lunes, 9 de mayo de 2011

Mavericks 4 Lakers 0

Oficialmente, tendremos nuevo campeón en la NBA. Ayer, los Dallas Mavericks completaron la barrida ante los otrora bi-campeones Lakers de Los Angeles, tras vencer ampliamente en el cuarto juego, por 122-86. El resultado final de la serie fue tan categórico como imprevisto y, por lo mismo, es necesario revisar los factores que fueron determinantes en este enfrentamiento.

Compartiendo la naranja

La ofensiva de Dallas se caracteriza por tener constantes rotaciones de balón, derivando en una alta proporción de asistencias por conversión, tal cual como lo hicieron ante los Lakers. Conjuntamente, promediaron 26 asistencias por partido en esta serie, representando el 70% de las canastas convertidas a lo largo de los cuatro encuentros.

Jugadas de pick and roll, ejecutadas por armadores con velocidad física (José Juan Barea y Jason Terry) y mental (Jason Kidd), además de rotaciones de adentro hacia afuera, fueron el tipo de jugadas con las que los Mavs desestabilizaron a la defensa auripúrpura, la cual se vio lenta y nunca encontró los ajustes necesarios para contrarrestar la eficiencia ofensiva de sus rivales.

Si de jugadores reservas se trata, en ese rubro, Dallas trituró a Los Angeles. Los suplentes de los Mavs fueron una de las principales claves del triunfo, con una altísima producción de ataque, superando las 30 unidades combinadas por encuentro (peak de 86 en el 4º juego)

Los ya mencionados Terry y Barea, junto a Peja Stojakovic fueron letales con sus tiros de larga distancia. Prueba de ello, fue el último partido donde los Mavericks encestaron 20 triples (empataron marca de liga para un juego de playoff), de los cuales, 9 fueron del "Jet" y 6 del serbio.

¿El final de un ciclo?

Andrew Bynum dijo públicamente que escasea la autocrítica dentro del vestuario de los Lakers. Parece que tenía algo de razón. El equipo californiano no mostró mucha capacidad de reacción durante la serie, mostrando -más que nunca- sus debilidades marcando la jugada de pared y desmarque.

Kobe Bryant jugó de forma apática y algo limitada (34 puntos combinados en los juegos 3 y 4), conformandose en muchos casos con solo intentar jumpers. Pau Gasol se vio dubitativo ofensiva y defensivamente, sobre todo cuando le tocó enfrentar a Dirk Nowitzki. El alemán encestó sobre el 70% de los intentos ejecutados ante la marca del español.

Y para peor, Bynum; Lamar Odom y Ron Artest exhibieron sus facetas más sucias, siendo expulsados (Bynum y Odom en el 4º juego) por golpear a los rivales, en una evidente muestra de mal comportamiento y poco espíritu deportivo, más aún cuando la situación es adversa.

Los "laguneros" se fueron eliminados dando una triste imagen y, si realmente Phil Jackson deja la actividad como entrenador de baloncesto profesional, se va de la peor forma posible, sufriendo la primera barrida de su carrera como coach.

Por lo pronto, Dallas disfruta de su clasificación a la final de la conferencia del Oeste, donde espera rival (Memphis u Oklahoma City). Y lo hicieron imponiendo su estilo ofensivo y ante el campeón defensor. Ideal para romper con el estigma de equipo "arrugón" en estas instancias y también, como para tenerlos en consideración de cara a lo que viene.

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