jueves, 10 de mayo de 2018

LeBron y los demás


por Miguel Meléndez
Twitter: @journalistmike

¿Idea mía o en verdad, recién ahora hay un consenso generalizado sobre la brillante trayectoria de LeBron James en la NBA? Al menos, esa impresión he tenido en los últimos días. LeBron no solo es la estrella de los Cleveland Cavaliers y, discutiblemete, el mejor jugador de toda la liga. A sus 33 años, continúa evolucionando en todas las facetas del baloncesto y como él mismo ha manifestado, está en el mejor nivel de toda su carrera. Y estamos hablando de alguien que lleva una década en la elite de la competencia.

En estos playoffs, James está jugando los partidos casi completos (41.4 minutos por juego) y bordea la triple decena: 34.3 puntos, 9.4 rebotes y 9.0 asistencias. Juega y hace jugar, organiza y dirige a su equipo en la pista y también, liquida partidos en momentos cruciales. Metió un triple para ganar el quinto juego ante los Indiana Pacers y en la reciente eliminatoria frente a los Toronto Raptors, metió un tiro en plena carrera y a una sola mano para definir el tercer partido de una serie que terminó en barrida para los Cavaliers.

Como siempre ocurre ante tales proezas, empezó nuevamente el debate sobre LeBron y su posición dentro de los grandes jugadores históricos de la NBA. Aquellos que ven baloncesto solo en esta época del año y ven solo números finales insisten en seguir comparándolo con Michael Jordan (siendo que son dos sujetos con habilidades muy distintas). En mi opinión, si tuviera que armar una lista con los diez mejores jugadores en la historia de la liga, James entra en ese listado de todas maneras. El lugar da igual, pero el # 23 de los Cavs ya es un jugador que está marcando una época.

En las finales de conferencia, LeBron James Basketball Club el equipo de Cleveland se volverá a enfrentar con los Boston Celtics, aunque el contexto es muy diferente al de hace un año. Los C's llegan al Final Four jugando un tremendo baloncesto colectivo, con mucho énfasis defensivo y aún sin poder contar con Kyrie Irving, quien no vuelve hasta la próxima temporada. Ante la baja de Kyrie, han surgido otros jóvenes e inexpertos talentos que en verdad no parecen novatos, tal como se refleja en la presencia de Jayson Tatum.

Jayson tiene apenas 20 años y está completando su primera temporada en la liga, pero en este momento pareciera como si tuviera 10 años más y se desenvuelve en el parquet como si fuera un jugador con mucho recorrido en postemporada. Impresiona su personalidad, en particular cuando decide resolver jugadas en situaciones de uno contra uno. Tiene el talento, pero sobre todo tiene la explosividad propia de un novel jugador, que cuando ataca se lanza como una saeta que va sin parar rumbo a la canasta.

Tatum encaja muy bien dentro de un sistema en el que todos los jugadores tienen casi la misma relevancia. Un día, Jayson puede ser la figura. En otro, puede ser Terry Rozier. Después, puede ser Marcus Morris. Y más adelante, podría ser Al Horford, como supo serlo en el tercer partido de la serie frente a los Philadelphia 76ers. En varias secuencias, marcó a Joel Embiid. No solo establecía bien su posición, sino que sacaba a Embiid de su zona de comodidad y lo obligó a tomar varios tiros forzados. Y para sellar su valiosa faena, Horford convirtió la canasta decisiva en los segundos finales de la prórroga y robó un balón que iba a dirigido a Embiid, cuando los Sixers iban por el empate.

Todo ese esfuerzo es reflejo del trabajo de Brad Stevens, quien sigue sin recibir crédito de parte de sus colegas y de parte de los especialistas, pero que ha realizado una admirable labor, adaptando sus esquemas de acuerdo a los jugadores con los que cuenta. De otra forma, no se podría explicar como Boston ha vuelto a la antesala de las finales de liga con un puñado de jugadores relativamente inexpertos además de un veterano subvalorado por muchos, pero de enorme valía para su escuadra.

En la otra conferencia, se dará un duelo entre los dos mejores de este año. Los Houston Rockets y los Golden State Warriors pasaron sin mayores dificultades a las finales del oeste. Incluso, los Warriors se reservaron a Stephen Curry en el primer juego de la serie frente a los New Orleans Pelicans y volvió en plenitud a partir del segundo partido. Los Rockets pasaron apuros en el segundo encuentro frente el Utah Jazz, pero luego fueron lo suficientemente capaces para despachar a Utah en cinco partidos, con todo y ese uniforme chillón del Jazz que usaron en el juego 3 (¿el peor uniforme de toda la NBA? muy probablemente).

En principio, Rockets y Warriors parecen similares, pero mirándolos en detalle, son equipos muy diferentes. Pueden lucir iguales, por el hecho de jugar rápido y anotar muchos puntos, pero son las cualidades técnicas y defensivas las que diferencian a estos conjuntos. Los Rockets muchas veces no mueven tanto el balón, dado a que sus dos bases, James Harden y Chris Paul, suelen quedarse mucho con la pelota, en muchos casos para resolver ellos mismos con jugadas personales. De hecho, el barbudo y CP3 promedian conjuntamente 39.2 tiros al aro y 50.3 puntos por partido.

Los Warriors también anotan mucho, pero su juego en ataque se basa en muchos movimientos y cortinas que generan espacio para recibir y lanzar automáticamente. Así se da el caso que Kevin Durant, Stephen Curry y Klay Thompson estén compartiendo genuinamente sus intervenciones, tal como se ve en sus promedios: 28.0 puntos de Durant, 24.5 de Curry (aunque solo ha jugado cuatro partidos) y 21.2 de Thompson. Movimientos, cortinas, pases, tiros y anotaciones. Una y otra vez, sucesivamente en todo el juego hasta terminar sacando de la cancha al rival de turno.

La diferencia puede estar en las defensivas. Golden State presiona y de forma continua, al punto de generar muchos robos y contra ataques. Houston de a poco incorpora elementos defensivos, teniendo a Clint Capela como jugador importante en los tableros (14.4 puntos, 12.2 rebotes en los playoffs), además de imponer mucha presencia en la llave. A modo personal, sigo viendo a los Rockets como un equipo definido netamente por la ofensiva y sobre todo por correr y tirar, tal como son los equipos dirigidos por Mike D'Antoni.

De parte de los Warriors, es tal su nivel y amplitud de plantel, que Steve Kerr a pasado de alternar pívots, entre Zaza Pachulia y JaVale McGee, a prescindir de ellos en las recientes jornadas y derechamente, colocar en la pista al famoso quinteto de la muerte para comenzar los partidos. En el cuarto partido frente a los Pellies, el impacto fue nocivo: Golden State sacó diferencia de +26 cuando tenia a Curry, Thompson, Durant, Draymond Green y Andre Iguodala en la cancha. Entran en ritmo, se meten en racha tiradora y no paran más.

Tenemos a los cuatro finalistas y en verdad, son los cuatro mejores equipos de este momento. En cuanto a calidad y cantidad, habría que mencionar a Golden State como el mejor conjunto. Por campaña a través de todo el año, tendría que ser Houston. Por su capacidad de adaptación, podría ser Boston. Por tener al mejor jugador, las chances siempre estarán para Cleveland y así será mientras LeBron James siga vigente. Y lo más impresionante, es que el propio James esté buscando maneras para seguir mejorando. Eso es carácter ganador.

Miguel Meléndez es el creador y responsable de Gringo Sports. Desde 2011 escribe artículos sobre los principales deportes norteamericanos. Además, es conductor y comentarista en el podcast de NFL Chile.

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