martes, 9 de abril de 2013

Final colegial con ritmo profesional

El hecho: Louisville venció a Michigan por 82-76, y se tituló como nuevo campeón del básquetbol
universitario. De esa forma, consiguieron el tercer campeonato en su historia, sumándose a los obtenidos en 1980 y 1986, terminando con la segunda sequía más larga entre coronaciones -Kansas esperó 36 años entre un título y otro-.

La causa: Al igual que en la semifinal ante Wichita State, los Cardinals debieron remontar una desventaja de 12 puntos. Fundamental fue el aporte de Peyton Siva, quien encabezó a su equipo y convirtió 18 unidades, varias de ellas, atacando directo al aro, algo que Louisville hizo con mayor consistencia después del intermedio. De hecho, en la segunda mitad, los Card's anotaron 22 puntos en la zona pintada y 13 en jugadas de contra ataque.

De todas formas, el máximo anotador de los triunfadores fue Luke Hancock, quien salió de la banca y encestó los cinco triples que intentó y totalizó 22 puntos, opacando el impacto que había generado Spike Albrecht para los Wolverines, quien había convertido cinco disparos seguidos en la primera mitad -acabó con 17 tantos-.

La jugada: Con 5:09 por jugar en el partido, los jueces cobraron una falta a Trey Burke -líder anotador de Michigan, con 24 puntos-, quien presuntamente cometió infracción sobre Peyton Siva, en una acción que parecía ser una tapa totalmente limpia del base de los Wolverines. En ese momento, estos últimos perdían 67-64 e intentaban recuperar la ventaja. Nunca pudieron alcanzar a su oponente.

El dato: Rick Pitino, quien dirige a Louisville desde 2001, se convirtió en el primer entrenador que gana el título de básquetbol universitario con dos equipos diferentes. En 1996, había logrado el campeonato con Kentucky.

Un par de consideraciones adicionales: la rapidez con la que se movía el balón en gran parte de las posesiones y la alta efectividad de conversiones hicieron de ésta final en una con un ritmo y eficiencia ofensiva poco usual para la NCAA. Louisville encestó el 45% de sus intentos, en tanto que Michigan, a pesar de la derrota, convirtió el 52%. Otro ejemplo, fue el parcial de la segunda mitad, que dominada por los Cardinals, 45-38.

Por último, la grave lesión de Kevin Ware, quien estuvo presenciado en la banca la final, fue una motivación extra para los Cardinals en el Final Four. Coincidencia o no, debieron remontar en los dos partidos jugados en Atlanta. Y por si fuera poco, durante los festejos, bajaron el aro para que Ware pudiera cortar la red. Bonito gesto.

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