jueves, 10 de noviembre de 2016

Los cardíacos Lions


Ir perdiendo en el último cuarto, montar ofensivas con poco tiempo, mover el balón de forma relampagueante, anotar casi en el límite, remontar el marcador y sacar una victoria que parece poco posible. Esa es la dinámica bajo la que se están moviendo los Detroit Lions en este año de NFL y así es como han logrado cada una de sus cinco victorias en la temporada, y si los playoffs comenzaran hoy, estarían dentro de los seis clasificados de su conferencia.

Esta extraña y peligrosa tendencia ha marcado a los Lions desde la primera jornada debido a su debilidad, que está en su defensiva, la cual concede 366.3 yardas por partido (20° en la liga). Esa es una poderosa razón para entender porqué casi siempre quedan rezagados en el marcador en los primeros tres cuartos, en cuatro partidos les costó la derrota pero en otros cinco, su ofensiva fue capaz de lograr remontadas en los minutos finales, obteniendo impresionantes victorias.

En la jornada inaugural, los Lions perdían 35-34 en casa de los Indianapolis Colts. Tenían el balón en su propia yarda 25 y desde ahí, avanzaron 50 yardas en cuatro jugadas, con tres pases completos de su quarterback Matthew Stafford, para abrir el camino a su pateador Matt Prater, quien conectó el gol de campo ganador, de 43 yardas. Recibieron el balón con 0:37 por jugar y en cuestión de 29 segundos consiguieron los puntos con los que acabaron ganando.

En la 5° fecha, el equipo de Detroit perdía por dos puntos ante los por entonces invictos Philadelphia Eagles. Recibieron el balón en la yarda 45 de Philly, tras un balón suelto recuperado, con 2:34 por jugar. Stafford movió el balón 33 yardas (dos pases, una corrida) en un lapso de 1:02, para que Prater anotara una patada de 29 yardas. Luego, Nelson Agholor interceptó un pase de Carson Wentz y con ello, los Lions aseguraron el triunfo, 24-23.

Una semana después, los Lions enfrentaban en su estadio a los Rams de Los Angeles. Estaban empatados 28-28, cuando Detroit recibió el balón con 5:06 por jugar. Stafford supo dirigir una impecable marcha que recorrió 44 yardas en 4:33, que derivó en un gol de campo de Prater, de 34 yardas. Aquí, Stafford completó cuatro pases (dos con Anquan Boldin y dos con Golden Tate) que representaron casi todo el trayecto recorrido. Previamente, habían logrado el empate en una ofensiva de casi ocho minutos, donde Stafford completó cinco pases, el último con Tate y fue touchdown. Se generaba una tendencia.

Siete días más tarde, la misma historia pero esta vez sus rivales eran los Washington Redskins. Estos últimos se habían adelantado en el marcador, 17-13, dejándoles 1:05 disponibles a los Lions para una última oportunidad. 43 segundos después, los Lions habían recorrido 75 yardas y habían anotado el touchdown con el que acabaron ganando el juego. Stafford fue el responsable de esa ofensiva una corrida y tres pases, el último con Anquan Boldin que significó la victoria.

La última y más increíble de sus remontadas ocurrió el domingo pasado. En su visita a los Minnesota Vikings, el conjunto de Detroit perdía por tres puntos con 0:22 por jugar, el balón en su yarda 25 y sin timeouts disponibles. ¿Qué hicieron? movieron el balón 35 yardas, mediante dos pases de Stafford y lograron dejar 0:02 para que ingresara Prater, quien acertó una patada de ¡58 yardas! (hasta le sobró distancia) y así lograron empatar el juego. Acto seguido, los Lions obtuvieron la primera posesión en la prórroga y ahí, lograron hilvanar una serie de 11 jugadas en casi siete minutos, que culminó con un envío de Stafford que encontró a Tate, quien logró mantener su balance para no salir de la cancha y así, con un acrobático salto incluido, llegó el touchdown ganador.

Las cinco victorias de los Lions llegaron mediante remontadas y en todas, los pases fueron el factor común y son la base de su ofensiva. Actualmente, tienen la 11° mayor cantidad de pases intentados, con 318, además de promediar 251 yardas de pase por partido. El caso de Stafford es bien interesante. Este año está viviendo una particular evolución como quarterback, luego del retiro de Calvin Johnson quien era prácticamente la exclusiva opción pasadora en este equipo. Ahora, Matthew reparte más el balón teniendo a Boldin y Tate como principales armas, además de Eric Ebron y Theo Riddick como opciones secundarias. En este momento, el surgido de la Universidad de Georgia está logrando récords personales en cuanto a pases completos, con 67.3% y QB Rating, con 101.6. Como si fuera poco, su balance de touchdowns/intercepciones es un respetable 18/5. Al ritmo que lleva, podría superar las 4.600 yardas y llegar a 35 anotaciones aéreas, como mínimo.

Veremos si esta peculiar tendencia se mantiene durante el torneo o si los Lions logran más consistencia a través de los partidos, si es que pretenden meterse a la postemporada. De lo que sí estamos seguros, es que los desenlaces de sus partidos han sido dignos de ser vistos y disfrutados. Receptores esparcidos, ovoide por los aires y todo a un ritmo frenético con el reloj en contra. Stafford, Tate, Prater y compañía nos han regalado momentos espectaculares en lo que llevamos de liga.

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