2019

Objetivo Atlanta


por Miguel Meléndez
Twitter: @journalistmike

Previo al comienzo de esta temporada en la NFL, muchos apuntaban a los New England Patriots y los L.A. Rams como genuinos aspirantes a disputar el título. Los Patriots, por la experiencia y por seguir contando con Tom Brady y Bill Belichick. Los Rams, por sus cualidades ofensivas y por todos los jugadores fichados en agencia libre. Ambos equipos fueron confirmando esos pergaminos durante el curso, ganaron muchos partidos, pasaron algunas dificultades en diciembre, pero en tiempo de playoffs elevaron su nivel - aún si tuvieron que jugar de visita en el Final Four, y así fue como acabaron llegando a la última semana de competición, donde estarán disputando el Super Bowl LIII, el próximo domingo en Atlanta. Tres meses después del enfrentamiento Red Sox – Dodgers en la Serie Mundial de béisbol, vuelve a darse una definición entre equipos de Boston y Los Angeles. En este caso, podría ser un sexto título para los Patriots o un segundo trofeo Lombardi para los Rams. Como mencionaba en mi anterior columna, podría ser un partido con muchos matices ofensivos, dada la forma en que juegan ambos y también, por la amplitud de talento que hay en estos equipos, podría ser un encuentro con muchos aspectos para tener en cuenta.

Los equipos. Por tercer año consecutivo y por novena vez en este siglo, los New England Patriots llegan al Super Bowl, aunque esta fue una temporada con algunas turbulencias en el camino. Como locales estuvieron sólidos, ganaron todos sus partidos (9-0). Pero de visita hubo muchos problemas. En temporada regular, perdieron cinco de ocho partidos de visita, quizás los dos más resonantes fueron los últimos – en Miami y en Pittsburgh, ambos en diciembre. Permitieron un touchdown mediante laterales a los Dolphins y Tom Brady lanzó una intercepción en zona roja ante los Steelers. Dos sucesos anormales en New England. Pero llegaron los playoffs y volvieron a afianzarse. Sony Michel se convirtió en pieza clave dentro de una ofensiva que está armada para correr y consumir tiempo, restándole carga a Brady quien sigue siendo capaz de superar las 4.000 yardas por temporada. En defensa, permiten yardas pero a cambio casi no permiten jugadas de largo avance, ni tampoco muchos puntos. Aunque en la final de conferencia, los Chiefs les anotaron 24 solo en el cuarto período.

A tres años desde su regreso a California, los Rams se instalan en el Super Bowl, producto de una renovación que comenzó el año pasado con Sean McVay y que repercutió en el desempeño de sus principales jugadores ofensivos. En la actual campaña, estuvieron invictos durante las primeras ocho jornadas y protagonizaron el partido con mayor puntaje de todo el año (54-51 vs Chiefs, 19 de noviembre), pero el bajón que tuvieron en diciembre les costó tener que jugar la final de conferencia como visitantes. En la postemporada, los Rams fueron capaces de ganar de muchas formas: corriendo, como ocurrió contra los Cowboys; lanzando, como fue ante los Saints; y haciendo buenas maniobras defensivas, tal como sucedió en diferentes pasajes de esos partidos. Superaron los 500 puntos y fueron el segundo mejor equipo anotador. En defensa, fueron muy vulnerables a los pases largos en temporada regular, pero en los playoffs han aparecido los jugadores más cotizados. Aqib Talib, Aaron Donald y Ndamukong Suh han sido factor.

