lunes, 29 de septiembre de 2014

Estirando la cancha

Los receptores siempre han cobrado un rol especial y espectacular en el desarrollo de un partido de fútbol americano. Más en la actual NFL, donde muchos han pasado a tener un perfil estelar, gracias al incremento de las jugadas de pase. Ya sea con velocidad, con ubicación, con tamaño, con ajustes y por supuesto, manos seguras, los wide receivers pueden ser factor en los partidos, como ocurrió en algunos de los desafíos de la cuarta semana.

En el duelo entre Green Bay Packers y Chicago Bears se pudo ver a tres tipos de receptores y cada uno de ellos rindiendo de manera muy distinta y muy eficiente, a la vez. De parte de los Bears, Martellus Bennett (9 recepciones, 134 yardas) fue el principal blanco de su mariscal Jay Cutler, gracias a sus casi dos metros de estatura y 120 kilos de peso, sacando provecho de sus cualidades físicas para vencer en cada enfrentamiento con el esquinero de turno (Sam Shields o Davon House) que colocaba Green Bay. Bennett no sólo se impone con su tamaño, el cual combina llamativamente con elusividad y mucha seguridad para atrapar cada pase. Bennett representa una nueva especie de tight ends, en la que sobresalen Jimmy Graham y Rob Gronkowski, con movimiento, elasticidad y fuerza. Todo en el mismo envase.

Del otro lado, los Packers cuentan con Randall Cobb y Jordy Nelson (ayer: 221 yardas combinadas y 4 touchdowns), quienes pueden desarrollar toda clase de rutas, aplicando cortes para lograr el espacio para ganar la posición y sumar yardas por doquier. Cobb, al ser más joven, tiene mucha velocidad y Aaron Rodgers suele buscarlo en rutas largas, más aún cuando queda en cobertura uno a uno. Por su parte, Nelson (¿el receptor más infravalorado de la liga?) se encuentra en un tramo de su carrera en el que combina su rapidez con inteligencia, la cual aplica para hacer ajustes sobre la marcha y para improvisar, en jugadas rotas. El factor común de ambos es que son muy confiables en jugadas cruciales y también, en las 20 yardas finales, donde ambos suelen convertir en cada balón que les envían.

Así como Cobb, los receptores con menos de cinco años de experiencia suelen sobresalir por velocidad, tal como ocurre con Antonio Brown en Pittsburgh Steelers (ayer: 131 yardas en 7 recepciones, 2 touchdowns) y Keenan Allen en San Diego Chargers (ayer: 135 yardas en 10 recepciones). Ambos poseen cualidades similares: apariencia física ligera, muy veloces para recorrer la cancha y con capacidad para ejecutar rutas y cierta clase de quiebres que les permiten conseguir jugadas de alto yardaje. Como ejemplo, su promedio de yardas por atrapada en sus juegos de ayer: Brown promedió 18.7 y Allen 13.5. Sus respectivos quarterbacks, Ben Roethlisberger y Philip Rivers, siempre los buscan cuando pretenden lanzar pases largos y estos receptores suelen no defraudar cuando van por esas jugadas que encabezan los highlights televisivos.

En el otro extremo, están los receptores con más de una década de trayectoria, quienes en algún momento fueron muy rápidos pero que debido a su edad, hasta cierto punto, han perdido algo de velocidad, pero que pueden compensar con su ubicación en la cancha para asegurar 1°s downs. Reggie Wayne en Indianapolis Colts (ayer: 119 yardas en 7 recepciones, un touchdown) y Steve Smith en Baltimore Ravens (ayer: 139 yardas en 7 recepciones, dos touchdowns) son fieles representantes de aquella especie.

Wayne no solo sigue siendo el receptor más seguro de los Colts, sino que es un auténtico referente dentro de un equipo en plena etapa de construcción. El joven Andrew Luck siempre lo busca en situaciones de presión y Wayne entiende que debe contribuir para la causa colectiva. Aún sigue ganando en duelos mano a mano, pero se ha vuelto extraordinario aplicando los detalles sutiles que marcan a los grandes receptores, haciendo ajustes y siempre colocando muy bien su cuerpo antes de asegurar la recepción. Smith en tanto, aún puede correr rutas profundas, aunque ya en su última etapa con Carolina Panthers venía perfilándose más como un receptor de posesión, asegurando el primer down y luego, ver si conseguir más yardas. Dado su tamaño (1.75 metros, 84 kg.), aún es capaz de correr largos trayectos como en su primer touchdown del juego de ayer, en la que tomó el balón (tras desvío de su compañero Owen Daniels) y lo llevó a lo largo de 61 yardas hasta las diagonales. A sus 35 años, Smith todavía tiene reserva en el tanque.

