martes, 6 de noviembre de 2018

Eastern Coast Trip (II)


por Miguel Meléndez
Twitter: @journalistmike

Boston / 30 de octubre, 2018. Después de mi experiencia NFL, llegó un día para hacer turismo. Paseo en ferry, Estatua de la Libertad y caminar por el Brooklyn Bridge. Y por la noche, un poco de NFL en tv con el triunfo de los Patriots sobre los Bills, y en el local en que me encontraba, pasaban por otra pantalla la victoria de los Knicks sobre los Nets. En verdad, fue un lunes turístico y para el martes, un día que iba a superar cualquier expectativa: viaje a Boston por un día. El propósito, ver mi primer partido de la NBA. Desde adentro.

El viaje como tal fue muy tranquilo. Poco más de cuatro horas desde New York hasta Boston. Mientras pasaba por Connecticut, pude notar una de las postales más yankees de toda la semana, cuando aprecié las típicas casas con diseño clásico norteamericano, sin rejas y con mucho verde. Tal como uno siempre lo vio por tv. Apenas llegando al estado de Massachussets, habían carteles felicitando a los Red Sox por su reciente coronación en la Serie Mundial y cuando llegué al terminal de buses, solo veía portadas de diarios destacando a los Sox. Recorriendo un poco la ciudad, además del impresionante orden en las calles, pude notar a mucha gente con camisetas rojas de los Sox que se mezclaban con camisetas verdes de los Celtics. Estaban todos con el pecho inflado y tenían derecho para estarlo, el béisbol les dio una nueva alegría para la ciudad, que tiene 11 campeonatos deportivos ganados en este siglo, más que cualquier otra ciudad en Estados Unidos.

Entrando por Causeway Street, pude apreciar una instalación gigante, al recorrer por el costado que daba hacía la carretera, lo pude confirmar: era el TD Garden, ¡el coloso de los Celtics! La razón por la que había ido. Mi reacción fue inmediata: "¡Esto es Boston!". Faltaban más de tres horas para el partido, por lo que fui a almorzar a un local ubicado frente al estadio. Una pizza, que se veía pequeña pero era muy contundente. En general, se come y bastante bien en Estados Unidos. Las porciones se ven muy engañosas, la verdad. Mientras almorzaba, veía por las pantallas pura programación deportiva. En una, había un especial de Sportscenter en vivo con la última hora de traspasos de jugadores en la NFL. Y hartos cambios que hubo en ese rato. Panel de lujo con John Fox y Bill Polian, quién mejor que Polian para hablar de trade deadline. En otra pantalla, estaba The Jump, un programa de comentarios y análisis de NBA con Rachel Nichols, Paul Pierce y Tracy McGrady. Los temas, LeBron James, los 14 triples de Klay Thompson y el rendimiento de Kyrie Irving, quien había metido apenas 3 puntos en el último partido de Boston. Y en la otra pantalla, repetían por la televisión local el partido del equipo de football de Boston College.

Noté mucho ambiente deportivo, en especial porque había mucha gente con camisetas de los equipos locales. Aparte de C's y Sox, se divisaban también algunos Patriots y Bruins. De parte de los Celtics, Irving y Tatum eran las camisetas más repetidas. Dentro del local, el ambiente se estaba poniendo mejor casi llegando a las 5 de la tarde, pero era hora de ir al estadio y esperar la apertura de las puertas. Poco después de las 6, se abrieron los accesos. Eso sí, antes de meterme a la cancha quise entrar a una de las tiendas, donde compré un par de poleras de los Celtics además de un puck conmemorativo del próximo NHL Winter Classic, en el que jugarán los Boston Bruins en la cancha de Notre Dame. Son adictivas esas tiendas, dan ganas de comprarse todo.