Contraste generacional. Este partido presenta la mayor brecha de edad entre quarterbacks y entrenadores, en la historia de los Super Bowl’s. 33 años acaba de cumplir Sean McVay y su contraparte en las laterales, Bill Belichick, es 33 años mayor (66). McVay está completando su segundo año como director técnico y apenas tiene tres partidos de experiencia en postemporada. Belichick disputará el 12° Super Bowl de toda su carrera como entrenador, considerando también sus años como coordinador defensivo, y será su 42° partido en playoffs. Belichick tiene la experiencia y la astucia para enfrentar cada desafío, poniendo atención en cada detalle y exprimiendo todo el potencial de sus jugadores. McVay tiene la juventud y la valentía, que se refleja en los esquemas ofensivos de su conjunto, no teme a arriesgar en momentos complicados y confía en el instinto de sus jugadores. Recientemente se supo que intercambiaron muchos mensajes durante la temporada. McVay toma atención del nivel de excelencia de los Patriots y Belichick observa las innovaciones ofensivas que muestran los Rams. Tan lejanos y tan cercanos a la vez.

En cuanto a los mariscales de campo, 17 años separan a Tom Brady y Jared Goff. Brady (41) jugará este domingo su 9° Super Bowl y su 40° partido de playoffs. Si gana, será el primer jugador en lograr 6 Super Bowl’s y negó tajantemente cualquier opción de retiro. Ya dijo antes que quiere jugar hasta los 45. Goff (24), en su tercer año en la liga, jugará su primer Super Bowl y será tan solo su cuarto partido en postemporada. Es el mayor beneficiado del trabajo de McVay y su rendimiento ha subido notoriamente desde el año pasado. Brady es legendario, Goff es aún emergente. Pero ambos son igual de excelentes y ambos comparten una extraña situación, que radica en sus orígenes. Brady fue ignorado por casi todos los equipos y era catalogado como un jugador lento y sin mayores aptitudes. Goff fue elegido en primer lugar, pero en sus primeros partidos fue calificado como un jugador torpe e impreciso. Bajo entornos ideales y esquemas adecuados, ambos crecieron y se convirtieron en protagonistas. Uno sigue haciendo historia y otro está comenzando a escribirla.

Claves del partido. Los corredores pueden marcar el ritmo de este juego. Los Patriots abrieron sus dos partidos de playoffs corriendo mucho y dominando en el tiempo de posesión. Sony Michel superó las 100 yardas en esos dos juegos y está llevando una carga importante dentro de la ofensiva de New England. Será interesante ver si la línea puede abrir espacios ante una línea defensiva de los Rams que ha neutralizado a Ezekiel Elliott y Alvin Kamara. Del otro lado, la interrogante con los Rams apunta a Todd Gurley y en qué condiciones llegará a este juego. Hasta la lesión sufrida en diciembre, Gurley tenía mucha influencia dentro de esa ofensiva, corriendo incesantemente y siendo una válida opción como ruta de escape para Goff. Para el conjunto de L.A., sería ideal tener en plenitud a Gurley y C.J. Anderson, sobre todo para golpear y cansar a la defensa de los Pats. Si pueden correr, se abre el espacio para el play action, que tan bien suelen ejecutar los Rams.

En un partido que, a priori, estaría marcado por las ofensivas, podrían ser las acciones defensivas las que inclinen la balanza. Los Patriots cuentan con jugadores importantes como Trey Flowers, Kyle Van Noy y Stephon Gilmore, pero a la larga es el uso de estrategias adecuadas la clave para New England. Supieron cubrir toda la cancha para quitarle los pases largos a los Chiefs, minimizaron los acarreos de los Chargers, y ahora ¿cuál será la prioridad para defender contra los Rams? Contener a Gurley parece ser una opción prioritaria y sobre todo, obligar a Goff a lanzar y tener que desplazarse para hacerlo. De parte de los Rams, la clave sería presionar a Brady. El desafío para Aaron Donald, Ndamukong Suh y Dante Fowler es empujar y colapsar el bolsillo protector y dejar al # 12 de los Pats sin tiempo para buscar receptores. Brady no ha sido capturado en los playoffs, pero bien se sabe de la habilidad de Donald para romper bloqueos, aún si es doble marcado. Y mucho ojo con Suh, que mejoró sustancialmente en las últimas semanas