Diferentes contexturas y diferentes cualidades para un mismo rol dentro de una ofensiva. Atrapar el balón, mover las cadenas o bien, llevarlo a toda máquina hasta llegar a la zona de anotación. Los receptores siempre serán una especie muy talentosa en este juego y si vemos la aparición, relativamente reciente, de jugadores tipo Gronkowski o Graham, entonces el abanico se amplía y así vemos como sigue evolucionando esta posición.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Nostalgia Yankee

Mis comienzos como seguidor de los deportes norteamericanos se asocian en buena medida con el béisbol y en particular, con los New York Yankees. El equipo con más campeonatos ganados en la historia de las Ligas Mayores, que vivía una esplendorosa etapa a finales de los 90s y principios de la década anterior, llegando a ganar tres Series Mundiales consecutivas. Era un conjunto muy talentoso en todas sus líneas, bateadores y lanzadores por igual. Bernie Williams, Jorge Posada, Scott Brosius, Paul O'Neill, Roger Clemens, Andy Petitte, Mariano Rivera eran parte de esos Yankees, en los que también sobresalía el campo corto Derek Jeter, quien tiempo después se convertiría en capitán del equipo.

Ya en esos años, Jeter destacaba por ser un jugador muy constante en sus turnos al bat, así como en sus funciones defensivas. Durante esa época dorada en New York, Derek comenzaba a forjar parte importante de su legado, gracias a grandes actuaciones en partidos de postemporada. En el 2000, los Yankees derrotaron a sus vecinos Mets en la Serie Mundial y Jeter fue galardonado como el MVP de la serie. En el último juego, conectó un home run que niveló el marcador, que finalmente terminarían remontando los Yankees para liquidar el partido. Así, Jeter redondeó una final impecable: promedió .409 en bateo, sacó la pelota del parque en dos ocasiones y extendió su particular racha de 14 partidos consecutivos de World Series bateando al menos un hit.

Al año siguiente, Jeter volvería a sobresalir en la serie por el título. Pese a que los neoyorquinos perdieran esa serie con los Arizona Diamondbacks, el '2' de los Yankees se ganó el seudónimo de Mr. November. La razón fue muy sencilla: el cuarto partido de la serie acabó pasada la medianoche y en los primeros minutos del 1 de noviembre, Derek le dio la victoria a New York en el 10° inning con un cuadrangular, completando una remontada que había impulsado Martínez en el noveno episodio. El shortstop hacía historia en el primer partido oficial de Major League Baseball que concluía en un día de noviembre.

De esos Yankees, Jeter era el único sobreviviente hasta ahora. Y dentro de un par de días, el oriundo de New Jersey dejará las canchas, cumpliendo con su retiro anunciado en febrero de este año. En la noche del jueves, tuvo su última aparición en el Bronx y en la despedida oficial de toda su afición, le dio el triunfo a los Yankees con un hit que impulsó la carrera ganadora en el último inning. Si bien, no jugarán los playoffs, esta despedida no deja de tener un significado muy especial y emotivo. Derek Jeter es uno de los símbolos del último gran ciclo de los Yankees y como pasa con muy pocas figuras del deporte, se retira siendo un ídolo respetado por todos, incluso por sus rivales más acérrimos.

Es muy posible que su número 2 sea retirado en la eventualidad, así como también en algún momento podría llegar a Cooperstown, hogar del Salón de la Fama del béisbol profesional. Para el recuerdo, sus grandes jornadas que brindó a través de 20 brillantes temporadas. Grandes, como aquellas noches históricas que protagonizó a principios de la década anterior.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Optimismo Bengalí


En los últimos tres años, los Cincinnati Bengals han logrado meterse en la postemporada, pero una vez adentro, no han pasado la primera ronda, perdiendo tres veces consecutivas en la ronda de wild card. Dentro de la organización, saben que necesitan mejorar lo que venían haciendo bien y particularmente, su mariscal Andy Dalton debe dar un salto como líder ofensivo. Después de tres partidos jugados en el presente curso, los Bengals no solo están invictos (junto con los Philadelphia Eagles y los Arizona Cardinals), sino que han ganado sus tres encuentros aplicando interesantes estrategias defensivas y también, exhibiendo innovadoras movidas ofensivas.

A pesar de la partida de Mike Zimmer, quien ahora está como entrenador en jefe de los Minnesota Vikings, se mantienen muchos conceptos establecidos bajo Zimmer en la unidad defensiva de Cincinnati. El frente 4-3 juega con intensidad y sobre todo, mucha disciplina para cerrar los espacios en la línea y para ejecutar cada tackleo. En ello, es importante lo que hacen Domata Peko, Geno Atkins y Ray Maualuga, quienes imponen su presencia y no conceden muchas yardas a los corredores rivales. Hasta acá, quien más les ha corrido es Justin Forsett de los Baltimore Ravens, quien apenas alcanzó las 70 yardas en el duelo de la primera semana.

Esa aplicación para contener los acarreos logra forzar a que los rivales tengan que lanzar mucho más y ante eso, el esquema zonal que ocupan los Bengals les está brindando enormes resultados, gracias a la coordinación que ha encontrado el grupo de secundarios, conformado por sus titulares Terrence Newman, Reggie Nelson, George Iloka y Leon Hall, quienes siempre parecen entender muy bien sus asignaciones y sus respectivas ayudas en esas coberturas de pase. En lo que va de esta temporada, han permitido un rating promedio de 56.9 a los quarterbacks que han enfrentado. Eso explica mucho del método que emplea Cincy y de sus óptimos resultados.


