jueves, 12 de marzo de 2015

Pitcheo inmortal


El Salón de la Fama del béisbol profesional tendrá este año a tres lanzadores que fueron muy destacados durante los años 90 y parte de la década pasada. Tres jugadores que fueron dominantes en el montículo, que integraron equipos ganadores y que a partir de ahora serán oficialmente legendarios. Uno de ellos es Randy Johnson. Conocido popularmente como The Big Unit y cuyo aspecto era realmente de un jugador de alguna época antigua, fue reconocido por tener un fastball que superaba los 160 kilómetros por hora, con el que ponchó a 4.875 bateadores y ganó en 303 aperturas, situándose dentro de los cinco mejores de toda la historia en esas categorías. Estuvo nueve años como abridor en los Seattle Mariners, pero su mejor etapa la tuvo posteriormente con los Arizona Diamondbacks, en especial durante el período 2001-2003 donde ganó en el 77% de sus aperturas y fue pieza fundamental en el triunfo de los D'Backs en la Serie Mundial del 2001 frente a los New York Yankees. De hecho, en esa titulación Johnson compartió el premio de Jugador Más Valioso con Curt Schilling, el otro gran pitcher de Arizona en esos días.

Pedro Martínez fue un ícono durante sus siete años en los Boston Red Sox (1998-2004). Sus lanzamientos tenían la tendencia de ir hacia afuera, creando confusión en sus oponentes. El dominicano tuvo múltiples partidos con una carrera permitida o ninguna, vivió los años en que Boston se quedaba corto en sus aspiraciones, mientras sus archirrivales Yankees celebraban campeonatos de forma consecutiva y fue parte del histórico triunfo en la Serie Mundial del 2004, donde los Red Sox acabaron con la maldición de 85 años. Martínez jugó el sexto partido de la memorable serie frente a New York y el tercero de la serie por el título ante los St. Louis Cardinals, donde retiró a 14 bateadores consecutivos. Era tal su nivel de dominio que lideró todas las Ligas Mayores en carreras limpias permitidas y eficiencia de strikeouts en cinco ocasiones.

El otro gran lanzador es John Smoltz. Permaneció dos décadas completas con los Atlanta Braves (1988-2008) siendo parte de la época exitosa del equipo a mediados de los 90s, junto con otros grandes pitchers como Tom Glavine y Gregg Maddux. Su fastball tenía cuatro variables, alcanzando velocidad superior a los 100 kilómetros por hora. Hasta 1999 brilló como abridor, llegando a tener temporadas con +200 strikeouts. Luego de una lesión que lo marginó por todo el 2000, Smoltz comenzó un nuevo rol como cerrador y fue igualmente brillante, llegando a imponer un récord de partidos salvados con 55 en la temporada 2002. En las dos siguientes campañas mantuvo su gran nivel, sumando 45 y 44 salvados respectivamente. Tiene un logro que nadie más tiene: es el único pitcher en la historia de Grandes Ligas con al menos 200 triunfos como abridor (213) y 150 juegos salvados (154).

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