El antecedente. Super Bowl XXXVI, 3 de febrero 2002 – Rams 17, Patriots 20. Los Rams, que por entonces jugaban en St. Louis, llegaban como favoritos por casi 15 puntos según las apuestas y habían arrasado con toda su oposición. Los Patriots eran catalogados como sorpresa, a pesar de haber tenido el segundo mejor récord de su conferencia. La defensiva era el pilar de esos Pats y en aquella definición, le interceptaron dos pases a Kurt Warner – uno de ellos, devuelto a touchdown por Ty Law. Brady, en su primer año como titular, lanzó un touchdown a David Patten y cuando quedaban 1:30 por jugar, dirigió una marcha con cinco pases completos que derivaron en el gol de campo ganador de Adam Vinatieri, cuando el tiempo expiraba. Los Patriots lograban su primer campeonato y volverán a jugar contra los Rams en un Super Bowl, este domingo. Y será el 3 de febrero, al igual que hace 17 años.

Miguel Meléndez es creador y responsable de Gringo Sports. Desde 2011 escribe artículos sobre los principales deportes norteamericanos. Además, es conductor y comentarista en el podcast de NFL Chile.

miércoles, 23 de enero de 2019

Paciencia


por Miguel Meléndez
Twitter: @journalistmike

Las recientes finales de conferencia en la NFL trajeron emoción, drama e incertidumbre. Dos partidos definidos en tiempo adicional (un hecho inédito en una ronda de Final Four), controversias arbitrales, buenas actuaciones individuales y jugadas de alto riesgo, pero a la larga nos dejaron dos vencedores que pese a todo, siempre se mantuvieron fieles a sus principios y siempre se las ingeniaron para resolver bajo presión. Justamente, las claves que distinguen a los grandes equipos y que en este caso, marcaron a los L.A. Rams y a los New England Patriots en su camino al próximo Super Bowl.

Los Rams parecían estar destinados al fracaso en el comienzo del juego ante los New Orleans Saints. Le interceptaron un pase a Jared Goff en la tercera jugada y luego, los Saints abrieron un margen de 13 puntos en el primer cuarto. Dentro de la catástrofe, algo no tan terrible: dos de esas tres anotaciones de New Orleans fueron goles de campo, por lo que la diferencia no era tan abismal. A esta altura ya es de conocimiento público que el truco de Johnny Hekker metió a los Rams en el partido. Y desde entonces, el equipo de Los Angeles jugó con más aplomo. Todd Gurley, pese a haber anotado, estuvo limitado (¿aún bajo efectos de la lesión?) y apenas tuvo cinco toques de balón. C.J. Anderson pasó gran parte del juego en la cancha, pero nunca fue factor.

Ante la ineficiencia de los acarreos, fue Jared Goff quien tomó la responsabilidad de conducir a los Rams. Y lo hizo, de a poco. Sumando primeros downs, completando pases con presión encima y lo más interesante, fue ver a Goff buscando una segunda o tercera opción de pase. Hasta hace poco, Goff era criticado por no saber descifrar bien las defensivas rivales. Pero en este partido, supo leer relativamente bien los distintos esquemas de presión y/o cobertura. En ocasiones los Saints mandaban hasta siete jugadores a la carga y en otras, colocaban más jugadores para cubrir los pases largos. Goff supo distribuir el balón de acuerdo a cada situación e incluso, completó tres pases muy importantes en tercer down. Posiblemente, el mejor haya sido un 3° y 3 que, en movimiento, completó con Gerald Everett, avanzando 39 yardas. Saliendo del pocket e identificando la opción ideal, elementos que eran poco comunes en Goff y que supo emplear en este desafío.

