lunes, 20 de febrero de 2012

Tom Coughlin

Todos los años cuestionado, todos los años despreciado por la carnicera prensa neoyorquina. Todos los años anticipando cuándo se irá de los New York Giants. A Tom Coughlin poco y nada le debe importar toda esa chimuchina.

Coach de la vieja escuela, altamente estricto, cascarrabias, detallista y gran preparador de equipos. Lo demostró en Jacksonville con los Jaguars, en la mejor etapa de esa franquicia, y en New York ha terminado de consolidarse como uno de los grandes.

Ya lo hizo en 2007, ganando todos los playoff games de visita y propinando la única derrota de ese año a los Patriots. Y en la temporada recién concluida, pasó por un trayecto similar. De naufragar por la irregularidad a ponerlos en la cima de la NFL, porque él siempre estuvo convencido que así sería.

A sus 65 años de edad, ya cuenta con dos anillos de campeonato, algo que muy pocos entrenadores pueden presumir. Tal vez ya sea hora de reconocer a Coughlin como uno de los grandes, al menos, de los últimos 20 años.

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