A la ofensiva, los Bengals están intentando volcarse más a los pases y en especial, a las jugadas más creativas. Un ejemplo de aquello fue la jugada de truco aplicada en el partido de ayer frente a los Tennessee Titans, en la que Andy Dalton recibió el balón en formación shotgun, se la entrega a Mohamed Sanu, quien estaba alineado como corredor y se movió lateralmente a su derecha, cargando todo el flujo de la jugada. Sanu se frenó y tiró el balón al lado contrario, donde Dalton se había lanzado a correr como receptor. Dalton atrapó el pase, que estuvo muy cerca de ser interceptado, y lo llevó hasta las diagonales. Una jugada de alto riesgo y de excelente ejecución diseñada por su nuevo coordinador Hue Jackson.

Según Dalton, la jugada no la habían corrido anteriormente, pero sabía que Jackson había visto algo en esa defensiva que le dio confianza necesaria para ejecutarla en el partido. Y sobre la influencia de Hue, el mariscal bengalí comentó: "Estamos jugando con mucha confianza. Cuando ordena una jugada, realmente creemos que resultará". Tal vez, Andy y la ofensiva de Cincinnati necesitaba esa nueva inyección anímica. Y no hay que olvidar, que cuentan con grandes armas como A.J. Green, quien ya ha superado las 100 yardas aéreas en los dos partidos que ha disputado, y Giovani Bernard, quien en su segundo año en la liga apunta a consolidarse como un corredor de confianza.

Los Bengals no volverán a jugar hasta el próximo 5 de octubre, cuando tengan que visitar a los New England Patriots, en horario estelar. Luego, tendrán cuatro de cinco partidos en casa (la única visita entre medio será a los Indianapolis Colts). Y durante la segunda parte de la presente liga, tendrán sus dos encuentros con los Pittsburgh Steelers, una visita a los New Orleans Saints y tendrán el honor de recibir a Peyton Manning y el resto de los Denver Broncos, en el último Monday Night Football de este año. Interesantes pruebas en las que se podrá ver qué tanto puede seguir creciendo e innovando este equipo, que no gana en playoffs desde 1990, cuando era parte de la vieja división central.

martes, 16 de septiembre de 2014

El imperio de Coach K


Al finalizar el Campeonato Mundial de Básquetbol, no solo hemos visto la revalidación del título que había ganado Estados Unidos hace cuatro años, sino que también presenciamos lo mejor del talento estadounidense trasladado al contexto FIBA. Todo esto es particularmente destacable si consideramos el hecho que se presentaron a jugar en España sin Kevin Durant, quien se bajó semanas antes del Mundial, y con un equipo cuyo promedio de edad no superaba los 24 años.

La presión asfixiante, el poderío físico en la pintura y las continuas ayudas defensivas. Eso es parte del sello distintivo del Team USA y eso se lo deben a su líder Mike Kryzewski, cuyo rendimiento como director técnico de la selección estadounidense es 63-1, quien enfatiza en todos esos detalles que facilitan las opciones ofensivas. Encabezaron a todos los equipos del torneo en anotaciones con una media de 104.6 por juego, pero lo que impresiona aún más es su media de 127.3 puntos por cada 100 posesiones. A lo largo del certamen, encestaron 52.3% de sus tiros y 40.1% de triples. Su rápida transición originaba buenas opciones de lanzamiento, adentro con Anthony Davis y Kenneth Faried y a larga distancia con Stephen Curry, James Harden y del MVP del torneo, Kyrie Irving.

Durante sus nueve partidos disputados, siempre marcaron rachas anotadoras que inclinaban el juego a su favor, con brillantes secuencias de tiros o bien, de contra ataque. En la final frente a Serbia, el Team USA regaló su mejor versión de todo el Mundial, con un parcial de 29-8 (cinco triples consecutivos) después de haber iniciado el juego abajo por 5-12. Al finalizar el primer cuarto, ya sacaban ventaja de 14, al llegar al intermedio ese margen era de 26 y al final, acabó siendo de 37 (129-92).

"Fuimos tan perfectos como un entrenador pudiese desear", esas fueron las palabras de Coach K tras el partido. Una afirmación tan certera que muestra como Estados Unidos ha vuelto a consolidarse en la cúspide del baloncesto internacional, tras una frustrante etapa vivida durante una parte de la década anterior. No solo han ganado los últimos dos Mundiales, sino que también han ganado los últimos dos torneos Olímpicos, lo que hace pensar si es que se ha vuelto a abrir la brecha entre los norteamericanos y las demás potencias basquetbolísticas del planeta. 33 puntos fue el margen promedio de cada victoria en este campeonato. Y todo, sin algunas de las máximas estrellas de la NBA y en especial, muy en conjunto. Al estilo de Kryzewski.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Controlando el ovoide

Dentro de los sistemas tradicionales del fútbol americano, se encuentra el Smashmouth, que consiste en ofensivas basadas en jugadas terrestres, en donde los corredores tienen una alta proporción de toques de balón. El propósito es correr, sumar yardas y anotar, pero también, se trata de consumir el mayor tiempo posible en cada posesión y de golpear a los defensivos en cada jugada hasta cansarlos. En la NFL moderna, son muy pocos los partidos en los que un equipo domina aplicando todos esos elementos, aunque algo que perdura hasta el día de hoy es el control del balón, para manejarlo y anotar, y a su vez, para tener en la banca al contrario. Así fue como Dallas Cowboys, Buffalo Bills y San Diego Chargers ganaron sus partidos de la segunda jornada.