Así como la ofensiva fue trabajando lentamente la remontada, la defensiva cumplió en cierta medida con su parte. Después del 0-13 de entrada, permitieron solo 10 puntos más desde el segundo cuarto y además, limitaron casi todos los pases largos de los Saints. No fue casualidad que Drew Brees terminara con solo 249 yardas y que Michael Thomas fuera reducido a 36 yardas en apenas 4 recepciones. Aqib Talib fue responsable, en parte, de cubrir a Thomas, mientras que la eficiencia de Brees fue cayendo debido a la presión que llegaba de los linieros defensivos de los Rams. Lo capturaron solo una vez, pero lo golpearon varias veces como fue en su último pase, que por efecto de un golpe, fue muy bombeado y terminó en manos de John Johnson. La defensiva, que siempre fue muy cuestionada, ha respondido en los playoffs y en particular, los jugadores que llegaron para esta temporada. Ndamukong Suh es otro caso, jugó un partidazo frente a los Saints (1.5 capturas) y creó muchos problemas en la línea junto con Aaron Donald.

No fue precisamente el mismo plan de juego de la ronda anterior, pero algo muy bueno que tuvieron los Rams fueron las alternativas que encontraron para resolver distintas situaciones y sin precipitarse. Nunca parecieron forzar las jugadas ni tampoco buscaron ganar el partido en una sola jugada. Lentamente fueron inclinando el partido a su favor y si bien hubo un fallo referil que les benefició (grosera infracción no marcada de Nickell Robey-Coleman), lo cierto es que los Rams acabaron jugando mucho mejor y todo gracias a una buena planificación. Crédito para Sean McVay, quien en su segundo año al frente de este conjunto tiene a los Rams a un triunfo de ser campeones de la NFL.

Los New England Patriots tuvieron un comienzo arrollador. Anotaron temprano y se tomaron todo el tiempo posible en sus ofensivas para marcar diferencias frente a los Kansas City Chiefs. De hecho, al finalizar la primera parte, los Pats ganaban 14-0 y habían pasado dos tercios del tiempo con el balón. A pesar de una intercepción lanzada por Tom Brady, se mantuvieron dominando el juego. La defensa hizo una primera mitad fenomenal. Los backs defensivos cubrían todo el ancho del terreno para neutralizar a Tyreek Hill (apenas 1 recepción en toda la noche) y Travis Kelce, mientras que al frente ponían presión para confundir y sacar de ritmo a Patrick Mahomes. Un partido redondo de los Pats, hasta que Mahomes pudo desplazarse y completar pases.

La remontada de los Chiefs parecía realizarse, de hecho pasaron arriba dos veces durante el cuarto período, pero los Patriots siempre respondían y siempre anotaban. Siempre. En los momentos más tensos, el plan de juego de Bill Belichick y Josh McDaniels se mantenía intacto. Siguieron corriendo, Sony Michel volvió a superar la centena de yardas. Y cuando el asunto se complicaba en serio, el balón era del mejor. Brady cometió errores, pero ejecutó magistralmente en terceros downs y siempre buscó a los más confiables. Julian Edelman hizo recepciones increíbles, mientras que Rob Gronkowski sacó provecho de cualquier 1-on-1 favorable que tuviera. Brady identificaba el duelo conveniente y movía las cadenas.

La ejecución de Brady en la ofensiva jugada en tiempo extra fue para coleccionarla. 3° y 10, pase por el centro a Edelman – avance de 20 yardas. Luego, otro 3° y 10: otro tiro al centro para Edelman – 15 yardas y el balón seguía siendo patriota. Después, otro 3° y 10: envío a la izquierda para Gronkowski – 15 yardas y dentro de la zona roja. Tres jugadas después, Rex Burkhead atacaba por el centro de la línea ofensiva y anotaba el touchdown ganador para New England, que buscará su sexto trofeo Lombardi. Una impecable marcha de 75 yardas en casi cinco minutos. Ganaron la primera posesión de la prórroga y no devolvieron el balón. Los Patriots tienen experiencia y la demostraron, que fue lo más importante. Por la dificultad y el contexto, esta tiene que haber sido una de las grandes victorias de los Pats en todo el ciclo Brady/Belichick. Desde 2006 que no ganaban como visitantes en playoffs (sin contar los Super Bowl's, que son en cancha neutral).

