viernes, 13 de mayo de 2011

¿Una nueva era?

La semifinal de conferencia entre Miami Heat y Boston Celtics estuvo a la altura de la expectativa y de la calidad que ofrecen ambos equipos. Los cinco partidos de la serie estuvieron marcados por la intensa batalla en la que, finalmente, el baloncesto "enérgico" del Heat terminó prevaleciendo. Varios detalles quedaron para destacar de esta eliminatoria, como los siguientes:

A lo largo de la temporada, el equipo de Miami ha vivido un proceso de maduración, el cual los ha llevado a encontrar un mejor entendimiento entre cada uno de los jugadores, y en consecuencia, una mejor ejecución.

Particularmente, Lebron James y Dwyane Wade han crecido como dupla ofensiva. Entienden bien sus roles y han aprendido a compartir el balón, cosa que se puede ver en algunas ofensivas de media cancha, donde James -en función de armador- atrae marcas, al mismo en que Wade realiza el movimiento adecuado para recibir el pase y lanzar -o clavar- el balón. Y en contra ataque son igual de peligrosos, dada su agilidad y rápidez para trasladar la pelota. De hecho, en ese rubro, el Heat promedió 9.6 puntos por encuentro.

Esta serie dejó de manifiesto que Wade continúa siendo el "hombre franquicia" de los sur-floridanos, tal como ocurrió en el quinto juego, cuando su equipo estuvo en desventaja casi todo el partido, "Flash" los mantuvo en la pelea con sus jugadas (34 puntos, 15 en tiros libres). Pero en los momentos finales, fue cuando Lebron impuso su presencia. Lo hizo en el cuarto encuentro, en Boston, clavando un par de triples cruciales en la prórroga y en el quinto, anotando 10 puntos consecutivos para asegurar la clasificación.

Conjuntamente, el Heat impuso una defensa agresiva, impidiendo la característica rotación de balón que hacen los Celtics, la cual llevó a que el equipo "Verde" tuviera dificultades para atacar cerca del aro, conformandose en muchos casos, con disparos de media o larga distancia. Además, Miami sacó ventaja en rebotes (40.4 contra 34.8) y en intentos de tiro libre (30.6 contra 21.2), dos apartados que ayudaron a que los dirigidos de Eric Spoelstra terminaran ganando la serie.

Si bien, Boston batalló hasta el final, se notó cansancio en el equipo y algunas debilidades que fueron evidenciadas en esta instancia. La primera, la falta de un pívot. Desde el traspaso de Kendrick Perkins a Oklahoma City, se comenzó a notar la ausencia de un jugador que asegurara mayor presencia cerca del aro, algo que el Heat pudo explotar, gracias al ya citado diferencial de rebotes que obtuvieron a lo largo de la serie. Ni Glen Davis, ni Nenad Krstic, ni Jermaine O'Neal, ni mucho menos un alicaído Shaquille O'Neal, pudieron cubrir totalmente esa posición.

La otra notoria debilidad de los "Celtas" es su bajón ofensivo al final de los partidos. Durante la temporada, promediaron la tercera menor cantidad de puntos en cuartos períodos, algo que quedó al descubierto en los partidos 4 y 5, los cuales Boston iba ganando y los terminó perdiendo, debido al cansancio y pobre ejecución en esos minutos finales. En el 4º juego, recibieron un parcial de 29-17 entre el cuarto período y la prórroga, mientras que en el 5º encuentro, permitieron una escapada de 26-14, incluyendo un 10-0 con el que Miami cerró la eliminatoria.

Claramente, la edad está empezando a pasar la cuenta dentro de algunos jugadores de Boston, por lo cual, necesitarán recambios para el futuro. Pero, eso no quita mérito alguno al triunfo del Miami Heat, que parece estar encontrando su mejor nivel de juego en el momento más indicado y, eso que aún tienen detalles por corregir (mayor consistencia de los suplentes, por ejemplo). Justamente, ésto último los hace un conjunto más temible y con mayor potencial de campeonato, tanto para la actual temporada como también para las venideras.

Quizás se pueda leer algo apresurado o exagerado, pero ver a éste equipo de Miami -armado hace menos de un año- en finales de conferencia, junto a otra serie de sucesos ocurridos durante los playoffs, hacen entender o al menos, presagiar, que estamos en presencia de una nueva etapa en la NBA. Como todo en la vida, cuando se cierra un ciclo se da paso a otro y éste, parece ser el caso.

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