En el caso de los Cowboys y los Bills, nos encontramos con que ambos tuvieron predilección por los acarreos para comenzar sus ofensivas, aunque los primeros lo aplicaron como su modus operandi mientras que los segundos lo hacían para complementar con los pases. Considerando las jugadas de primer down, los Cowboys corrieron 28 veces y en solo dos de ellas, perdieron yardas. Tomando en cuenta los 1st downs, Dallas promedió 5.7 yardas por acarreo, con Demarco Murray como pieza clave, llevando el balón por el centro o entre los tackles. Los linieros ofensivos abren buenos espacios y así lo entendió el entrenador Jason Garrett, quien apenas ordenó siete jugadas de pase en primera oportunidad. Al final, los Cowboys tuvieron el balón por 41:11, sumaron 220 yardas terrestres (167 de Murray con un touchdown) y así, lograron su primer triunfo de la temporada.

Los Bills acabaron su partido con un relativo balance en su selección de jugadas (33 acarreos, 26 pases) y tuvieron el balón en 28:43, pero en situaciones de primera oportunidad, también tuvieron una marcada tendencia a correr, aprovechando la mezcla de fuerza y velocidad que proponen Fred Jackson y C.J. Spiller. De las 22 jugadas que tuvieron en 1° down, en 16 de ellas corrieron, promediando 5.8 por acarreo y en ninguna de esas 16 corridas, tuvieron yardaje negativo. El impacto que tuvieron esas corridas estuvo en la posterior comodidas y efectividad de su mariscal E.J. Manuel para lanzar el balón, en particular al novato Sammy Watkins, a quien encontró en 11 ocasiones, de las cuales en ocho Watkins pudo atrapar el balón, incluyendo uno de touchdown en el final del tercer cuarto. Los acarreos abrieron el camino para el segundo triunfo consecutivo del equipo de Buffalo.


El caso de los Chargers es muy distinto. Son un equipo mucho más pasador que los dos mencionados anteriormente, aunque la semejanza se encuentra en el control de balón que sostuvieron a partir de sus prolongadas marchas, que combinaron adecuadamente los pases con los acarreos (al final del juego: 37 pases y 37 acarreos). Tomando en cuenta sus jugadas de primera oportunidad, el conjunto de San Diego corrió 14 veces y pasó en 12, aunque con el detalle que esos 12 pases en 1° down fueron durante la primera mitad, mientras que en la segunda decidieron correr más, puesto que necesitaban mantener la ventaja que acabó siendo definitiva frente a los Seattle Seahawks. Terminaron promediando 5.0 yardas por jugada en primeros downs y en general, sumaron 377 yardas y tres touchdowns (los tres de Antonio Gates) a través de 42:15 con el balón en su poder. Control y dominio absoluto a partir de su ofensiva y claves fueron sus jugadas en primera oportunidad.

Con una adecuada selección de jugadas y de personal para ejecutar las ofensivas, se pueden conseguir actuaciones muy prolíficas, arrasando en yardas, puntos y tiempo de juego. Viejas recetas que nunca se deben ignorar, así lo entendieron y aplicaron ayer los Cowboys, los Bills y los Chargers. En caso de estos últimos es particularmente llamativo, puesto que derrotaron a los actuales campeones, haciéndolos ver como un equipo vulnerable (¿Habrá influido el calor también?). A tal nivel, que Richard Sherman fue quemado en cinco oportunidades.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Apuntes de NFL (8 de septiembre)

El primer domingo de la temporada es sinónimo de marcadores sorpresivos, estrenos esperanzadores y expectativas exageradas por un solo triunfo. De todas formas, es importante comenzar el año ganando y más aún cuando se obtiene una victoria como visitante, tal como pasó con los 49ers, los Bills, los Bengals y los Panthers, quienes ganaron sin Cam Newton. Hay equipos que lucen bien para este año como los Seahawks y los Broncos (¿Alguien dijo Super Bowl Rematch?) y hay otros que la pasarán mal como los Cowboys y los Redskins. La 95° temporada de la NFL está en marcha y a continuación, unas consideraciones sobre lo ocurrido en la jornada de ayer.


Halcones oportunistas: los New Orleans Saints parecían tener controlado el partido frente a los Atlanta Falcons, hasta que en los últimos minutos del tercer cuarto, la inercia del juego comenzó a volcarse lentamente hacia los locales. Primero, una intercepción en zona roja de Robert McClain le dio vida a los Falcons, quienes habían tenido problemas para meterse en el partido. Ese robo de balón generó la oportunidad para tomar la delantera en el marcador, que fue aprovechada por Antone Smith, quien recibió un pase de Matt Ryan y lo llevó por 54 yardas hasta las diagonales, esquivando a tres tackleadores rivales. Y luego, en la prórroga, un balón suelto de Marques Colston fue recuperado por Joplo Bartu, dejando a los Falcons en posición de conseguir la victoria, la cual aseguraron con un gol de campo de Matt Bryant, de 52 yardas. Dos secuencias que marcaron el partido a favor de Atlanta y para mejor, frente a un rival divisional. Un buen comienzo, tras el desastroso 4-12 del año pasado.

