lunes, 11 de marzo de 2019

Ascensos y (potenciales) fracasos


por Miguel Meléndez
Twitter: @journalistmike

Sin necesidad de hacer tanking y avanzando paso a paso, los Brooklyn Nets sorprenden como uno de los equipos de más notorio progreso de este año en la NBA. Un conjunto entusiasta que ha crecido lentamente bajo la dirección de Kenny Atkinson, en este curso parece haber encontrado una fórmula definida o al menos suficiente para tener 35 triunfos en este tramo de la campaña, con los que estarían entrando a los playoffs. Una racha de seis triunfos en enero les ayudó a tomar confianza y con ello, escalar posiciones en la tabla. En el camino, han tenido triunfos resonantes contra los Rockets y los Sixers de visita y en casa contra los Celtics y los Lakers, con LeBron James en cancha. Después de un complicado febrero, los Nets retomaron la buena senda ganando cinco de sus últimos ocho partidos.

D’Angelo Russell es la cara del resurgir de esta franquicia, no ha faltado a ningún partido de este curso y es la estrella máxima, hasta el momento está logrando los mejores promedios de su corta carrera con 20.4 puntos y 6.8 asistencias por partido. Su primera nominación al reciente Partido de Estrellas fue un reconocimiento a su progreso. Joe Harris y Spencer Dinwiddie son un buen complemento a la producción de Russell. Harris promedia solo 13.6 puntos, pero los consigue con una alta eficiencia de 50.2% desde la cancha y 46.5% en cuanto a triples. Por su parte, Dinwiddie suele ser una de las primeras alternativas de la banca y cumple bastante bien su rol, con 17.3 puntos y 5.0 asistencias por partido.

Por ahora, los Nets estarían entrando a los playoffs, sus primeros desde 2015, pero igualmente miran de reojo al octavo lugar que ocupa el Miami Heat a tres juegos de distancia. Por delante, tienen una gira de dos semanas (siete partidos) en la que estarán visitando al Thunder, al Jazz, a los Clippers, a los Lakers, a los Kings, a los Blazers y a los Sixers. Una durísima prueba que bien pudiera marcar el camino a una eventual clasificación y sobre todo, para ver cuánto sigue creciendo este conjunto.


A un mes del cierre de la temporada regular, los L.A. Lakers no solo estarían fuera de los playoffs sino que figuran dentro de los diez peores registros de la competencia (30-36). ¿Lesiones? ¿Equipo inmaduro? ¿Desbalance ofensivo/defensivo? Hay un poco de todo dentro de ese desorden lagunero. Cuando LeBron James se lesionó en el triunfo navideño frente a los Warriors, la marca de los Lakers en ese momento era 20-14 y apuntaban a meterse dentro de los cinco primeros en el oeste. Desde entonces, James se ausentó 18 partidos y el equipo comenzó a caer al punto de acumular 22 derrotas en 32 partidos.

No ha sido solamente James. Lonzo Ball ha estado inactivo por casi dos meses, Brandon Ingram ha faltado a 14 juegos y Rajon Rondo se ha perdido la mitad de los partidos. Con esas condiciones, ha sido difícil para Luke Walton dar con una rotación definida, en un equipo que desde su origen ya era extraño. El último mes ha sido tormentoso, han perdido cinco partidos consecutivos y nueve de los últimos once. Lo peor del caso, es que en el proceso han permitido 120+ puntos en cuatro ocasiones. La última fue el sábado, cuando los Celtics les anotaron 120 a domicilio, en un partido en que vieron acción Moritz Wagner, quien fue titular, Alex Caruso y Johnathan Williams.

Los Lakers están a 7.5 partidos del último puesto clasificatorio, por lo que es casi utópica una posible entrada a los playoffs. Ahora, la interrogante que surge es: ¿terminar el año con dignidad o coleccionar derrotas para un mejor lugar en el draft? Curioso dilema. De lo que estoy seguro es que este no era el panorama que visualizaba LeBron cuando llegó a los Lakers el año pasado.

Miguel Meléndez es el creador y responsable de Gringo Sports. Desde 2011 escribe artículos sobre los principales deportes norteamericanos. Además, es conductor y comentarista en el podcast de NFL Chile.

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