Cierto, en el partido hubo decisiones arbitrales que beneficiaron a los Patriots (¡qué susto tenía Clete Blakeman!), pero la tropa de Foxboro terminó ganando el juego por méritos propios y aparte, hay que destacar otra cosa: los jueces no tuvieron la culpa de la incapacidad defensiva de los Chiefs. Nunca pudieron atrapar a Brady y cuando tenían resuelto el partido, un offside de Dee Ford les dio otra chance a los visitantes. Patriots y Rams triunfaron como visitantes, en entornos complicados y pasando por situaciones adversas. Ambos equipos salieron adelante y siempre encontraron las jugadas indicadas para resolver sus partidos. Poco a poco, yarda por yarda. Así jugaron estos equipos y así llegarán al último día de la temporada. Todavía falta más de una semana para el Super Bowl LIII, pero por las características de ambos conjuntos, bien podría ser un partido con muchos matices ofensivos, pero por sobre todo, podría ser un duelo muy metódico, tal como ha sido el transitar de estas dos franquicias rumbo a Atlanta.

Miguel Meléndez es el creador y responsable de Gringo Sports. Desde 2011 escribe artículos sobre los principales deportes norteamericanos. Además, es conductor y comentarista en el podcast de NFL Chile.

miércoles, 16 de enero de 2019

Correr y ganar


por Miguel Meléndez
Twitter: @journalistmike

Demás está comentar, a esta altura, sobre la tendencia ultra-ofensiva de la NFL actual. De hecho, los cuatro finalistas son también son los cuatro mejores equipos anotadores. Pero dentro de esas nuevas costumbres, hay otras antiguas costumbres que no pasan de moda. En tiempo de playoffs, hay viejos conceptos que toman mucha fuerza y que sirven como un arma valiosa para avanzar rondas. Ese fue el caso de los cuatro vencedores de las semifinales de conferencia, cuyos planes ofensivos consistieron en entregar el balón a los corredores y dominar en el tiempo de juego. Los resultados llegaron, en buena medida, por consecuencia de esa estrategia.

Los Kansas City Chiefs no requirieron de un partido excelso de Patrick Mahomes, pero sí tuvieron a Damien Williams quien se destacó desde el comienzo y fue pieza clave para el equipo rojo, al correr con decisión e interpretar los espacios que abrían sus linieros. Williams, por sí mismo, corrió en total 129 yardas a través de 25 acarreos y anotó el primer touchdown del partido, en una genial maniobra donde Williams esquivó a dos defensivos de los Indianapolis Colts, antes de meterse a las diagonales. Los Chiefs dominaron en la línea y eso dio pie para correr con insistencia por todo el partido. Es más, los cuatro touchdowns fueron por tierra (el mejor fue el end around corrido por Tyreek Hill) y como equipo sumaron 180 yardas acarreadas, ayudando a los 39:49 de posesión que tuvieron los Chiefs.

Dos tercios del juego fueron de Kansas City y donde supieron capitalizar, sobre todo en la primera parte. La producción de Williams fue importante y podría serlo también en su próximo partido. Lo destacable fue que le dio una alternativa que no habían tenido los Chiefs, desde que Kareem Hunt fue dado de baja hace más de un mes. El juego de pase es muy bueno, Mahomes hace malabres con el balón. Pero el balance era algo que habían perdido en las últimas semanas y lo pudieron recuperar en su primer partido de los playoffs. Ese control del juego y del tiempo les tendría que servir para el próximo domingo, cuando reciban a los New England Patriots. Un reto mucho mayor.

Mientras Todd Gurley se recuperaba de su lesión, los L.A. Rams ficharon de emergencia a C.J. Anderson y en su corta estancia en el equipo carnero, Anderson ha aprovechado sus chances ganándose rápidamente un espacio dentro de la ofensiva. Para el juego ante los Dallas Cowboys, ambos corredores estaban disponibles y Sean McVay no tuvo mejor ocurrencia que darle el ovoide a los dos y que fueran ellos los que movieran a toda la ofensiva. No solo se repartieron las jugadas, también fueron triturando lentamente a una defensiva que era dominante y que acabó siendo pulverizada por el (evidente) peso de Anderson, quien totalizó 123 yardas en 23 corridas con 2 touchdowns, y Gurley, quien registró 115 yardas en 16 acarreos y una anotación.