Faltaba poco menos de una hora para el comienzo del basket, cuando finalmente fui a mi ubicación dentro del estadio. Llegar ahí, ver la pista, el verde en los bordes y el duende en el centro. Y cerca de los aros, jugadores haciendo el calentamiento. De nuevo, ¡Esto es Boston!. De a poco se fue poblando el estadio, muchos fanáticos locales, pero también muchos foráneos como yo. En la pantalla gigante, mostraban a un sujeto con la bandera uruguaya que sostenía de forma invertida y junto a mí, habían asiáticos con camisetas verdes y unos franceses que al parecer, no entendían nada. Como si fuera poco, en la fila de atrás había alguien con una camiseta noventera de los Pistons, de los tiempos de Grant Hill. Dentro del verde bostoniano, había algo de variedad.

Eran casi las 7:30. Eddie Paladino, la voz del estadio, nos daba la bienvenida al duelo entre los Boston Celtics y los Detroit Pistons. En el comienzo, Eddie mencionaba el reciente triunfo de los Red Sox. Ovación cerrada de todo el estadio. Luego, la ceremonia. Ahora sí pude presenciar todo el momento previo, con el himno estadounidense incluido. Y cuando suena el himno, todos se ponen de pie. Presentación de los jugadores. En verdad, todos los integrantes del actual plantel céltico son aplaudidos, pero quienes se llevaron la mayor ovación fueron Kyrie Irving y Jayson Tatum. Los más determinantes y talentosos de todo el equipo, cosa que iban a demostrar después en la pista.

Hora de jugar. De entrada, Irving tiró un par de crossovers y metió un par de triples. Como si fuera poco, Tatum hizo un par de movidas llenas de elegancia. El cuento partió con todo y el ambiente estaba bien arriba. Este equipo de los Celtics causa buena impresión y tiene potencial para grandes cosas, y todos lo saben. Regresaron Irving y Hayward después de sus lesiones de la temporada pasada y el equipo está íntegro. Desde el comienzo, pude captar lo bien armados que están en defensa y también, lo bien que lucen en ataque cuando se mueven todos en la pista, colocando picks altos y moviendo el balón sostenidamente. Irving es la figura máxima y es quien marca el ritmo del juego. Con su presencia, todos los Celtics fluyen y parecen estar en paz, sabiendo que todo andará bien con el # 11 en la cancha.

Boston comenzó con todo, pero Detroit tenía lo suyo. De hecho, sorprendieron los Pistons. Andre Drummond y Blake Griffin sacaban ventaja en un momento por su estatura. Drummond es pura altura, pero Griffin lo combina con más habilidades con el balón y capacidad para jugar uno contra uno. Por cierto, desesperaba ver a Griffin usando repetidamente los hombros cuando se acercaba al aro. Los Celtics tuvieron problemas marcándolo. Terry Rozier lo marcó en un principio y lo pasó, luego pasó a marcarlo Jayson Tatum y fue lo mismo. Con algo de doble marca y con Irving provocandolo a cometer fouls ofensivos, pudieron sacarlo un poco de ritmo. Pero quedó claro que Griffin es un muy buen jugador y difícil de neutralizar.

Con esos dos grandes y algo de sus bases como Reggie Jackson, quien era aplaudido solo por ser de Boston College, los Pistons lograron meterse al partido y hasta tuvieron el comando del marcador en algunos momentos. De hecho, al llegar a la mitad el marcador era 58-56 a favor de Detroit. El tercer cuarto de los Celtics fue espectacular y fue ahí donde se gestó mi secuencia favorita del partido: tres triples consecutivos de Irving para darle ventaja de 12 a Boston. Tres tiros y los tres lanzados sin drible previo ni nada parecido. En el segundo, hubo reacción eufórica y en el tercero, donde Kyrie lanzó casi de media cancha, reventó el TD Garden. El ídolo máximo estaba en llamas y tenía a los Celtics en control absoluto, y con todo el estadio coreando "MVP! MVP!". Aparte que el partido estaba bueno y los C's jugaban bien, no había tiempo para descansos ni menos para aburrirse. Durante los timeouts, habían espectáculos con las cheerleaders y el grupo de dancers oficiales de los Celtics. ¡El sujeto vestido de duende hasta se tiraba unos break dance! El show estaba completito.

