lunes, 2 de diciembre de 2013

Talentos y sistemas

En el fútbol americano, para que una ofensiva sea productiva y exitosa se necesitan varios elementos. Partiendo por jugadores talentosos y que estos tengan características para el sistema que el entrenador pretende aplicar. Ciertamente, hay jugadores que por sus cualidades propias son capaces de marcar diferencias, pero hay otro grupo, que es un poco más numeroso, que se compone de jugadores hábiles pero que rinden mejor en determinados ambientes, determinados conjuntos y particularmente, al lado de ciertos quarterbacks y/o coaches.

Actualmente, los Denver Broncos representan a cabalidad ese caso. Peyton Manning ordena, distribuye y reparte el ovoide con sus múltiples corredores y receptores, los cuales son buenos, pero que han elevado notoriamente su nivel jugando con el futuro Hall of Famer. Con la excepción de Wes Welker, personajes como Demaryius Thomas, Erick Decker, Monte Ball y Knowshon Moreno -lágrimas aparte- nunca habían sobresalido tanto como en este año. Detengámonos en el caso de Moreno. En sus cuatro campañas previas, todas con Denver, había tenido un rendimiento irregular con buenos partidos y otros no tanto. Pero en este año, ha pasado a tener un rol protagónico dentro del equipo, llevando el balón por tierra. Aunque el gran detalle pasa porque muchos de esos acarreos se originan en formación shotgun y/o pistol, donde Manning aprovecha que las defensivas están preparadas para enfrentar el pase. Con el centro relativamente descubierto, Moreno saca provecho de su velocidad. De hecho, el 62% de sus carreras han sido en jugadas de primer down. En lo que va de esta temporada, promedia casi 105 yardas por partido -entre acarreos y recepciones-. De mantener o mejorar esa media, sería la mejor de su carrera.

Otro corredor cuyo talento encaja de forma precisa dentro de un sistema es LeSean McCoy. En sus cuatro primeros años con los Philadelphia Eagles, producía tanto por aire como por tierra, debido a que Andy Reid aplicaba una ofensiva con pases cortos, donde el running back muchas veces se convertía en un receptor más. Y como McCoy aparte de rápido y elusivo, tiene manos seguras para tomar el balón, es una opción muy válida para esos pases cortos. Siempre ha tenido temporadas de 40 ó más recepciones, siendo la más llamativa en 2010, cuando registró 78. Y eso es sólo el complemento a sus habilidades corredoras. Antes, cuando lo hacía en formaciones con fullback y ahora, en formaciones esparcidas, como es el modus operandi del actual head coach, Chip Kelly. McCoy siempre ha sido muy prolífico gracias a su talento que ha encajado perfectamente dentro de ofensivas dinámicas. Aún con cuatro partidos por disputar en esta temporada, McCoy ya aseguró su tercera temporada con más de mil yardas (1.088) y al ritmo que va, podría superar las 1.309 que totalizó en 2011.

Receptores que funcionan dentro de un sistema específico hay por montones. Así como en Denver, ahora distintos jugadores están rindiendo al máximo de sus condiciones gracias a Peyton Manning, cuando este jugaba en los Indianapolis Colts, hubo muchos que surgieron gracias a él. Pierre Garcon fue uno de ellos, quien emergió como alternativa de pase en 2009, cuando los Colts llegaron hasta el Super Bowl. Manning solía buscar a Garcon en rutas relativamente largas, llegando a tener algunos partidos de 100 yardas. Por eso, el receptor se ganó buena fama y con ello, un mejor contrato con los Washington Redskins, a los que se integró en la temporada pasada. En la actual campaña, está cerca de superar las mil yardas (tiene 948), pero se nota que está inmerso en un sistema muy distinto, el cual tiene predilección por los acarreos y/o jugadas optativas. Garcon está rindiendo, pero no de forma tan consistente como lo hizo en sus años en Indianapolis.

Otro ejemplo es el de Robert Meachem. Fue parte del equipo de New Orleans Saints que ganó el Super Bowl en 2009, siendo uno de los tantos receptores que recibía pases de Drew Brees. En una ofensiva de formaciones abiertas y con opciones de pase prácticamente para todos, Meachem destacó como arma alternativa, sobre todo en situaciones en las que había que recorrer más de siete yardas. El año pasado, Meachem partió a los San Diego Chargers y su experiencia fue corta e improductiva. En todo el año, atrapó apenas 14 pases y nunca fue muy considerado dentro de una ofensiva que, de por sí, tenía serios problemas en su conformación y coordinación. Ahora, Meachem está de vuelta en New Orleans pero un rol todavía más alternativo del que tuvo en su primera etapa con los 'Santos'.

Para brillar en la NFL se requiere de talento y habilidades especiales, pero al ser este un juego colectivo, muchos de esos talentos resplandecen cuando se integran a ciertos esquemas y cumplen con roles acordes a sus cualidades y las necesidades del equipo. Así como fue Garcon en Indy y ahora Moreno en Denver, muchos receptores y corredores se hicieron grandes con Peyton Manning. Efectos de tener como mariscal de campo a alguien excepcional que, además, hace jugar mejor a sus compañeros.

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