jueves, 28 de febrero de 2013

Repaso: Warriors 105, Knicks 109

El equipo de New York comenzó dominando en los tableros, en gran medida, por la presencia de Tyson Chandler (¿el mejor pívot de la NBA?), quien capturó 13 rebotes en el cuarto inicial. El '6' de los Knicks acabó con un récord personal de rebotes con 28, además de convertir 16 puntos.

Los Knicks llegaron a tener 14 unidades de ventaja, pero Golden State logró meterse en el partido, gracias a la contribución de Jarrett Jack y Carl Landry, quienes produjeron ofensiva instantánea (14 y 15 puntos, respectivamente) pero sobre todo, con el aporte de Stephen Curry, el cual anotó 12 tantos consecutivos para poner a los Warriors en ventaja, en el segundo cuarto. Eso fue sólo un preludio de lo que iba a ocurrir después.

Curry, quien jugó los 48 minutos reglamentarios, tomó las riendas de su escuadra y encestó 11 de 13 triples intentados, 18 de 28 tiros en total y finalizó la noche con 54 puntos, la mejor "performance" individual realizada por cualquier jugador en la presente temporada. Con marca individual, con doble marca, en la pintura y a larga distancia. "Steph" estaba inconsciente.

Para mala fortuna de Curry y de los Warriors, su excepcional actuación no bastó y los neoyorquinos lograron marcar diferencias en los minutos finales, encabezados por Carmelo Anthony con 36 "inadvertidas" unidades y J.R. Smith, quien embocó seis de once triples y totalizó 26 puntos.

Aparte, el conjunto californiano no tomó buenas decisiones en el desenlace del partido, con algunos pases precipitados, otros tiros forzados y, además, el tapón que le propinó Raymond Felton a Curry, con menos de minuto y medio por jugar, que terminó siendo clave para asegurar el triunfo para los locales.

Con este resultado, New York se mantiene en el tercer puesto de la conferencia este, con registro de 34-20, mientras que Golden State pierde su segundo partido consecutivo y permanece en la sexta plaza del oeste, con marca de 33-25.

sábado, 16 de febrero de 2013

OKC sin Harden: ¿Mejor o peor?

Oklahoma City Thunder llega a la pausa del juego de estrellas con el segundo mejor registro del oeste (39-14) y con una de las mejores producciones ofensivas en toda la NBA, siendo los mejores encestando tiros libres (82.8%), segundos en puntos por partido (106.0) y terceros en porcentaje de conversiones (48.2%).

Aparentemente, no se siente en gran medida la salida de James Harden, quien fue traspasado a los Houston Rockets, pocos días antes de iniciar la presente campaña y luego de haber sido el mejor suplente de la temporada anterior. Pero, ¿realmente no ha afectado su partida?

Veamos. En términos colectivos, el Thunder ha incrementado su promedio de asistencias, de 18.5 a los actuales 21.9. Pero siguen siendo un equipo que pierde mucho el balón. Ahora mismo, tienen 15.6 pérdidas por encuentro, sólo los Rockets (16.3) los superan en ese apartado.

Individualmente, el equipo ha visto un progreso de Russell Westbrook en cuanto a asistencias. De las 5.5 que promedió en 2011-12, subió a 8.1 este año, situándose dentro de los cinco mejores en la liga. Eso sí, mantiene su tendencia de quedarse mucho con el balón, forzar tiros y, en ocasiones, cometer pérdidas. Continúa perdiendo el balón casi cuatro veces en promedio por partido.

Si algo distinguía a James Harden y hacía muy notoria su contribución era su criterio para conducir la ofensiva. El "barbudo" no registraba grandes estadísticas, pero su toma de decisiones siempre era razonable. No por nada, cerraba partidos cuando el marcador estaba apretado. Si algo perdió el Thunder fue organización de jugadas. Actualmente, Westbrook es quien lleva el balón en momentos claves, lo que no deja de ser curioso, considerando también que cuentan con el máximo anotador de la competición, Kevin Durant.

En aquel traspaso efectuado en octubre, Oklahoma City recibió a Kevin Martin. Económicamente, le vino bien a la franquicia, y deportivamente da resultados. Después de Durant y Westbrook, es el mejor encestador del equipo (15 unidades por juego), pero es sólo eso, un jugador que recibe el balón y lanza al aro.

¿Cuáles son las otras opciones de armador en OKC? Reggie Jackson y Eric Maynor, dos jugadores que forman parte de la rotación del técnico, Scott Brooks, pero que están muy lejos de proveer lo que entregaba Harden. En el caso de Jackson, se podría hablar de alguien con proyección. Está en su segundo año en la liga y tiene cualidades pasadoras. Maynor tiene tres años de experiencia, pero su rol en la cancha es más de anotador.

