jueves, 1 de diciembre de 2016

Ascensos silentes


Casi sin hacer ruido, los Tampa Bay Buccaneers han ganado los últimos tres partidos y se han situado a medio juego de distancia del último puesto de clasificación en su conferencia, que pertenece a los Washington Redskins. Dos claves para entender esta mejoría: la primera, pasa por su joven quarterback Jameis Winston, quien paulatinamente mejora su precisión pasadora desde el pocket, sin necesidad de desplazarse en todas las jugadas. De hecho, en el triunfo del domingo pasado frente a los Seattle Seahawks, Winston completó el 75% de sus pases (21/28), el mejor porcentaje que ha registrado en su corta carrera en la NFL.

La otra clave es su defensiva. Ha mejorado colectivamente en las últimas semanas y en el último partido, no requirió más de cinco jugadores para inquietar a Russell Wilson. El saldo fueron seis capturas, unas escuálidas 118 yardas netas permitidas de pase y dos intercepciones, ambas por resultado de la presión de los linieros defensivos que forzaron pases precipitados del mariscal de los Seahawks. Y para tomar en cuenta, los Bucs figuran dentro de los diez mejores en capturas (10° con 27) y en balones robados (5° con 20).

Tan o más sorprendentes que los Buccaneers han sido los Miami Dolphins, quienes como si nada han hilvanado seis victorias consecutivas y si los playoffs comenzaran ahora, estarían obteniendo el último lugar de clasificación en su conferencia. Una gran razón de su mejoría ofensiva se ha generado por la evolución de Jay Ajayi, quien se consolida como el corredor titular. En esta racha de seis triunfos, el jugador surgido de Boise State y que debutó el año pasado en la liga, ha tenido por lo menos 19 toques de balón por partido, superando las 100 yardas en tres de esos desafíos.

Ajayi promedia 5.2 yardas por acarreo (el tercero mejor de la competencia), las cuales han sido muy útiles para prolongar las ofensivas de los Dolphins y también para darle más estabilidad al quarterback Ryan Tannehill, quien ha jugado con mayor consistencia y además, está apuntando un rating de 94.7, el mejor desde su llegada a la NFL en 2012. Están en una buena racha, pero les espera un final complicado con tres visitas (Baltimore Ravens, Buffalo Bills y New York Jets) y dos juegos en casa (Arizona Cardinals y New England Patriots), el último será en su estadio y en el que posiblemente definan su paso a las rondas finales.

Hace un par de semanas, mencionaba lo irregulares que se han vuelto los pateadores este año, pero hay uno que escapa a esa norma. Desde su arribo a la liga hace cuatro años, Justin Tucker inspira absoluta confianza a sus compañeros de los Baltimore Ravens. Ha convertido sus 27 intentos de gol de campo y ha acertado sus 15 patadas de punto extra. Es el único pateador con 100% de eficacia en la temporada y como si fuera poco, ha conectado siete goles de campo superiores a las 50 yardas. Tres de ellos los metió el domingo pasado frente a los Cincinnati Bengals. En el primer cuarto, convirtió uno de 52 yardas y en los últimos dos minutos del segundo cuarto, anotó uno de 57 (su más largo de este año) y otro de 54.

Lo más impresionante fue ver como a esas tres patadas les sobró puntería, algo entendible si connsideramos que ya ha convertido intentos superiores a las 60 yardas. Tucker es confiable y preciso en cualquier momento de un partido, es el pateador ideal para un equipo pragmático como los Ravens, a quienes no les sobra nada para obtener las victorias. En cinco de sus seis triunfos de este torneo, el equipo de Baltimore sacó una diferencia de siete puntos o menos. Los aciertos de Justin han sido fundamentales.

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