viernes, 21 de junio de 2013

Heat Repeat

El cinematográfico desenlace que tuvo el sexto juego de las finales de NBA, los cinco puntos de diferencia a menos de 30 segundos del final del tiempo reglamentario, el milagroso triple de Ray Allen que llevó el duelo a la prórroga que concluyó con el triunfo de Miami Heat y el empate en la serie frente a San Antonio Spurs, dejó la mesa servida para un séptimo partido que presentó tanto suspenso como el que se jugó en la noche del martes.

En el historial de séptimos juegos en finales, el equipo anfitrión había ganado en 14 de 17 ocasiones previas y bajo el actual formato, los locales ganaron en las cuatro oportunidades que se generó dicha instancia. Es decir, la estadística favorecía al Heat y se encargaron de confirmarlo en la cancha, aunque no fue algo sencillo.

Los primeros minutos fueron de muchos nervios, propios de un duelo decisivo, con diversas pérdidas de balón en ambos conjuntos, pero lentamente fueron llegando las anotaciones. Los Spurs imponían presencia con Tim Duncan (24 puntos-12 rebotes) y Kawhi Leonard (19 puntos-16 rebotes), y en menor medida con Emanuel Ginóbili (18 puntos) y Tony Parker (10 puntos, 3 de 12 conversiones), quienes se apagaron conforme fue avanzando el encuentro.

El equipo dirigido por Erik Spoelstra nunca perdió pisada y a medida en que sus grandes valuartes, Lebron James y Dwyane Wade, entraban en ritmo, era Shane Battier quien emergía como factor sorpresa. Ahogado en su propia irregularidad durante gran parte de los playoffs, Battier resurgió y brindó un fundamental apoyo extra en ofensiva con sus seis triples encestados -sobre ocho intentados- para totalizar 18 puntos.

Esos largos disparos sirvieron de complemento a lo que produjeron James y Wade. En el caso de Lebron,
confirmó su condición de mejor jugador en la actualidad y lo hizo rompiendo la estrategia defensiva utilizada por los Spurs a lo largo de la serie, concediendo -por defecto- toda clase de tiros a larga distancia, con tal que no se metiera cerca del aro. El oriundo de Akron, que eventualmente fue galardonado como el jugador más valioso de la serie, los hizo pagar caro. De sus 12 canastas convertidas, cinco valieron por tres puntos y sus 37 unidades representaron su mayor cantidad en esta postemporada.

Mientras que Wade aparentemente no sintió dolor por sus recientes lesiones, jugando con la soltura que lo caracterizaba en sus primeros años, cuando era la principal figura de Miami, tomando lanzamientos en cómoda posición, ya sea atacando en la pintura o a media distancia. Sus 23 puntos y 10 rebotes comprobaron su calidad en esta clase de desafíos.

Los Spurs nunca dejaron de batallar, a pesar de los continuos fallos de algunos de sus jugadores (¿qué tal ese 1 de 12 de Danny Green?) y la intensa defensiva de los locales que, en varias secuencias, los forzaban a tomar tiros incómodos (acabaron encestando 38% de sus intentos). Cuando parecía que el Heat se escapaba, los texanos contestaban, como ocurrió con el triple de Leonard que acortó la diferencia a dos puntos, con dos minutos por jugar en el partido.

Después del sexto encuentro, Ginóbili declaró sentirse "devastado" por la forma en que perdieron aquel juego. Al parecer, el argentino sintió realmente ese impacto. Si bien no tuvo un mal desempeño, sus ocho pérdidas de balón (cuatro en el último período) le terminaron costando, así como el tiro de gancho que no pudo concretar Duncan, que pudo significar el empate, a 48 segundos de la conclusión del tiempo regular.

De todas formas, no tienen porqué avergonzarse. Por primera vez en su historia, el equipo de San Antonio perdió una final (había ganado en sus cuatro apariciones previas) pero lo hizo batallando con sus mejores armas y jugando un baloncesto limpio. Los dirigidos por Gregg Popovich merecen una ovación, como gran conjunto que son.

Y desde luego, el reconocimiento al campeón. El equipo que más partidos ganó en temporada regular, que llegó a tener una racha de 27 victorias consecutivas, que continúa en plena evolución colectiva y que ratifica su acierto en la conformación del actual plantel con James y Wade como principales referentes, al sumar tres finales en igual cantidad de temporadas y dos campeonatos.

Miami Heat defendió con éxito su título obtenido hace exactamente un año y, por la impresión que dejan, no parecen estar conformes. ¿Tricampeonato? ¿Dominar la presente década? De ellos depende.

No hay comentarios:

Publicar un comentario