A primera vista, puede parecer que el Thunder no tenga grandes deficiencias y cuente con los recursos necesarios para seguir compitiendo por el título, pero cuando haya que cerrar partidos frente a defensivas ásperas, ahí podría sentirse el real impacto de la salida de Harden. Sin ir más lejos, el jueves pasado, Miami Heat cerró la llave y forzó 16 pérdias, seis de ellas de Westbrook.

jueves, 14 de febrero de 2013

Donald Driver

Oriundo de Houston, vivió y superó la pobreza en su niñez y adolescencia. Se dedicó al fútbol americano como una forma de escapar a esos problemas y consagró una estupenda carrera. Fue elegido por los Green Bay Packers, en 1999, y de ahí no se movió hasta su retiro, el cual fue oficializado hace poco más de una semana.

Por nueve años fue "partner" con Brett Favre, formando una gran mancuerna. Dada su seguridad con las manos y su velocidad, Driver se estableció como el receptor #1 de los Packers y en uno de los más consistentes en la NFL. Así fue como terminó sumando 743 recepciones, 10.137 yardas (récords de franquicia) y 61 touchdowns.

Ya en sus últimos años, había perdido velocidad y constancia, debido a las lesiones. Pero su experiencia sirvió de ayuda para que emergieran nuevos receptores en la "Bahía Verde", además de ser opción para Aaron Rodgers en momentos de mayor presión.

Pero lo que distingue a Driver, aparte de su talento como wide receiver, es su calidad como persona. Consciente de lo que vivió en su infancia, participa en obras beneficas y dona dinero para dichas causas. Nunca nadie, en su entorno, ha emitido públicamente una mala opinión sobre su persona.

Pudo acabar su carrera en otro equipo, pero decidió retirarse como un Packer y, ante tal circunstancia, fue despedido con una ceremonia en Lambeau Field, con miles de fanáticos en las tribunas. Y Donald dijo adiós al football con una sonrisa, esa que siempre lo caracterizó en sus 14 años en la NFL y que, seguramente, mantendrá en todo lo que emprenda de ahora en adelante.

Ed Reed

Durante los días previos al Super Bowl XLVII, la atracción que generaban los Baltimore Ravens era Ray Lewis y su último partido en la NFL. Justificada atención mediática, en todo caso. Pero, al parecer, hubo otro jugador defensivo de los Ravens quien pasó inadvertido antes de la final y que merece tanto reconocimiento como Lewis.

Se trata de Ed Reed, quien en sus 11 temporadas como profesional (todas en Baltimore) se ha distinguido como un auténtico playmaker. Buena técnica de tackleo, lectura de jugadas rivales y, particularmente, olfato por el balón. Sus 69 intercepciones, nueve de ellas devueltas a touchdown, lo justifican plenamente.

De hecho, esos "pick six" lo han llevado a tener algunas marcas históricas de la liga, como la devolución más larga de una intercepción hasta las diagonales (108 yardas) y, además, de tener la mayor cantidad de yardas recorridas en regresos, con 1.547. Por si fuera poco, es el único jugador que ha devuelto intercepciones, balones sueltos, bloqueos de despejes y punts a la anotación.

El pasado 3 de febrero confirmó sus cualidades en "big plays", al interceptar un envío, el cual su ofensiva capitalizó con siete puntos. Reed ya tenía varias marcas de franquicia y liga, así como también múltiples apariciones en el equipo "All Pro", pero le faltaba su anillo de campeón. Ya lo tiene y lo merece totalmente. Es uno de los grandes defensivos de la última década.

lunes, 4 de febrero de 2013

El vuelo del cuervo

La ciudad de New Orleans hizo historia al recibir por décima vez en su historia el Super Bowl, igualando la cantidad de finales que ha acogido Miami. Y en esta ocasión, el evento estuvo a la altura: ofensivas en ritmo, espectaculares atrapadas, acciones defensivas en momentos oportunos, una devolución de kickoff que marcó récord y un inesperado corte de luz que, por más extraño que se lea, prosiguió con una definición llena de suspenso, tal como han sido las últimas finales. Baltimore Ravens prevaleció y terminó venciendo a San Francisco 49ers. Aquí, las claves del juego.

Formaciones abiertas: la ofensiva de los Ravens sacó sus mayores ganancias jugando con formaciones de cuatro receptores, comúnmente en "shotgun". La línea ofensiva brindó el tiempo que requería su mariscal de campo, Joe Flacco, para conectar con sus receivers, sobre todo, con Anquan Boldin quien fue prenda de garantía. Atrapó el envío que significó el primer touchdown del duelo y logró otras recepciones claves en situaciones de 3° down. Aquella de la segunda mitad, con Carlos Rogers encima suyo, fue fabulosa. Boldin acabó con 104 yardas en 6 atrapadas.

Joe dio el estirón: por si quedaban dudas, Flacco completó el domingo una postemporada sin errores, con mucho temple para conducir las series ofensivas y con movilidad, cuando acechaba la presión adversaria. Tres envíos anotadores para finalizar la campaña con un balance de 11 touchdowns y sin intercepciones en las rondas finales, además de totalizar un índice de 117.2 en el último mes. El quarterback surgido en Delaware se consolida como estrella.