Knowshown impresiona en Miami: a pesar de las tres entregas de balón y del 47.9 que marcó Ryan Tannehill en rating, Knowshown Moreno dio una positiva imagen en su estreno con los Dolphins y ayudó considerablemente para el triunfo frente a los New England Patriots. Durante el juego, siempre produjo en cada corrida entre los tackles y ocupó un rol importante en la remontada de los 'Fins, en la segunda mitad (23 puntos consecutivos). Moreno consiguió 91 de sus 134 yardas totales después del intermedio y anotó un touchdown crucial, a menos de cuatro minutos para el final. El ex Bronco acarreó el balón en 24 oportunidades y promedió 5.6 yardas. De ser esa la tendencia para esta temporada, Moreno podría ser un factor considerable y además, brindar una alternativa terrestre que faltaba en Miami.

Denver y sus nuevas armas: está claro que el objetivo de los Broncos para este año es ganar el Super Bowl y por lo mismo, se reforzaron con piezas estelares en ofensiva y defensiva. Emmanuel Sanders es la nueva opción de pase para Peyton Manning, quien destaca por su velocidad para recorrer todo el campo de juego. En el triunfo de anoche frente a los Indianapolis Colts, Sanders atrapó 6 pases (uno de ellos fue de 40 yardas, el cual logró volando para recibir el balón) y además, hizo un acarreo el cual fue mediante una reversible, jugada que no suelen ejecutar los Broncos. Fue solo una, pero si la integran dentro de su plan de ataque, podría ser una variable muy interesante. ¿Y qué tal Demarcus Ware? después de 9 años en Dallas, el ala defensiva hizo su estreno en Denver y causó un impacto inmediato: capturó dos veces a Andrew Luck y alcanzó a darle otros dos golpes. En un equipo con aspiraciones de campeonato, Ware puede ser clave en el pass rush, algo que necesitan fortalecer los naranjas.


Top Five:

1. Seattle Seahawks (1-0). Los campeones no solo ganaron, sino que también apuntan a elevar su nivel de excelencia en este año. Son el equipo a vencer en la liga.
2. Denver Broncos (1-0). A pesar de su relativa imprecisión en el juego de anoche, demostraron que son los mejores de su conferencia y por margen kilométrico.
3. Atlanta Falcons (1-0). Remontaron un déficit de 10 puntos y Matt Ryan marcó un récord personal y de franquicia, con 448 yardas de pase.
4. Miami Dolphins (1-0). Vencieron a los Patriots y además, maniataron a Tom Brady, derribándolo en cuatro ocasiones. Un comienzo esperanzador.
5. Carolina Panthers (1-0). No jugó Cam Newton, pero la defensiva rindió de gran forma: tres capturas, otros siete golpes y tres balones recuperados.

¿Sabías Qué?

- Con el triunfo de anoche frente a los Colts, Peyton Manning se convirtió en el segundo quarterback que logra vencer a los 32 equipos de la liga. El único que lo había logrado anteriormente había sido Brett Favre.

- Los New England Patriots perdieron su primera apertura desde 2003. En aquel año, los Pats iniciaron 2-2 y acabaron ganando el Super Bowl XXXVIII.

- Tony Romo no lanzó ninguna intercepción en jugadas de play action, durante todo el 2013. Ayer, sus tres intercepciones se produjeron en jugadas de finta y pase.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Team USA y España, los grandes favoritos

Concluida la primera etapa del Mundial de Básquetbol, queda claro que Estados Unidos y España están muy por delante del resto de los equipos de este campeonato. Ganaron todos sus partidos en la fase de grupos y todos con diferencia superior a los 15 puntos. Son los equipos más anotadores del torneo (Puntos por partido: Estados Unidos 102.2, España: 88.0) y además, son los que llevan el mayor ritmo de juego entre todos los participantes (Posesiones por juego: Estados Unidos 85.8, España 75.8). Los estadounidenses han sacado provecho de su defensiva que genera muchas situaciones de contra ataque, causando así canastas fáciles, sello distintivo del Team USA bajo el mando de Mike Kryzewski. Mientras que los españoles han marcado diferencias llevando el balón al poste, donde Pau y Marc Gasol, además de Serge Ibaka, son letales, y también moviéndolo por toda la cancha, gracias a las habilidades de Ricky Rubio, quien promedia casi 6 asistencias en 19.8 minutos que ha disputado por partido.

