miércoles, 30 de mayo de 2018

Dubs y Cavs, otra vez


por Miguel Meléndez
Twitter: @journalistmike

Definidas las dos conferencias en la NBA, vuelven a repetirse los mismos finalistas de los últimos tres años: Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers. Una vez más han dominado el este y el oeste, pero hubo diversas complejidades en sus caminos, esas complejidades que pudieran ser atendibles de cara al duelo que sostendrán a partir de este jueves en las finales por el campeonato de liga.

Los Warriors lucharon siete partidos con los Rockets, donde incluso debieron remontar un 2-3 en contra. En el séptimo juego, trituraron con otro de sus imparables terceros cuartos, con Stephen Curry en estado de flow absoluto. Cuando Curry fluye, el equipo entero se mueve de forma increíblemente orgánica y las canastas caen como resultado de esa fluidez. A pie firme, en carrera y hasta de media cancha, Curry es un tirador letal y cuando está en racha, es casi imposible detenerlo. Y en verdad así parece, su mecánica de tiro es tal que se desprende del balón en un pestañeo.

Golden State resolvió de forma impecable en el sexto y séptimo juego, poniendo mayor intensidad en defensiva la cual derivó en mejores opciones de ataque. En ambos partidos, los Dubs marcaron enormes rachas anotadoras en el tercer cuarto que sirvieron en gran parte para obtener las dos últimas victorias que valieron el pase a sus cuartas finales consecutivas. De todas formas, no hay que ignorar el hecho que en un momento de la serie, los Warriors lucían confundidos en algunas situaciones límites.

Steve Kerr tuvo muchos problemas en su partida aparte con Mike D'Antoni, tanto así que Steve debió hacer variaciones en la rotación, colocando a Kevon Looney como pívot titular con el propósito de hacer un buen pareo con Clint Capela. Y en cuanto a ejecución, sorprendió ver como los jugadores de los Warriors no supieron resolver jugadas claves en segundos finales de los partidos 4 y 5, teniendo problemas para pasar el balón y de encontrar un buen tiro. Mucha confusión para hacer jugadas en esos segundos finales y también de parte de Kerr, quien en ese instante no encontraba mejores soluciones.

Ya son conocidas sus rachas matadoras en segundas mitades (3° cuarto: 33-16 en el sexto juego, 33-15 en el séptimo juego), pero no deja de llamar la atención de ver como los Warriors, que están tan habituados a ganar, muestran complicaciones para resolver partidos cerrados en los minutos finales. Algo de eso hubo también hace un par de años, cuando perdieron las finales. De todas formas, el séptimo juego lo supieron sacar adelante pese al comienzo furioso de los Rockets y a los tres fouls de Klay Thompson en el primer cuarto. El flow de Curry y luego, los tiros de Durant metieron al equipo de Golden State en la definición por el campeonato.

Del otro lado, los Cleveland Cavaliers pese a haber entrado a los playoffs en cuarto lugar, igualmente acabaron dominando a todos los equipos del este en camino a una nueva final. En mi artículo anterior, mencionaba el consenso generalizado que por fin se está generando en torno a la figura de LeBron James. Y está bien que sea así, porque hace de todo y por el bien de sus Cavs. Pero también hay que tener en cuenta que LeBron tiene que jugar los partidos casi completos y debe hacer casi de todo, básicamente porque no cuenta con un equipo que le acompañe de forma consistente.

Sus compañeros aparecen, pero a ratos. Jeff Green fue un buen aporte en el sexto y séptimo juego de la serie frente a los Celtics, Kyle Korver mete triples pero sin tanta frecuencia. JR Smith puede dar un partido bueno y después, otros tres en los que no aporta nada. Tristan Thompson volvió a tener más minutos y coopera con rebotes y algo de defensa. Así ocurre en cada partido de los Cavs y con todo eso convive LeBron. Por eso, debe jugar los 48 minutos en un partido decisivo de visita. Por eso, alcanza o se acerca a la triple decena en casi todos los partidos. No es solo porque James tiene múltiples y tremendas aptitudes, sino porque tiene que cubrir las falencias de todo el equipo.

Cuando amenazaba la eliminación en casa, en el sexto partido, LeBron marcó 46 puntos; 11 rebotes y 9 asistencias. Y luego, cuando hubo que visitar Boston para definir el paso a las finales, sus registros fueron: 35 puntos, 15 rebotes y 9 asistencias. Hace de todo y casi todo lo hace bien, pero ese monumental esfuerzo le pasa cuenta y lo peor de todo, es que se está notando. Durante algunas secuencias del último partido frente a los Celtics, James tardaba algunos segundos en reincorporarse a la acción y su máxima señal de cansancio ocurrió después del partido. Mientras sus compañeros recibían el trofeo como campeones del este, el #23 estaba tendido en el suelo, recuperándose después de haber jugado el partido completo, sin descansar un solo segundo.

Muy completo será, pero James ya tiene 33 años y lleva ocho años consecutivos instalando a sus equipos en las finales, lo cual significa que lleva ocho años jugando temporadas con alrededor de 100 partidos en cada una de ellas. Nunca ha sufrido grandes lesiones, pero el trajín de los partidos y su enorme esfuerzo en cada uno de ellos no pasan en vano y es en este tramo de la temporada, en el que James evidencia fatiga.

Estas finales nos presentan, a priori, un escenario desigual o peor incluso que el año pasado. Los Warriors han soportado diversas lesiones a lo largo del torneo, pero de todas formas han encontrado fórmulas para superar cada etapa de los playoffs, mientras que los Cavaliers se resumen en todo lo que haga James. Hasta el año pasado, tenía un socio de ataque en Kyrie Irving, pero él pidió ser traspasado a Boston y LeBron se quedó solo. Ahora más que nunca, es The Team vs The King.

Nuevamente, los Dubs y los Cavs llegan al final de temporada. Hay muchas criticas sobre el nivel de competencia que hay actualmente en la NBA, sobre todo considerando que Golden State gana muchos partidos con comodidad. Pero hay que mencionar que en las recientes finales de conferencia, tanto Houston como Boston tuvieron la chance de liquidar sus series y dejaron pasar sus oportunidades. Los Rockets desperdiciaron ventajas al intermedio en los partidos 6 y 7, y en el último fue donde derechamente se enfriaron al fallar 27 triples consecutivos (eso es récord de liga) abriendo la puerta a la remontada de los Warriors. Mientras que los Celtics estuvieron en la contienda todo el séptimo juego frente a los Cavs, pero en los seis minutos finales encestaron 2 tiros de 14.

Hubo opciones de ver una final distinta, pero los Rockets y los Celtics no pudieron liquidar sus series cuando había que hacerlo, e incluso teniendo la ventaja de jugar en sus respectivas canchas. El equipo de Golden State por un lado y las múltiples habilidades de LeBron por otro, acabaron por imponerse en las respectivas series y es por eso que tendremos una cuarta definición consecutiva entre los Warriors y los Cavaliers.

¿Tercer trofeo en cuatro años para la bahía californiana o un segundo título para Cleveland? esa es la pregunta que queda por resolver.

Miguel Meléndez es el creador y responsable de Gringo Sports. Desde 2011 escribe artículos sobre los principales deportes norteamericanos. Además, es conductor y comentarista en el podcast de NFL Chile.

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