El show de Jacoby: sólo atrapó un pase, pero fue de 56 yardas y se quitó a dos defensivos para poner a los Ravens 21-3, a dos minutos del intermedio. Y para comenzar la segunda mitad, Jones tomó el balón ocho yardas dentro de la zona final y lo llevó por toda la cancha, y a toda velocidad, sin que un sólo Niner le pusiera un dedo encima. Aportando en grande para los highlights televisivos.

Borrando a los Smith's: el trabajo de los cinco linieros ofensivos de Baltimore fue destacable, en especial, conteniendo los intentos de Justin y Aldon Smith para presionar a Flacco. ¿El saldo? cero derribos por parte de ambos linebackers y sin posibilidad de acercarse al #5 de los "Cuervos". El caso de Aldon resulta más llamativo, ya que terminó los playoffs sin capturas después de haber registrado 19.5 en la temporada regular.

Ineficiencia en zona roja: a pesar de conseguir dos brillantes jugadas de touchdown dentro de las 20 yardas finales, los 49ers fallaron en otras cuatro situaciones en ese tramo del campo. La más ilustrativa fue en su última ofensiva del partido. Luego de tener éxito aplicando la formación 'pistol', cambiando el flujo de las jugadas y de poner en movimiento a sus bloqueadores, el equipo de San Francisco pareció quedarse sin imaginación cuando había que dar el último paso. Tres pases incompletos de Colin Kaepernick, y los tres en formaciones convencionales. Vale agregar, también, que Frank Gore tuvo una prolífica segunda mitad (110 yardas en total, 5.8 por acarreo) y no fue considerado en esas jugadas.

Errores costosos: el balón soltado por Lamichael James y la intercepción que regaló Kaepernick a Ed Reed terminaron costando caro en los Niners. En el primer caso, Baltimore capitalizó con su segundo touchdown de la noche y en el segundo, estuvieron cerca de recibir otra anotación, pero el "fake field goal" que intentó Justin Tucker se quedó a una yarda de conseguir la primera oportunidad.

John vs. Jim: fue el mayor de los hermanos Harbaugh quien tuvo mejores decisiones y, en especial, más creatividad en ciertos momentos, como fue aquel engaño previamente explicado, a pesar de no tener resultado, y al final del juego, cuando concedió un safety a cambio de haber bajado siete segundos en el reloj. Después, sólo quedó tiempo para la última patada. Por parte de Jim, se notó algo de confusión, sobre todo, en la primera mitad, en las jugadas que mandaba a su ofensiva y lo mucho que demoró para sugerir ajustes defensivos. Así fue como los Ravens llegaron a tener 22 puntos de ventaja en el marcador.

Posiblemente, la jugada más controversial fue el 4° y goal que falló San Francisco y en el que su entrenador reclamó un presunto "holding" defensivo. En efecto, Jimmy Smith tomó de la camiseta a Michael Crabtree, pero a su vez, el receptor quiso apartarse del esquinero con un manotazo al casco. No correspondía lanzar pañuelos.

Como viene siendo en los últimos años, tuvimos un Super Bowl entretenido, con tensión hasta el final. Puede parecer gracioso, pero el apagón en el Superdome sirvió para que los 49ers volvieran a meterse al partido y así, apretar la diferencia en el marcador, aunque al final no les alcanzó. Otra tendencia: los últimos tres campeones son equipos que jugaron la ronda de comodines. Green Bay en 2010 (sexto clasificado), New York Giants en 2011 (cuarto) y Baltimore (cuarto) en la temporada que acaba de concluir.

San Francisco perdió, pero tiene un enorme futuro por delante con un joven quarterback que, con apenas 10 titularidades en la NFL, ha demostrado que puede ser su líder. Tal vez, requieran reforzar su defensiva, en particular, los esquineros. Anoche, pasaron toda clase de problemas contra los veloces receptores de los Ravens.

Evidentemente, Baltimore subió considerablemente su nivel de juego en el último mes, seguramente motivados por su capitán defensivo, Ray Lewis, quien se despide con un segundo trofeo Lombardi y como uno de los mejores linebackers de la historia. En algunos años más lo debieramos ver en Canton, como eventual miembro del Salón de la Fama.

Pero si de decisiones se trata, el cambio de Cam Cameron por Jim Caldwell en el puesto de coordinador ofensivo, en pleno mes de diciembre, ayudó significativamente para que los Ravens elevaran su productividad y pudieran resolver de mejor manera en momentos cruciales.

Luego de años quedándose cortos, por fin logran el título, el segundo en la historia del equipo. Sin ser perfectos, como bien dijo su head coach en la premiación, pero con mucho oficio. Estos cuervos vuelan más alto que nunca, ahora como monarcas de la NFL.