martes, 15 de mayo de 2012

Presente y futuro

Se anticipaba que la serie entre Los Angeles Clippers y Memphis Grizzlies (quinto y cuarto clasificado en el Oeste, respectivamente) iba a ser pareja, muy peleada y con resultados de estrecho margen. La verdad es que fue así, pero con hechos que tal vez no se contemplaban en la previa.

Memphis llegaba a este enfrentamiento como un equipo con algo más de experiencia, fundamentalmente por su sorpresiva actuación en los pasados playoffs, donde llegaron hasta el séptimo partido de la semifinal ante Oklahoma City. En el 2011, contaban con el "factor sorpresa", el cual claramente no tenían este año y que a la larga, le pudo pasar factura.

Por su parte, los Clippers, quienes toda la vida han vivido muy a la sombra de los éxitos de los Lakers, son un equipo en construcción que, al parecer, por fin están formando un equipo serio y cuyo eje es Chris Paul, su gran fichaje en la anterior agencia libre.

Por el hecho de tener a Paul se consideraba que Los Angeles iba a dar la pelea, aunque no como para clasificar de ronda. Pero, demostraron un gran crecimiento en los mismos partidos. Para prueba, lo ocurrido en el primer juego, cuando los Clippers llegaron a estar abajo por 27 puntos en la segunda mitad y aún así, se las ingeniaron para robarse el triunfo como visitantes.

Las claves de ese éxito y las que terminaron siendo elementales en la serie fueron aquellas que no aparecen en los resumenes televisivos -aquellos en los que Blake Griffin suele destacar-. Respetable efectividad en lanzamientos de tres puntos (35% a lo largo de los siete encuentros), teniendo a Mo Williams, Nick Young y Randy Foye como responsables en ese rubro.

Aún sin haber establecido un dominio en los rebotes, los Clippers fueron capaces de generar puntos en contra ataque (9.3 robos en la serie) y de tener interesantes situaciones defensivas con jugadores como Deandre Jordan, Reggie Evans y Kenyon Martin incomodando a los internos de Memphis.

Los Grizzlies lograron igualar la serie, luego de caer en un hoyo de 1-3, y llevarla de regreso a su arena para el encuentro decisivo. Marc Gasol tuvo destacadas actuaciones, con partidos en los que superó las 20 unidades, pero la irregular ejecución de jugadores como Mike Conley y O.J. Mayo terminaron llevando a los "Osos" a unas inmensas rachas negativas. ¿Qué tal el 0 de 13 en triples del Juego 7? Ahí, otro factor.

Fue el propio Mayo quien reconoció que la dolorosa derrota del partido inaugural les afectó internamente. Y se notó. El equipo de Memphis tiene una identidad de baloncesto físico y defensivo, pero la ausencia de tiro exterior y una mejor toma de decisiones les pesó por varios pasajes de la serie. Mal para un equipo que viene en ascenso.

Para los Clippers es un gran progreso. Evidentemente, tener a un jugador tan desequilibrante como Paul siempre será favorable pero ayuda mucho más, cuando los jugadores de reparto contribuyen de forma relevante. Aunque, la flojera defensiva exhibida en el sexto juego -en casa y con chance de liquidar la llave- debe ser materia de análisis por parte de su coach, Vinny del Negro.

Independiente del resultado final de esta eliminatoria, muy interesante e intensa por lo demás, queda demostrado que estos dos conjuntos representan el cambio de protagonismo que se está generando en la NBA y por como están constituidos estos elencos, no sorprendería verlos en futuras postemporadas.

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