Sobre las características descritas, influyen también los rivales que debieron enfrentar en sus grupos. Estados Unidos tuvo un rol de juegos relativamente sencillo, en donde se dieron el lujo de dar minutos a todos los integrantes del equipo (Anthony Davis es quien más tiempo ha pasado en la pista y apenas jugó 20:06 de media) y a la altura del cuarto período, ya tenían resueltos los duelos. Turquía y República Dominicana pusieron oposición, pero los norteamericanos realizaron sólidos terceros cuartos para romper esos obstáculos (3° cuartos: 31-20 vs Turquía, 32-11 vs República Dominicana). Davis ha sobresalido en la pintura, promediando 15.8 puntos y 6.8 rebotes, y Kenneth Faried -13.8 puntos, 7.8 rebotes- emerge como una valiosa alternativa en el poste, ya sea tomando tiros de media distancia o bien, atacando directo hacia el aro. Este sábado enfrentarán a México y de seguir avanzando podrían enfrentar a los dominicanos o a Eslovenia en cuartos de final y en una posible semifinal, podrían encontrarse con Lituania, Australia, Nueva Zelanda o los turcos, a quienes ya vencieron el domingo pasado.

España tenía un grupo, en teoría, complicado. Los primeros partidos los superaron sin mayores sobresaltos, frente a Irán y Egipto, y cuando parecía que el camino iba a tomar una forma más compleja, los anfitriones se encargaron de simplificar esas dificultades. 19 puntos de margen frente a Brasil, 24 frente a Francia y 16 frente a Serbia. Es importante destacar que en esos tres partidos, los españoles jugaron a mayor intensidad, comprendiendo que enfrente tenían a potenciales aspirantes a las rondas finales y es por eso, que esa intensidad la reflejaron en los rebotes que tomaban en defensiva y en la rapidez para pasar al ataque, llevando el balón a las cercanías del aro o bien, moviéndolo para encontrar un disparo de larga distancia. Para entender el nivel en el que se encuentran los Gasol: en la etapa de grupos, promediaron en conjunto 33 puntos y 12.5 rebotes a través de los cinco partidos disputados. Su próximo rival será Senegal, una de las sorpresas del torneo, y en caso de avanzar a cuartos de final, podrían enfrentar a Francia o Croacia. En una posible semifinal, podrían medirse con Serbia, Grecia, Brasil o Argentina. Nada fácil.

Este fin de semana se jugarán los encuentros correspondientes a los octavos de final. Mucho ojo con el Brasil-Argentina, partido que cerrará esta ronda. Se enfrentaron en el Mundial pasado e igualmente, en el último torneo olímpico. En ambos duelos, se impusieron los argentinos, quienes ganaron tres de cinco partidos en este Mundial. En tanto, los brasileros sólo perdieron con España y ganaron sus cuatro partidos restantes en la primera etapa. Aquí, la programación completa de la ronda de 16 (los horarios de referencia corresponden a Chile).

Sábado 6:
Estados Unidos-México (10:00, Barcelona)
Francia-Croacia (12:00, Madrid)
República Dominicana-Eslovenia (14:00, Barcelona)
España-Senegal (16:00, Madrid)

Domingo 7:
Lituania-Nueva Zelanda (11:00, Barcelona)
Grecia-Serbia (13:00, Madrid)
Australia-Turquía (15:00, Barcelona)
Brasil-Argentina (17:00, Madrid)

Resumen: Packers 16, Seahawks 36

El equipo de Seattle demostró porqué es el campeón defensor de la NFL. No solo ganó el partido inaugural de la temporada, sino que lo hizo imponiendo sus condiciones en ofensiva y defensiva. Su ofensiva funciona y por lo visto anoche, continuará evolucionando este año. Russell Wilson (19/28, 191 yardas, 2 touchdowns) combina sus conocidas cualidades como scrambler con sus mejoradas habilidades en el pocket, ampliando así el repertorio de jugadas. Su lectura en el primer touchdown de los 'Hawks fue sensacional: vendió la finta de acarreo con Marshawn Lynch, quien atrajo a tres defensivos de los Packers, se quedó con el balón y completó el envío con Ricardo Lockette, quien solo tenía al novato HaHa Clinton Dix como obstáculo, superándolo fácilmente para llegar a la zona final.


El crecimiento de Wilson como pasador es llamativo y algo igual o más llamativo es el impacto que causa Percy Harvin. Cada balón que toca lo convierte en ganancia de yardas, sacando total provecho de su atleticismo, velocidad y talento con el balón en las manos. En sus 14 intervenciones de anoche (4 acarreos, 7 recepciones y 3 devoluciones de patadas) totalizó 160 yardas. Su aporte es superlativo ya sea en posición para atrapar pases, para correr reversibles, para jugar en el backfield y cuando es alineado para retornar patadas. No hay que olvidar que los Seahawks fueron campeones con Harvin disponible en apenas tres partidos (uno de ellos, el Super Bowl XLVIII). Si el otrora Gator de Florida se mantiene saludable por toda la temporada, esta ofensiva podría alcanzar un nivel muy alto de excelencia.