Los bloqueos fueron muy claves, ya que además de dominar en el scrimmage, también se ocuparon de Leighton Vander Esch y Jaylon Smith, grandes jugadores deteniendo corridas, pero que en este partido fueron opacados por la buena labor de la línea ofensiva de los Rams. Los pases solo fueron un complemento, Jared Goff apenas llegó a 186 yardas pero liquidó el partido con una escapada suya en 3° y 7, donde se quedó con el balón y corrió 11 yardas sin que nadie pudiera tocarlo. Hasta el quarterback corrió y de forma productiva. En otros partidos, los Rams dejaban de correr cuando estaban en apuros. Pero acá, McVay entendió que había que agotar a los Cowboys y lo hizo mediante 273 yardas totales por tierra y posesión de 36:13. Seguro que querrán repetir la fórmula, cuando tengan que visitar a los New Orleans Saints en un entorno mucho menos amigable que California.

Los corredores son fundamentales dentro de los New England Patriots. Son el complemento a la habitual eficiencia de Tom Brady, quien a sus 41 años sigue ganando en postemporada. Su reciente victoria ante los L.A. Chargers tuvo una alta dosis terrestre, la cual sirvió para atacar, anotar y desgastar a sus rivales en cuestión de dos cuartos. Sony Michel fue importante en muchos partidos de este torneo y lo fue también en este juego, donde sumó 129 yardas en 24 corridas con 3 touchdowns – todos en la primera mitad. Corriendo detrás del fullback o siguiendo bloqueos asignados, Michel explota espacios y mueve el balón, tal como indica la estrategia del coordinador Josh McDaniels. Y mientras Sony conducía el ovoide por tierra, James White también producía, pero por aire. Curiosamente, White no corrió nunca pero sí atrapó 15 pases y sumó 97 yardas. Los corredores avanzaban y conseguían primeros downs, las anotaciones cayeron solas.

En el intermedio, la diferencia era de 35-7 y los Patriots habían anotado en cinco de sus seis ofensivas. Al final del juego, tuvieron el balón por 38:20 y los 21 puntos conseguidos por los Chargers fueron cuando ya quedaba muy poco tiempo. New England desarrolla un plan de ataque ideal, tomando en cuenta las aptitudes de sus jugadores y sobre todo para no desgastar innecesariamente a Brady, y que lance cuando de verdad tenga que hacerlo. Sumar yardas, quemar tiempo y anotar touchdowns. Así mataron el juego en dos cuartos y bien pudieran emplear la misma fórmula cuando tengan que visitar a los Kansas City Chiefs. Serviría para aletargar al público local y también, para tener en la banca a Patrick Mahomes. Seguro que lo deben tener muy en cuenta Josh McDaniels y Bill Belichick.

Los New Orleans Saints no tuvieron una producción muy exuberante por tierra (137 yardas totales), pero la insistencia en correr les ayudó a mantenerse en pie en un momento en que parecían perderse completamente, después que los Philadelphia Eagles tomaran ventaja de 14-0 en el primer cuarto. Sean Payton nunca se desesperó y se mantuvo con su plan de mezclar pases de Drew Brees con jugadas para Alvin Kamara y Mark Ingram. La selección de jugadas sirvió para montar ofensivas de larga duración, como aquella que consumió casi todo el tercer cuarto y acabó en un touchdown de Michael Thomas, y así imponerse en el tiempo de juego con una posesión de 37:50. Por tierra, Kamara tuvo 71 yardas e Ingram sumó 50. Nada espectacular, pero lo suficientemente útil para estirar las ofensivas y con ello, se abrieron las chances para que New Orleans anotara y pudiera remontar el resultado.