Quedaba el último cuarto. Algunos jugadores de Boston se llenaban de fouls y de a poco, los Pistons volvían a acercarse. Los suplentes de Detroit también aportaban, incluyendo Zaza Pachulia quien era por margen kilométrico el jugador más abucheado de todos. Zaza es una ofensa al basket y es una ofensa que todavía siga jugando en la NBA. Volvió Irving después de un descanso y la ofensiva de los Celtics volvió a ser estable, metió canastas que fueron decisivas y se combinó bien con sus compañeros. Un crack total. A propósito de jugadores que saben rendir, Al Horford me causó la misma impresión que me genera al verlo por tv: es inteligente y juega muy bien, pero juega tan para el equipo que pasa inadvertido a veces. Para destacar, una volcada que hizo en la segunda mitad. Varios nos levantamos a aplaudir.

En los minutos finales, los Pistons se enracharon y empezaron a embocar triples. Llegaron a ponerse un punto abajo en el marcador. Había un poco de susto, hasta que Marcus Smart hizo de las suyas al tirarse al suelo para robarle la pelota a Ish Smith después del saque, en la disputa el balón le cayó a Irving quien luego metió dos tiros libres para asegurar el triunfo de los Celtics que fue por apenas tres puntos de margen, 108-105. Tatum también se hizo notar en el final con algunos tiros libres que fueron claves. Mi primera experiencia de NBA en vivo no podía ser mejor, fue en Boston y viendo a los Celtics, que ganaron en casa. Irving es el ídolo en Boston, el mismo que se aburrió de jugar con LeBron James y quiso vestirse de verde para ayudar a un equipo con pretensiones de campeonato.

Se nota el esfuerzo y la energía en defensa, que creció aún más en la segunda mitad cuando agilizaron las rotaciones y los cambios de marca. No por nada, los ataques de Griffin perdieron eficacia a partir del tercer cuarto. Están Irving y Tatum como los dos principales jugadores de ataque en Boston, luego viene Horford, por ahí aparece Hayward quien de a poco tendría que encontrar su forma. Y después jugadores que derrochan energía como Jaylen Brown, Marcus Morris, Terry Rozier -habían camisetas con su imagen y el lema Scary Terry-, Marcus Smart y Aaron Baynes, quien fue muy aplaudido en general, sobre todo con su intervención en el primer cuarto.

Ya tienen la defensa. El día en que los Celtics sean más consistentes en ataque, podrían ser tan imparables como los Warriors. No creo que sea una exageración. En este mismo partido, tuvieron varios tramos con mucha fluidez y ritmo ofensivo, pero hubo otros donde caían en lagunas debido a la innecesaria tendencia de jugar isolations, sobre todo de parte de Brown quien parecía que se iba a desarmar cuando quería atacar el aro. Este es un equipo que ha llegado a finales de conferencia en las últimas dos temporadas y han hecho las movidas precisas como para apuntar más alto. La sensación positiva que hay en los fanáticos de los Celtics condice totalmente con el momento del equipo.

La salida del estadio fue tranquila y con mucha satisfacción, al ver a los Celtics jugando en su cancha y en medio de un ambiente 100% basket. Fue todo tranquilo, salvo por un par de mujeres que se insultaban entre sí. Seguro que tuvieron un problema. Lo que sí era claro era la vehemencia con la que se gritaban "bitch!" de manera mutua y con decisión. Caminando por las calles, paso por fuera de varios locales y todos tenían sintonizado el post partido de los Celtics. En algunos televisores, algo de hockey porque los Bruins también habían ganado y en las calles, la gente caminando con mucha seguridad después de ver un triunfo de sus C's. Un paso más rumbo al gran objetivo. Y los festejos no paraban en Boston, para el día siguiente tenían anunciado el desfile de celebración de los Red Sox. Habría sido bueno haber presenciado aquello, pero era momento de volver a New York porque en menos de 24 horas tocaba otra visita.

Pasó Boston y la pasé increíble. Primer partido de la NBA, fue con los Celtics y vi a Irving en modo MVP. Día redondo en el TD Garden, para coleccionarlo. Y por si no quedó claro...

¡Esto es Boston!

 

Miguel Meléndez es el creador y responsable de Gringo Sports. Desde 2011 escribe artículos sobre los principales deportes norteamericanos. Además, es conductor y comentarista en el podcast de NFL Chile.

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