La defensiva de Seattle estuvo en el nivel que viene exhibiendo en los últimos dos años. El cuarteto que conforma The Legion of Boom (Sherman-Chancellor-Thomas-Maxwell) tacklea con fuerza e igualmente, juega con mucha disciplina en coberturas de pase, facilitando el trabajo de presión al mariscal contrario. Anoche, Richard Sherman estuvo cubriendo en casi todo el juego a Jarrett Boykin (el tercer receptor de Green Bay). Pero solo por ser Sherman, Aaron Rodgers nunca volteó para lanzar por su costado, a menos que fuera última opción. Ese nivel de respeto (¿o miedo?) está inspirando uno de los mejores jugadores de la liga.

Respecto a los Packers: Rodgers no tuvo un mal partido (23/33, 189 yardas, 1 touchdown, 1 intercepción), pero estuvo siempre bajo la presión de los linieros de Seattle, quienes colapsaban el pocket en menos de dos segundos, especialmente por los costados, donde los tackles ofensivos no brindaron protección al quarterback de Green Bay. Ahí se entiende porque Rodgers no buscó muchos pases largos y estuvo encontrando muchas rutas cortas-medias. Es buena la intención de equilibrar los pases con las carreras, teniendo a Eddie Lacy (quien se pierde el próximo partido por una conmoción cerebral) y James Starks, pero ellos deben ser factor. Ah, y que Lacy corra de norte a sur y no de forma lateral, como en varias jugadas que le mandaban anoche. El ex Alabama no es precisamente muy ligero como para ejecutar esas corridas.


La defensiva sigue siendo un punto débil de los Packers, a pesar de tener a buenos jugadores como Clay Matthews, A.J. Hawk, Trammon Williams y el recién llegado Julius Peppers. Los malos ángulos que toman algunos de sus jugadores para tacklear llegan a ser preocupantes y regalan yardas adicionales a los rivales, que bien pudieran evitarse. Así ocurrió anoche con Lynch, quien esquivó defensivos de forma constante. Los 'Empacadores' acabaron recibiendo 398 yardas y como bien se sabe en la NFL, sin defensa no hay campeonatos.

Ambos equipos no volverán a jugar hasta el próximo 14 de septiembre. Seattle (1-0) visitará a los San Diego Chargers, mientras que Green Bay (0-1) jugará su primer partido como local, recibiendo a los New York Jets.

lunes, 1 de septiembre de 2014

The Passing League

En la tarde del 18 de enero de 2004, New England Patriots vencía a Indianapolis Colts en la final de la conferencia americana, clasificándose al Super Bowl XXXVIII, el cual terminaron ganando. Ese partido se recuerda por varios hechos particulares. Fue el primero de tres duelos que sostuvieron en playoffs durante la década pasada, el gélido clima bajo el que se disputó ese partido y en especial, por la rudeza aplicada por los defensivos de los Patriots para presionar a Peyton Manning (lanzó cuatro intercepciones ese día) y más aún, para estorbar las rutas de los receptores de los Colts, golpeándolos en cada oportunidad que tenían. La estrategia tuvo estas consecuencias: la ofensiva de Indy, que venía anotando sobre 30 puntos por partido, fue limitada a 14 unidades y su receptor estrella, Marvin Harrison, registró apenas 19 yardas en tres recepciones.

Después de ese partido, se hablaba dentro de la NFL que ya se había encontrado la receta para frenar a Manning y esa explosiva ofensiva de los Colts, pero los mismos jugadores del equipo de Indianapolis alegaron públicamente por la 'excesiva rudeza' que sufrieron en Foxboro, reclamo al cual también adhirió el dueño de la franquicia, Bill Polian. Sus reclamos fueron tan fuertes, que las autoridades de la liga tomaron cartas en el asunto. Para la temporada 2004, los jueces comenzaron a enfatizar los cobros de contacto ilegal y holdings defensivos. Dicho de otra forma, cualquier contacto después de las primeras cinco yardas iba a ser penalizado.

Entre el 2004 y 2008 no hubo un incremento muy considerable en esos cobros. En promedio, durante esos años, se cobraban entre 15 a 20 castigos de esa índole por jornada, pero donde sí comenzaron a darse cambios significativos fue en las producciones pasadoras. En 2004, se promediaron 210.5 yardas de pase por partido (10 yardas más que en 2003) y en total, se anotaron 732 touchdowns aéreos (en 2003, fueron 654). El ajuste de regla estaba beneficiando tremendamente a las ofensivas. Los receptores parecían tener más libertad para correr en la cancha y los quarterbacks comenzaban a incrementar sus números. Por si fuera poco, en ese año, Peyton Manning lanzó 49 pases de touchdown, rompiendo la marca que había ostentado Dan Marino, por exactos 20 años.

Si bien, las unidades defensivas y el balance en las líneas siguen siendo elementos muy valiosos para ganar en la NFL (los Seattle Seahawks del curso pasado son un gran ejemplo), era evidente que a los jugadores defensivos les estaban cortando las alas, al no poder aplicar ciertas artimañas que eran permitidas en antaño. Esos promedios pasadores del 2004 se mantuvieron por los siguientes cinco años, replicándose en partidos de muchos puntos y aún muchas más yardas. No es casualidad que en la última década, se hayan registrado siete actuaciones de pasadores con más de 500 yardas en un partido. Algo que antiguamente era casi irreal, en la actualidad no lo es tanto.