A lo largo del año, los Saints siempre han dado mucha utilidad a sus dos corredores. Ingram es un corredor puro, mientras que Kamara es opción para correr y atrapar el balón. De hecho, suele ser un jugador que abre la cancha cuando sale en movimiento. Será muy importante su productividad en el duelo ante los Rams, cuya línea defensiva viene de dejar en 47 yardas corridas a Ezekiel Elliott. Y será importante también que puedan hacer series largas, dado que su defensa es proclive a recibir pases largos. Los Saints, como los otros tres finalistas, son equipos que lanzan y muy bien, pero también necesitan los acarreos para balancear debidamente sus ofensivas. Correr y correr, eso los caracterizó en la reciente etapa y por las características que podría tener el Final Four, ahí también estaría una clave que defina a los participantes del próximo Super Bowl.

Miguel Meléndez es el creador y responsable de Gringo Sports. Desde 2011 escribe artículos sobre los principales deportes norteamericanos. Además, es conductor y comentarista en el podcast de NFL Chile.

miércoles, 9 de enero de 2019

Ímpetu


por Miguel Meléndez
Twitter: @journalistmike

¿Qué tienen en común los cuatro vencedores de la ronda de comodines en la NFL? Simple: el factor común que une a esos cuatro equipos es la racha ganadora con la que ingresaron a los playoffs. Ni los Colts, ni los Cowboys, ni los Chargers, ni tampoco los Eagles abrieron muy bien la temporada, pero supieron cerrar bien en la recta final, al punto de volverse peligrosos en esta etapa, sin importar si tengan que jugar en casa o como forasteros. Los Indianapolis Colts comenzaron 1-5, pero después ganaron nueve de sus diez partidos restantes y jugando cada semana mejor. Los Dallas Cowboys llegaron a estar 3-5 en noviembre, pero ganaron siete de sus siguientes ocho desafíos y alcanzaron el título divisional. Los Chargers de Los Angeles ganaron siete de nueve partidos para clasificar y los Philadelphia Eagles ganaron sus últimos tres partidos, dos de ellos como visitantes, para quedar dentro de los 12 finalistas.

Son rachas positivas, son buenos momentos, se puede denominar de cualquier forma. Pero esto responde también a metodologías que se están aplicando en la cancha. Los Colts encontraron su forma de juego en gran medida a su línea ofensiva, que pasó de ser una de las más frágiles a una de las más sólidas en menos de un año. En su partido frente a los Houston Texans, no permitieron capturas y su mariscal Andrew Luck lo agradece. Aparte de verse saludable, está jugando con mucha seguridad y tomando buenas decisiones en momentos riesgosos. Luck saca provecho de la buena protección que tiene, quizás como nunca antes la tuvo en su carrera.

Y cuando los Colts no pasan, pueden correr y lo hacen muy bien con Marlon Mack, quien se consolida como el caballito de batalla. Sumó 148 yardas y un touchdown el sábado anterior y resulta ser el complemento ideal dentro de esa ofensiva. Además, la defensa presiona y domina como pocas en la liga. Supieron limitar a Deshaun Watson, empleando distintos esquemas de presión con muchos disparos desde las esquinas. Mucha creatividad dentro de staff técnico liderado por Frank Reich (¿mejor coach del año?) y ahora mismo, los Colts parecen ser capaces de vencer a cualquiera.

Como ya he mencionado antes, la clave al éxito de los Dallas Cowboys es tan simple como darle el balón a Ezekiel Elliott. Cuando Zeke corre, Dallas tiene grandes chances de ganar. Así ocurrió frente a los Seattle Seahawks, donde el # 21 sumó 169 yardas totales con un touchdown y fue factor para que Dallas tuviera más tiempo con el balón, acabando con casi 10 minutos más de ofensiva que su rival. Elliott llevó el peso ofensivo, pero Dak Prescott también apareció cuando tuvo que hacer jugadas importantes. Muy buen toque en el pase de touchdown con Michael Gallup y mucha precisión en los envíos a Amari Cooper, pero sobre todo, el quarterback mostró carácter cuando se la jugó en un 3° y 14, donde corrió 16 yardas dejando el balón a centímetros del goal line - eventualmente, el mismo Dak anotó.

