martes, 18 de octubre de 2011

Detalles

El fútbol americano es un deporte marcado por los detalles, los cuales pueden hacer la diferencia en un partido o bien, establecer diferencias entre un buen equipo y un gran equipo. Esto último se pudo apreciar en el partido entre Dallas Cowboys y New England Patriots, disputado hace un par de días.

Desde un comienzo, se veía que era un encuentro entre fuerzas parejas, con planes de juego bien preparados, particularmente en Dallas, que empleaba una correcta estrategia ofensiva (marchas sostenidas pero con problemas en las últimas 20 yardas) y además, lograba incomodar a Tom Brady (3 capturas y 2 intercepciones), algo que muy pocas unidades defensivas pueden hacer.

Los Cowboys parecían estar en relativo control de la situación, llevando la dinámica del partido como pretendían y con la ventaja en el marcador en los últimos cinco minutos. Del otro lado, los Patriots tenían dificultades para mover el ovoide y su defensa mostraba toda clase de deficiencias para tacklear. Pero, fue en el momento clave cuando se marcó la diferencia que separó realmente a uno de otro conjunto.

Dallas ganaba 16-13 con menos de cuatro minutos por jugar. Con el balón su poder, el entrenador Jason Garrett ordena correr tres veces seguidas, algo totalmente opuesto a lo que generalmente hacen. No estuvieron ni cerca de conseguir un 1º down, tuvieron que despejar y le dejaron 2:20 a los Patriots con la oportunidad de revertir el marcador.

Brady, quien siempre ha sabido manejarse bajo presión, encabezó una impecable marcha completando 7 de 8 pases, incluyendo el touchdown ganador con Aaron Hernández. En el momento importante, el Quarterback de los Patriots sacó a relucir su categoría y la defensa de Dallas, que lo había incomodado, no tuvo forma de detenerlo.

¿A qué voy con todo esto? Que un partido bien planificado se puede estropear por errores u oportunidades desperdiciadas. En los minutos finales, los Cowboys no fueron capaces de asegurar el triunfo, en parte por decisiones propias, mientras que los Patriots, pese a no haber hecho un gran partido, encontraron la forma para ganar. Y detalles de esa índole son los que terminan separando a un equipo que es solo bueno de otro que es de elite.

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