lunes, 30 de marzo de 2015

El riesgo de las conmociones

Hace un par de semanas, Chris Borland sorprendía a todos al anunciar su retiro de la NFL a sus 24 años de edad y después de haber disputado su primera temporada como profesional. La razón: el miedo a los efectos que pueden causar los reiterados golpes en la cabeza que sufren los jugadores de fútbol americano. Difícil de entender para el común de la gente, que un deportista de alta competencia con mucho potencial y tras una prometedor debut decida alejarse de su actividad y con ello, prescindir de un contrato de cuatro años con un valor superior a los tres millones de dólares. Si intentamos comprender el punto de vista del jugador, podría ser mucho más comprensible esta decisión. El fútbol americano es esencialmente un deporte de colisión que conlleva, entre otros golpes, conmociones cerebrales que a futuro pueden generar síntomas tan delicados como falta de concentración, perdida de memoria, depresión y hasta demencia.

Las conmociones siempre han existido en este juego, aunque la NFL comenzó a tomar cartas en el asunto solo hace algunos años, luego que se revelaran casos de ex jugadores como Ray Easterling, Dave Duerson y Junior Seau quienes tras sus fallecimientos, se diagnosticó que sufrían de encefalopatía traumática crónica, lo que incluso generó una demanda. Resulta curioso, por decir lo menos, que dentro de la liga no haya existido una real conciencia sobre los golpes a la cabeza. Es más, Sidney Rice, campeón del Super Bowl XLVIII con los Seattle Seahawks y retirado hace un año, declaró en su momento: "Desafortunadamente no fui educado lo suficiente sobre lo que generan las conmociones cerebrales. Los estudios médicos serán de gran ayuda y tal vez puedan prevenirlo".

Los estudios a los que aludía Rice, quien se retiró a los 27 años de edad, tienen que ver con el cerebro y como reacciona frente a reiterados golpes en la cabeza. Dentro de las conclusiones que se han sacado, se estima que un jugador de fútbol americano, a través de su carrera, puede sufrir alrededor de 19 conmociones cerebrales. La reciente conciencia que están generando estas lesiones y la calidad de vida después de concluir sus carreras en los emparrillados son razones por las que varios jugadores están cuestionando si realmente vale la pena exponer su físico, como bien comentaba Borland cuando anunció su retiro el pasado 16 de marzo: "Pensé en lo que podía lograr en el fútbol americano, pero cuando lees sobre Webster, Duerson y Easterling, y para ser el tipo de jugador que me gustaría ser creo que tendría aceptar algunos riesgos que como persona no quiero asumirlos".

De parte de la liga, el vicepresidente del departamento de salud y seguridad, Jeff Miller, argumenta que "el fútbol americano nunca ha estado más seguro como ahora". Quizás en cuanto a las reglas que protegen a los jugadores, pero lo concreto es que el riesgo y las consecuencias de estas conmociones aún se están estudiando y todavía no existe plena conciencia sobre el impacto que causa en los jugadores, tal como declaraba Rice y además, no se debe ignorar que en la actualidad los jugadores de la NFL corren a una velocidad sospechosamente alta, lo que da para pensar sobre el consumo de sustancias y si es que existe alguna clase de control sobre las mismas. Estos factores han impulsado a que valiosos jugadores como Borland decidan dar un paso al costado. Y mientras no exista un pleno diagnóstico sobre estas lesiones, es posible que más jóvenes promesas al menos cuestionen el hecho de ejercer una carrera jugando con cascos y hombreras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario