jueves, 24 de noviembre de 2016

Abriendo fronteras


Como sudamericano y como alguien que ha seguido la NFL remotamente por televisión durante 16 años, fue muy agradable ver como se repletó el Estadio Azteca de Ciudad de México, el lunes pasado, para el partido entre los Oakland Raiders y los Houston Texans. Luego de 11 años, se jugaba un partido de temporada regular en territorio mexicano y salvo algunos malos momentos protagonizados por una parte del público asistente, el evento fue catalogado como un éxito, en cuanto a organización y respuesta de la gente que agotó las entradas el mismo día en que fueron puestas a la venta.

Después de Estados Unidos, el país con más fanáticos de la NFL es México (alrededor de 25 millones de seguidores), los partidos se pueden ver por televisión a través de señal abierta, cable y satélite. Existe una notoria base de fanáticos de equipos como los Pittsburgh Steelers, los Dallas Cowboys y los ya nombrados Oakland Raiders, quienes prácticamente fueron locales el lunes pasado. La liga había abandonado el mercado mexicano, dada su obsesión por conquistar fanáticos en Europa, organizando partidos oficiales en Londres desde 2007 a la fecha, y cuya continuidad está garantizada hasta el 2020.

Sumando el encuentro de hace unos días en la capital mexicana, ya son 22 juegos de temporada regular fuera de Estados Unidos (14 en Inglaterra, 6 en Canadá, 2 en México) y ya están garantizados tres partidos en Londres y muy probablemente uno más en Ciudad de México para el próximo año. Si bien el fútbol americano no es un deporte universal, la NFL es una liga muy seguida por televisión a nivel internacional. Los dueños ya se han percatado y es por eso que cada vez agregan más partidos fuera de USA, han considerado llevar partidos oficiales a China y Alemania en el futuro, como también en algún momento se consideró la idea de jugar el Pro Bowl en Brasil, aunque no pasó de ser una simpática ocurrencia.

Mirando el juego del lunes pasado, tomando en cuenta los planes futuros de la liga a nivel internacional, en cuanto a partidos y también, en cuanto a instalar una franquicia fuera de Estados Unidos, me puse a pensar: ¿hasta dónde puede llegar la NFL con su expansión global?. Tan solo pensarlo puede llevarnos a muchas ideas.

Comienzo con los partidos: este año se jugaron cuatro partidos de competencia en el extranjero (dos en Wembley, uno en Twickenham, uno en Estadio Azteca) y para el próximo se repetiría la dosis, falta aún por confirmar las sedes de los partidos en Inglaterra y la confirmación del juego en México. Es muy bueno que la liga ofrezca estos partidos a parte del público internacional, pero eso implica que los equipos tengan que alterar su rutina de trabajo en cuanto a entrenamientos y preparación de los partidos. Algunos jugadores que han participado en Londres han declarado estar disgustados por los viajes ida/vuelta que los hacen perder prácticamente todo un día, además de la adaptación al horario británico. Un aspecto no menor tomando en cuenta que es un torneo corto, donde los equipos juegan por lo general cada siete días y al haber un partido en territorio extranjero, significa que uno de los equipos involucrados debe sacrificar uno de sus ocho partidos de local.

Esta serie de partidos oficiales fuera de USA, que comenzó el 2 de octubre de 2005 en Ciudad de México y que se ha desarrollado ininterrumpidamente desde 2007 hasta la actualidad, cada año en Londres y en Toronto durante el período 2008-2013, ha resultado exitosa para la liga, teniendo estadios llenos en cada partido y en el caso particular de la capital inglesa, ha servido para captar una mayor afición en un mercado grande pero lejano a deportes como el fútbol americano. Tengo la impresión que en unos años aumentará la cantidad de partidos en la International Series, en caso de concretarse la idea de llevar juegos a otros países. ¿Un partido semanal fuera de Estados Unidos?. Suena y se lee absurdo, pero no dudo que Goodell lo debe haber pensado al menos una vez.

Así como tampoco se puede dudar de la intención del comisionado de instalar un equipo en Londres. Comercialmente parece muy atractiva la idea. Es una de las grandes ciudades europeas, la gente ha acudido en masa a los partidos que ha organizado la NFL en los últimos nueve años. Y un detalle que le da mucha fuerza a esta idea: los Jacksonville Jaguars han jugado en Wembley una vez al año desde 2013 a la fecha y seguirá siendo así al menos hasta el 2020. Los Jaguars combinan malos resultados en la cancha con un relativo desinterés de la gente en Jacksonville por acudir a sus partidos, esos son motivos precisos para un eventual traslado. Todo bien hasta ahí, pero creo que se ha reparado muy poco en el hecho que para viajar de cualquier parte de Norteamérica a Inglaterra, son al menos seis horas de vuelo donde hay que cruzar todo un océano. No es lo mismo tener un partido al año que tener un equipo permanente, y esto sin contar todos los gastos e inversiones que requiere una franquicia para mantenerse estable.

Solo con ver unos pocos partidos oficiales al año jugados lejos de USA ya desordena la dinámica tradicional de la NFL y el solo pensar qué pasaría si empiezan a jugarse más partidos en lugares como Londres, Ciudad de México u otros, pondría a la liga en una situación muy distinta y sobre todo, mucho más globalizada, puesto que este es un fenómeno televisivo dada la llegada que tiene la liga a nivel internacional, a pesar que en muy pocos países se juega fútbol americano con cascos y hombreras.

¿Qué tal una apertura de temporada en el Olympiastadion de Berlín, un juego a mitad de campaña en el Tokyo Dome o un Monday Night en el estadio de las Chivas de Guadalajara?. Yo no descartaría ninguna de esas ideas de aquí a 10 ó 15 años. Y creo que Goodell y compañía tampoco.

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