jueves, 21 de julio de 2011

Historias de Mudanzas (Primera parte)

A diferencia de los clubes de fútbol, los cuales se mantienen en una ciudad o área específica a lo largo del tiempo, los equipos profesionales estadounidenses llevan la denominación de franquicias. ¿Cuál es la gran diferencia? Es que estas últimas son marcas que, además de tener como propósito el éxito deportivo, también cuenta con la finalidad de producir bienes económicos, lo que abre la posibilidad para que el o los dueños puedan venderla o mudarla de una ciudad a otra, si se estima conveniente.

Son muchos los casos de equipos que por A, B o C motivo, se han cambiado de ciudad y/o de nombre, como ha ocurrido en la NFL. A continuación, se presentarán tres de aquellas decisiones que en su momento, resultaron controversiales.

Cardinals: Tan antiguos como cambiantes

La franquicia más antigua del fútbol americano profesional (fundada en 1898) ha tenido 9 cambios totales, entre nombre y traslados de ciudad. Originalmente conocidos como Morgan Athletic Club, al año después de su inserción, pasaron a ser Racine Normals, denominación que duró hasta 1901, cuando tomaron definitivamente su actual apodo.

Con la aparición de los Bears, en 1920, coincidiendo con su segunda temporada en la liga, debieron cambiar el nombre de Racine a Chicago Cardinals. Ahí, consiguieron sus únicos dos títulos (1925 y 1947) antes de mudarse a St. Louis en 1960. Desde entonces, comenzaron años de sequía ganadora con esporádicas apariciones en playoffs, situación que se mantenía en 1988 cuando el equipo hizo su último traslado, esta vez, al oeste norteamericano.

Durante seis temporadas fueron Phoenix Cardinals, pero en 1994 tomaron su actual denominación como Arizona Cardinals para así "darle una mayor identificación con el estado", según lo manifestado, en entonces, por el dueño Josh Bidwill. Desde que se encuentran en Arizona, solo han tenido 3 apariciones en postemporada, con 5 triunfos y 3 derrotas, una de ellas, en el Super Bowl XLIII ante los Pittsburgh Steelers.

Los originales Browns

Desde su fundación, en 1946, Cleveland Browns -cuyo nombre no es por el color, sino que por su primer entrenador, Paul Brown- se estableció rápidamente como un equipo altamente competitivo, ganando 8 campeonatos en sus primeros 19 años de existencia (4 en la AAFC y 4 en la NFL). A partir de entonces, siguieron cosechando temporadas con registro ganador y apareciendo en playoffs, al mismo tiempo en que se la afición que asistía al viejo Cleveland Municipal Stadium era muy fiel, a tal punto, que había un sector conocido como The Dog Pound (La Perrera).

Todo eso comenzó a acabar, y de forma muy abrupta, en 1995, cuando el dueño Art Modell anunció el traspaso de la franquicia a Baltimore, lo que supuso en un momento, un menor apoyo comercial y una revuelta popular en contra de aquella decisión, algo que se vio reflejado en el último partido como local en esa temporada, donde la gente se llevó pedazos de tablones como "recuerdo".

Finalmente, se produjo el traspaso a Baltimore (actuales Ravens), pero la herencia del equipo se quedó legalmente en Cleveland durante los tres años en que se trabajó para la construcción del "nuevo" equipo, el cual se integró en 1999.

Cuando las derrotas realmente afectan

Los Houston Oilers fueron uno de los equipos fundadores de la vieja AFL, en 1960, siendo campeón en sus dos primeras temporadas. Con el paso del tiempo, la franquicia logró consolidarse deportiva y popularmente, gozando de muchos años con registros ganadores, ya siendo parte de la NFL, teniendo como principales referentes -aunque en distintas etapas- al corredor Earl Campbell y el mariscal de campo Warren Moon, éste último, adquirido desde la liga canadiense de fútbol americano.

Todo se mantenía en relativo orden hasta que en 1994, se produjo un colapso dentro de la franquicia. Moon había sido transferido a los Minnesota Vikings, el equipo ganó solo dos partidos en aquel año y con ello, se necesitaba una renovación de jugadores. Ya en 1995, el dueño Bud Adams se refería a una posible mudanza a Nashville, una vez finalizara el contrato con el Astrodome.

Adams solicitó dinero a la ciudad de Houston para construir un nuevo estadio, el cual nunca fue concedido, debido a que era mucho dinero y también, a que la gente estaba perdiendo interés en los Oilers, cosa que se vió manifestada en 1996, cuando el promedio de asistencia al estadio bajó de 60 mil espectadores a unos deprimentes 20 mil. Con ello, no se pudo conseguir dinero suficiente para el nuevo recinto, lo que terminó gatillando la mudanza desde Texas a Tennesse, donde mantuvieron el nombre de Oilers por dos años más, hasta finalmente pasar a llamarse Titans, nombre que mantienen hasta la actualidad.

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