Se habla mucho de los pocos riesgos que toma Prescott, pero hay que destacar sus decisiones en este partido, un signo de progreso. Para mejor, la defensiva está dando el complemento ideal, siendo capaz de neutralizar a cualquiera. Les quitaron los acarreos a Seattle y con ello, Russell Wilson debió lanzar más de lo habitual. Están jugando un football de alto nivel y les tocará visitar a los Rams. Perfectamente pueden competir en Los Angeles.

Se notó que los Chargers de L.A. aprendieron de sus errores en la Semana 16, cuando perdieron en casa ante los Baltimore Ravens. El domingo se enfrentaron nuevamente, aunque esta vez fue en la cancha de los Cuervos. De entrada, los Chargers frenaron todos los acarreos y obligaron a lanzar al todavía inexperto Lamar Jackson. Hasta bien entrado el cuarto período, la defensa Charger tenía a sus adversarios por debajo de las 150 yardas y Jackson tuvo toda clase de problemas para lanzar. Algo interesante, fue ver como el equipo de Los Angeles usaba formaciones con 7 backs defensivos para enfrentar las corridas. El coordinador Gus Bradley implementó esa estrategia pensando en limitar a Lamar Jackson. Lo consiguió, ya que Jackson y todos los Ravens quedaron minimizados. De hecho, Baltimore pasó de las 152.6 yardas por partido en temporada regular a tener solo 90 el domingo.

A los Chargers parece no importarles jugar de visita, ni tampoco la dificultad del rival. Melvin Ingram y Joey Bosa comandan una ágil defensiva, mientras que en ofensiva Philip Rivers a sus 37 años sigue jugando con una energía que se transmite a sus compañeros. Eso sí, para el desafío contra los New England Patriots, deberán mejorar la ejecución y sobre todo, tienen que concretar sus chances. Será difícil si anotan solo goles de campo, como lo hicieron en gran parte del juego en Baltimore.

¿Son los Philadelphia Eagles el equipo más peligroso en este momento? Podría ser, dado a que llevan un mes jugando bajo presión y de visita (excepto en la Semana 16). En esas condiciones, los Eagles resuelven situaciones difíciles con aplomo y creatividad. Nick Foles ha salido al rescate, como lo hizo el año pasado. Comete errores, pero en el momento crucial responde como si fuera un mariscal de elite. Impecable envío en la jugada del triunfo con Golden Tate, que se generó en un 4° y goal. Además, la defensiva ha subido su nivel en las últimas semanas. La línea que integran Fletcher Cox, Michael Bennett, Tim Jernigan y Chris Long, puede dominar en la trinchera y crea incomodidad en sus rivales. La fórmula precisa para ganar partidos de visita. Y como si fuera poco, hasta han tenido suerte. De otra forma no se explicaría el fallo del pateador de los Chicago Bears, Cody Parkey, cuyo último intento pegó ¡dos veces! en los postes - aunque luego se supo que Trevon Hester desvió ligeramente el ovoide, tal como aparece en el registro oficial del juego.

Les tocará visitar a los New Orleans Saints, el próximo domingo, con quienes perdieron 48-7 el 18 de noviembre. El contexto era distinto por entonces, los Saints casi triplicaron en yardas y los Eagles eran inestables. Ahora, los Saints llegan con dudas luego de un dubitativo diciembre y los Eagles llegan en su mejor momento. Justo en los playoffs, donde a veces el ímpetu termina imponiéndose a la consistencia de todo un año.

Miguel Meléndez es el creador y responsable de Gringo Sports. Desde 2011 escribe artículos sobre los principales deportes norteamericanos. Además, es conductor y comentarista en el podcast de NFL Chile.