Historia de la NFL: Quarterbacks con partidos de +500 yardas

1. Norm Van Brocklin, 551 yardas (Los Angeles Rams, 28/9/1951)
2. Warren Moon, 527 yardas (Houston Oilers, 16/12/1990)
    Matt Schaub, 527 yardas (Houston Texans, 18/11/2012)
4. Boomer Esiason, 522 yardas (Arizona Cardinals, 10/11/1996)
5. Dan Marino, 521 yardas (Miami Dolphins, 23/10/1988)
6. Matthew Stafford, 520 yardas (Detroit Lions, 1/1/2012)
7. Tom Brady, 517 yardas (New England Patriots, 12/9/2011)
8. Phil Simms, 513 yardas (New York Giants, 13/10/1985)
9. Eli Manning, 510 yardas (New York Giants, 16/9/2012)
    Drew Brees, 510 yardas (New Orleans Saints, 19/11/2006)
11. Vince Ferragamo, 509 yardas (Los Angeles Rams, 26/12/1982)
12. Tony Romo, 506 yardas (Dallas Cowboys, 6/10/2013)
13. Y.A. Tittle, 505 yardas (New York Giants, 28/10/1962)
14. Elvis Grbac, 504 yardas (Kansas City Chiefs, 5/11/2000)
15. Ben Roethlisberger, 503 yardas (Pittsburgh Steelers, 20/12/2009)

Si en ese ciclo 2004-2008, los promedios pasadores se comenzaban a disparar, el siguiente lustro iba a ser aún más prolífico para los mariscales de campo. Aún vigentes Peyton Manning y Tom Brady y con la aparición de otros personajes como Aaron Rodgers, Drew Brees, Eli Manning, Tony Romo entre otros, el ovoide por los aires se transformaba en una secuencia cada vez más usual en los partidos de la NFL. Tomando como referencia las 200.4 yardas de pase por partido y 654 anotaciones aéreas del 2003, veamos ahora como se han dado ambas estadísticas en las últimas cinco temporadas.

2009: 218.5 yardas de pase por juego, 710 pases de touchdown totales
2010: 221.6 yardas de pase por juego, 751 pases de touchdown totales
2011: 229.7 yardas de pase por juego, 745 pases de touchdown totales
2012: 231.3 yardas de pase por juego, 757 pases de touchdown totales
2013: 235.6 yardas de pase por juego, 804 pases de touchdown totales

Es muy evidente que estamos en una era pasadora, donde los récords están cayendo con mucha mayor frecuencia. Los mariscales de elite ponen números casi insuperables y los mariscales buenos (a secas) tienen partidos en los que parecen de elite, bien lo sabe gente como Romo y Stafford. El mayor énfasis a los cobros de interferencia y holding defensivo han sido claves en este cambio y evolución que ha vivido la liga en la última década y el enfoque que se le comenzó a dar al roughing into the passer (rudeza hacia el pasador) desde el 2011, ha generado, aparte de chances para las ofensivas, más cobros por partido. Sumando esos tres cobros, en los últimos tres años se ha generado una media de 21 infracciones por semana (considerando sólo temporada regular). Es decir, 21 potenciales primeros downs automáticos y 21 potenciales oportunidades ganadas gratuitamente para que las ofensivas sigan poniendo puntos en el marcador.

Y así como se han dado más actuaciones de 500 yardas, también se han producido más campañas de 5.000 yardas. Hasta el 2011, sólo se habían producido dos casos de mariscales que habían superado esa cifra a lo largo de un curso, en toda la historia. ¿Qué ha pasado en los últimos tres años? Los invito a ver:

Historia de la NFL: Más yardas de pase en una temporada

1. Peyton Manning, 5.477 yardas (Denver Broncos, 2013)
2. Drew Brees, 5.476 yardas (New Orleans Saints, 2011)
3. Tom Brady, 5.235 yardas (New England Patriots, 2011)
4. Drew Brees, 5.177 yardas (New Orleans Saints, 2012)
5. Drew Brees, 5.162 yardas (New Orleans Saints, 2013)
6. Dan Marino, 5.084 yardas (Miami Dolphins, 1984)
7. Drew Brees, 5.069 yardas (New Orleans Saints, 2008)
8. Matthew Sttaford, 5.038 yardas (Detroit Lions, 2011)

Por como está perfilada actualmente la liga, es muy posible que esa lista siga engrosándose en los próximos años y si tomamos como referencia el énfasis (aún mayor) que se ha anunciado para cobrar las interferencias defensivas en la temporada que está a pocos días de comenzar, podríamos seguir viendo partidos de 500 yardas y más de 40 puntos por lado. Veremos si los árbitros son tan rigurosos como lo fueron en la pretemporada, si persisten o bien aumentan estas producciones ofensivas y qué tal se adaptan y ejecutan las defensivas, ante todos estos ajustes y enfoques especiales al reglamento. Parece imposible, pero si recordamos el último Super Bowl, donde la mejor ofensiva del torneo (Denver Broncos: 38 puntos por partido en temporada regular, 25 en playoffs) fue limitada a ocho puntos, entonces las defensivas sí pueden enfrentar y vencer a maquinarias anotadoras.